jueves, marzo 17, 2011

¿Seguridad nuclear? ¿Y el factor humano?


Vemos como todos los expertos, y otros no tan expertos, están preocupados con el tema del diseño de las centrales nucleares, como si este fuese el único problema que pueden presentar este tipo de centrales.

Escribía hace poco sobre los riesgos que se derivan del mantenimiento. Una central puede estar muy bien hecha pero si no se gasta el dinero necesario para su correcto funcionamiento puede convertirse en algo potencialmente peligroso. Vemos que en Japón ha ocurrido algo de esto.

Como muestra tenemos lo que ocurrió el 24 de enero en la central Ascó II (Tarragona), que tuvo que reducir su potencia por el frío. Se detectaron deficiencias en el funcionamiento que impedían la apertura completa de algunas de las válvulas que dan agua a las torres de refrigeración, lo que supone un incumplimiento de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento, ya que este sistema de agua debe estar operable para hacer frente a posibles situaciones de emergencia (como estamos viendo en Fukushima). La nuclear tuvo que bajar la potencia a consecuencia del mal funcionamiento.

Ha leído usted bien querido lector, hacia frío y unas válvulas, nada más y nada menos que de refrigeración, tonteaban.

A veces pasan otras cosas increíbles. En Garoña, en el 2005, el caudal del Ebro era tan bajo, debido a la sequía, que la temperatura del agua estaba por encima de lo permitido. Una sequía ¡obligó a parar una central nuclear!

Pero tampoco los problemas potenciales se acaban con el tema del mantenimiento. Otro factor nada desdeñable es el humano. Acostumbrados estamos a ver que la cajera del super hoy está, mañana ya veremos. ¿Podemos admitir que el personal de una central nuclear sea temporal?

Como ejemplo reciente de todo esto tenemos lo ocurrido también en Ascó (después de Vandellós se merecen el segundo puesto en el hit parade de sustos nucleares) en el 2007. Tuvieron una fuga radiactiva que mereció la mayor sanción impuesta por el Gobierno a una planta atómica (15,4 millones de euros, multa que obviamente estamos pagando con el aumento en el recibo de la luz los consumidores) y que ahora sienta en el banquillo a tres mandos de la central y al inspector del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) residente en la central.

Ha leído otra vez bien, querido lector, EL INSPECTOR HACÍA LA VISTA GORDA.

Me pregunto si las inspecciones que va a hacer Zapatero para dejarnos tranquilos (¿no se inspeccionaban las centrales ya?) las hará con personal de calidad semejante. ¿Será un becario del CSN?¿Obligarán a las eléctricas a gastar dinero si la inspección detecta problemas, o pasará como con los bancos, cuando el Banco de España nos decía, que inspeccionados los Bancos y Cajas se había comprobado que tenían una robusta salud financiera?

Se les acusa a estos cuatro responsables de Ascó de delitos ecológicos, FALSEDAD DOCUMENTAL y delitos contra la seguridad colectiva que pueden suponer penas de hasta 16 años de cárcel. Duro con ellos.

La fuga la provocó una maniobra irregular de un operario permitida tradicionalmente por los mandos hasta ampararla como una "costumbre". El incidente expulsó partículas radiactivas en un radio de unos 60 kilómetros alrededor de la planta, aunque las irregularidades fueron tantas que no se puede determinar la radiactividad emitida. Así de felices vivimos en España. ¡No sabemos realmente el alcance de lo que pasó!

Esta gente, además de trabajar mal, SILENCIARON LA FUGA DURANTE CINCO MESES, tiempo durante el cual cientos de estudiantes visitaron el recinto contaminado. ¡Hace falta valor!

Pero de errores (conocidos) hay a montones. La misma central de Ascó (¿tienen manos los que trabajan, o muñones?) registró en mayo del 2008 una parada automática no programada por la apertura indebida de un interruptor de las bombas de refrigeración del condensador del primer grupo, debido a un error humano. El interruptor que en realidad se tenía que haber abierto era el del grupo segundo, que se hallaba parado y en fase de recarga.

Poco antes, en Abril, esta central comunicó que no se había efectuado adecuadamente la vigilancia contra incendios durante cinco días. Debió ser que al becario que sustituía al temporal que sustituía a su vez al sustituto, se le fue la olla.

El personal de una central nuclear no puede ser temporal y las centrales están llenas de ellos. Es un riesgo enorme. Además las inspecciones deben comprobar que los empleados conocen perfectamente sus tareas. Los verdes se hartan de denunciar estos temas, pero nadie hace caso, hasta que truena...

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