Si ya las previsiones del GEAB para este año eran funestas, ahora casi podemos asegurar que se van a materializar (basta ver lo que está ocurriendo).
En primer lugar tenemos el tema de la posible salida de la recesión. Muchos son los que van adelantando que con las políticas de austeridad emprendidas por Europa y que ahora inician su andadura en EE.UU. (ver los datos de vivienda y de inflación recientes) no solo no se saldrá de la recesión, sino que ahondaremos de nuevo en ella (Double-Dip, la temida W).
Pero, como ya vamos viendo y notando en nuestros bolsillos, la inflación empieza a ir al galope y no hay otro culpable que los EE.UU., que han inundado el mundo de billetes para pagar sus deudas (QE) y que en una economía global como la que tenemos ha prendido fuego en todos los países a través de los alimentos y de las materias primas, subiendo sus precios ante el valor cada vez menor del dólar: algo tan viejo como la humanidad (lo que mucho abunda vale poco), se está aplicando al dólar. Ya el GEAB del mes anterior nos avisaba del derrumbe del muro del dólar.
Pero a este proceso que ya caminaba solo, sin necesidad de latas de gasolina y cerillas adicionales, se suma ahora el desorden político en el norte de África, con guerra incluida, y el terremoto de Japón, con el añadido de cuestionar la fuente de energía nuclear.
Ambos desastres (Libia y Japón) supondrán un apretón a los precios energéticos.
Primero por la reducción del suministro de petróleo libio, pero segundo por el parón de algunas nucleares en Japón que obligará a generar mayor electricidad con los medios tradicionales: petróleo, carbón y gas, materias primas al alza. Japón es una isla y no puede conectarse a ninguna red que le proporcione la energía que le falta.
Pero además el desastre japonés provocará subidas de precios en los productos alimenticios. Parte de la flota pesquera japonesa ha quedado destrozada, y la zona de Fukushima es agrícola. Vemos hoy como se empiezan a bloquear el envío de alimentos procedentes de la zona e incluso del mar.
Por lo tanto tendrán que importar productos alimenticios y el tirón en la demanda, y por lo tanto en los precios, será impresionante. No olvidemos que Japón es uno de los países que supera los cien millones de habitantes.
Pero también el tirón en precios se producirá en todo aquello que fabrica Japón y es base de sus exportaciones, principalmente electrónica y coches.
Y la cosa no acaba aquí. Japón necesitará dinero, mucho dinero, para rehacer tanto desastre. Por lo tanto no solo deshará sus posiciones inversoras en el mundo, sino que tomará dinero prestado (y aquí es donde los chinos pueden establecer un cambio geopolítico importante prestándoles). A mayor demanda de dinero, más caro éste. Es decir, subida de tipos de interés, subida que se producirá de todas maneras si la inflación sigue al galope.
Escribía el martes sobre los peligros de esta desinversión japonesa para la deuda americana y veo que el GEAB de este mes (puntualmente se publica el día 15 de cada mes, pero este mes se retrasaron esperando ver como evolucionaba el tema nuclear japonés) da por descontado que los bonos EE.UU. estallarán. La tan anunciada y avisada explosión de la deuda americana va a llegar. Los chinos ya se han cansado de inflarse de dólares, los japoneses incluso se van a llevar dinero, el Reino Unido no tiene una libra y hasta los jeques árabes piensan, al fin, dar algo de las ganancias del petróleo a sus vasallos, que ya hartos están pidiendo una parte de la tarta.
Y por lo tanto ya tenemos en marcha la Double-Dip-Inflation, recesión e inflación, una combinación letal.
Para ver hasta que punto a los americanos ya no les entra dinero para cubrir sus déficit, nada mejor que ver los gráficos que adjunto más abajo. La FED, la Reserva Federal americana, es la principal compradora ya de bonos del Estado, porque ya no hay otros compradores. Los propios americanos huyen de las inversiones en dólares. Pero esto tiene un límite y ya es inaguantable. El balance de la FED es ya explosivo y comprobaremos una vez más como las burbujas acaban siempre estallando (ver el resumen del informe del GEAB de este mes) (ver mi post hace unos días).
A los americanos ya se les ha acabado el cuento del lobo, que consistía en vender miedo hacia Europa. Vimos como el Tesoro español (sí, sí, la dudosa España), colocó en el mercado una emisión sindicada de bonos a 15 años por 4.000 millones de euros a un rentabilidad del 6,01%,, sin ningún problema. Pasmados se han quedado, viendo como se compran bonos españoles y nadie quiere ya los suyos.
Estamos ante un posible agravamiento de la crisis. No se han realizado los cambios pertinentes ante una crisis mundial de un calibre impresionante que ha esfumado 10.000 MM. de dólares de riqueza y se están buscando las clásicas salidas históricas tradicionales para pagar el entuerto: guerras e inflación.
Una interesante conferencia de Franck Biancheri (colaborador del GEAB) advertía hace un año ya de lo que nos puede llegar. ¿Aceptarán los EE.UU. la pérdida de su estatus de poder sin que pase nada? ¿Puede EE.UU. seguir manteniendo esa locura de gasto militar con innumerables bases en todo el planeta?
