Hay dos formas de esquiar en Andorra. La primera es irse a Grandvalira, pero llegando a ella por el lado francés, o sea desde la Cerdanya.
La otra es ir a Pal-Arinsal-Arcalís o a GrandValira, pero atravesando la capital del valle. Esta opción es la horrorosa.
Estoy convencido que el urbanismo de Andorra se debe estudiar en las facultades de arquitectura como ejemplo de lo que no debe ser, de lo que no debe hacerse, aunque ejemplos de estos tenemos muchísimos en las costas españolas. Pero en lo que se refiere a valles pirenaicos Andorra supera todo lo imaginable.
Y es que no puede esperarse otra cosa donde los botiguers, o sea, los tenderos y la banca han gobernado el país. Persiguiendo sus intereses, o sea el beneficio máximo, el Estado ha brillado por su ausencia en muchos temas (el ideal de los neoliberales). Aún recuerdo cuando ni tan siquiera tenían policía de tráfico y la alquilaban, y así un año eran los gendarmes franceses y otro la guardia civil española los encargados de la tarea.
Y es que con una baja fiscalidad (IVA inexistente) para hacer más atractivas sus tiendas, no se ha recaudado lo suficiente para ordenar el territorio y así tienen un caos urbanístico insuperable. Una hora me llevó ir desde la aduana hasta las pistas (unos 20 Km.) y era día laborable, sin el flujo del turismo del esquí y de las compras del fin de semana.
Uno se queda anonadado viendo esos inmensos anuncios pintados en los laterales de los edificios que quedan al descubierto fácilmente, ya que al lado de una casa de seis pisos hay otra de dos y así sucesivamente. Los rótulos aparecen por todas las fachadas sin restricción alguna.
Incluso lo moderno le ha añadido un plus de horror. Me refiero a los nuevos puentes que cruzan el río Valira. Pretendiendo aportar modernidad son muestra de un mal gusto urbanístico insuperable. Unas estructuras de hierros innecesarios, que en un paisaje tan estrecho y abarrotado le añaden más agobio aún si cabe. Lo correcto era que los puentes pasasen desapercibidos. Para montar “puentes de Calatrava” el paisaje ha de estar despejado.
Pero Andorra ha sido un paraíso fiscal, refugio del dinero negro. Y nada mejor para blanquearlo que invertirlo en la construcción y así vemos alzarse colina arriba, por las laderas de los valles, miles y miles de viviendas evidentemente vacías, que son depósito de valor y no lugar para vivir. Si todas las viviendas que se ven en Andorra tuvieran inquilinos sería un lugar inhabitable (ya casi lo es).
Hacía muchísimos años que no esquiaba en la estación de Pal (ahora fusionada con Arinsal y Arcalís, se denomina ahora Vallnord). Tantos que recuerdo haberlo hecho cuando mi hija aprendía a esquiar y por lo tanto casi no me acordaba de nada.
De hecho el viernes iba a esquiar a La Masella, pero como llegaba pronto me decidí dar “el estirón”. Craso error. Me ponía a esquiar a las 12 h….
Peor imposible. Semana blanca y la estación estaba llena de colegios infinitos (y de rusos, que es lo que más abunda en Andorra). Aparqué lejos al llegar tarde, y tuve que recurrir a la guagua para llegar a pistas. La compra del forfait insuperable. Larga cola ¡dentro de unas oficinas! con mostrador y todo, como si fueses a comprar un viaje a Las Bahamas.
Nieve bastante dura en muchas pistas. Al menos las colas no fueron importantes, especialmente cuando migré hasta el extremo de la estación próximo al telecabina (Coll de la Botella-Seturia) por el que se pasa a Arinsal, cosa que no hice, para no perder más tiempo. Mira por donde aún me queda una razón para volver. Sensacional una pala (pista Poselletes) donde había montado un slalom que podía pillarse a toda pastilla.
Divertido el arrastre-cuerda en el Pla del Clot. Se agradece que para bajar hasta el coche y quedando uno en una especie de olla de la que solo se puede salir dándole al remo con los bastones (y en subida) hayan puesto una cuerda a la que te pillas con la mano y te resuelve la faena. No había visto nunca nada igual.
Interesante la conversación con un niño madrileño en un telesilla, haciendo de esquiador-de-guardería. Notificar que me compré una botella de Chivas Regal 12 años (15 €) para celebrar los próximos triunfos del Barça. El diesel a 1,09 € el litro.
Fotos:
Arriba: el arrastre-cuerda.
Abajo: Un panorama de 150º en el punto más alto de Pal: el Cubil.
Puede comprobarse que las caras sur no tienen nieve (última foto). Supongo que con la nevada de ayer se habrá arreglado algo la escasez de nieve.
La otra es ir a Pal-Arinsal-Arcalís o a GrandValira, pero atravesando la capital del valle. Esta opción es la horrorosa.
Estoy convencido que el urbanismo de Andorra se debe estudiar en las facultades de arquitectura como ejemplo de lo que no debe ser, de lo que no debe hacerse, aunque ejemplos de estos tenemos muchísimos en las costas españolas. Pero en lo que se refiere a valles pirenaicos Andorra supera todo lo imaginable.
Y es que no puede esperarse otra cosa donde los botiguers, o sea, los tenderos y la banca han gobernado el país. Persiguiendo sus intereses, o sea el beneficio máximo, el Estado ha brillado por su ausencia en muchos temas (el ideal de los neoliberales). Aún recuerdo cuando ni tan siquiera tenían policía de tráfico y la alquilaban, y así un año eran los gendarmes franceses y otro la guardia civil española los encargados de la tarea.
Y es que con una baja fiscalidad (IVA inexistente) para hacer más atractivas sus tiendas, no se ha recaudado lo suficiente para ordenar el territorio y así tienen un caos urbanístico insuperable. Una hora me llevó ir desde la aduana hasta las pistas (unos 20 Km.) y era día laborable, sin el flujo del turismo del esquí y de las compras del fin de semana.
Uno se queda anonadado viendo esos inmensos anuncios pintados en los laterales de los edificios que quedan al descubierto fácilmente, ya que al lado de una casa de seis pisos hay otra de dos y así sucesivamente. Los rótulos aparecen por todas las fachadas sin restricción alguna.
Incluso lo moderno le ha añadido un plus de horror. Me refiero a los nuevos puentes que cruzan el río Valira. Pretendiendo aportar modernidad son muestra de un mal gusto urbanístico insuperable. Unas estructuras de hierros innecesarios, que en un paisaje tan estrecho y abarrotado le añaden más agobio aún si cabe. Lo correcto era que los puentes pasasen desapercibidos. Para montar “puentes de Calatrava” el paisaje ha de estar despejado.
Pero Andorra ha sido un paraíso fiscal, refugio del dinero negro. Y nada mejor para blanquearlo que invertirlo en la construcción y así vemos alzarse colina arriba, por las laderas de los valles, miles y miles de viviendas evidentemente vacías, que son depósito de valor y no lugar para vivir. Si todas las viviendas que se ven en Andorra tuvieran inquilinos sería un lugar inhabitable (ya casi lo es).
Hacía muchísimos años que no esquiaba en la estación de Pal (ahora fusionada con Arinsal y Arcalís, se denomina ahora Vallnord). Tantos que recuerdo haberlo hecho cuando mi hija aprendía a esquiar y por lo tanto casi no me acordaba de nada.
De hecho el viernes iba a esquiar a La Masella, pero como llegaba pronto me decidí dar “el estirón”. Craso error. Me ponía a esquiar a las 12 h….
Peor imposible. Semana blanca y la estación estaba llena de colegios infinitos (y de rusos, que es lo que más abunda en Andorra). Aparqué lejos al llegar tarde, y tuve que recurrir a la guagua para llegar a pistas. La compra del forfait insuperable. Larga cola ¡dentro de unas oficinas! con mostrador y todo, como si fueses a comprar un viaje a Las Bahamas.
Nieve bastante dura en muchas pistas. Al menos las colas no fueron importantes, especialmente cuando migré hasta el extremo de la estación próximo al telecabina (Coll de la Botella-Seturia) por el que se pasa a Arinsal, cosa que no hice, para no perder más tiempo. Mira por donde aún me queda una razón para volver. Sensacional una pala (pista Poselletes) donde había montado un slalom que podía pillarse a toda pastilla.
Divertido el arrastre-cuerda en el Pla del Clot. Se agradece que para bajar hasta el coche y quedando uno en una especie de olla de la que solo se puede salir dándole al remo con los bastones (y en subida) hayan puesto una cuerda a la que te pillas con la mano y te resuelve la faena. No había visto nunca nada igual.
Interesante la conversación con un niño madrileño en un telesilla, haciendo de esquiador-de-guardería. Notificar que me compré una botella de Chivas Regal 12 años (15 €) para celebrar los próximos triunfos del Barça. El diesel a 1,09 € el litro.
Fotos:
Arriba: el arrastre-cuerda.
Abajo: Un panorama de 150º en el punto más alto de Pal: el Cubil.
Puede comprobarse que las caras sur no tienen nieve (última foto). Supongo que con la nevada de ayer se habrá arreglado algo la escasez de nieve.
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