Vemos ahora de forma evidente como las dudas hacia la deuda de los países de la UE sembradas en los últimos meses han sido toda una estrategia de distracción a efectos de evitar la caída del dólar y del bono USA.
Pero el modelo que ha durado 60 años está llegando a su fin. Ya en 1971 Nixon dejó de asegurar que detrás de cada dólar había su equivalente en oro. Un dólar pasó a valer lo que valen otras monedas y nada más.
Ahora puede ser peor, porque lo que está en el aire, cual espada de Damocles, es si un dólar de deuda americana valdrá un dólar.
Nos esperan unos interesantes próximos meses.
Y una serie de gráficos clarificadores:
1) La aportación de fondos (trimestral) para cubrir el deficit USA. Vemos que los inversores del propio país han desaparecido y la FED se lleva la parte del león.
2) La evolución de la deuda americana, siempre creciente, no hay quien la arregle (puede comprobarse que la escala es logarítmica, de otra forma saldría una gráfica de tres metros de altura). ¿Lo hará ahora, ya demasiado tarde, la austeridad obligada por los Republicanos? Véase que en porcentaje del PIB se va hacia los niveles máximos alcanzados con motivo de la segunda guerra mundial.
3) En este se ve quien compraba la deuda americana, quien la está comprando y ¿quien la comprará?
4) Interesante comparación entre la anterior bajada de tipos que se mantuvo durante años y por la que se calificó a Greenspan de "maestro" y que acabó creando la burbuja inmobiliaria y la bajada de tipos actual. El gráfico compara la situación entonces con la de la crisis actual. ¿Van a superar el largo período de tipos bajos de entonces?
5) La construcción no levanta cabeza en EE.UU. Tomemos nota.
6) El terrible drama del empleo. Nunca el alto desempleo que se registra en EE.UU. durante tanto en una recesión. ¿Se acuerda alguien de estos millones de parados?, se preguntaba Krugman el viernes.
7) Lo que está ocurriendo con los algunos precios de las materias primas.
8) La importancia de la crisis petrolífera desencadenada por Libia. La octava más importante de la historia.
9) Contenido en plata de un denario romano. Todo una muestra del derrumbe gradual del imperio romano a través de su moneda. ¿Nos dice algo esto?
10) Y una viñeta significativa: los alimentos suben tanto de precio en EE.UU. que es mejor utilizar un furgón blindado para su transporte.
(Click en los gráficos para verlos a mayor tamaño).
Y finalmente un corto "speech" de Franck Biancheri. (Verlo en formato amplio para poder leer bien los subtítulos).
En primer lugar tenemos el tema de la posible salida de la recesión. Muchos son los que van adelantando que con las políticas de austeridad emprendidas por Europa y que ahora inician su andadura en EE.UU. (ver los datos de vivienda y de inflación recientes) no solo no se saldrá de la recesión, sino que ahondaremos de nuevo en ella (Double-Dip, la temida W).
Pero, como ya vamos viendo y notando en nuestros bolsillos, la inflación empieza a ir al galope y no hay otro culpable que los EE.UU., que han inundado el mundo de billetes para pagar sus deudas (QE) y que en una economía global como la que tenemos ha prendido fuego en todos los países a través de los alimentos y de las materias primas, subiendo sus precios ante el valor cada vez menor del dólar: algo tan viejo como la humanidad (lo que mucho abunda vale poco), se está aplicando al dólar. Ya el GEAB del mes anterior nos avisaba del derrumbe del muro del dólar.
Pero a este proceso que ya caminaba solo, sin necesidad de latas de gasolina y cerillas adicionales, se suma ahora el desorden político en el norte de África, con guerra incluida, y el terremoto de Japón, con el añadido de cuestionar la fuente de energía nuclear.
Ambos desastres (Libia y Japón) supondrán un apretón a los precios energéticos.
Primero por la reducción del suministro de petróleo libio, pero segundo por el parón de algunas nucleares en Japón que obligará a generar mayor electricidad con los medios tradicionales: petróleo, carbón y gas, materias primas al alza. Japón es una isla y no puede conectarse a ninguna red que le proporcione la energía que le falta.
Pero además el desastre japonés provocará subidas de precios en los productos alimenticios. Parte de la flota pesquera japonesa ha quedado destrozada, y la zona de Fukushima es agrícola. Vemos hoy como se empiezan a bloquear el envío de alimentos procedentes de la zona e incluso del mar.
Por lo tanto tendrán que importar productos alimenticios y el tirón en la demanda, y por lo tanto en los precios, será impresionante. No olvidemos que Japón es uno de los países que supera los cien millones de habitantes.
Pero también el tirón en precios se producirá en todo aquello que fabrica Japón y es base de sus exportaciones, principalmente electrónica y coches.
Y la cosa no acaba aquí. Japón necesitará dinero, mucho dinero, para rehacer tanto desastre. Por lo tanto no solo deshará sus posiciones inversoras en el mundo, sino que tomará dinero prestado (y aquí es donde los chinos pueden establecer un cambio geopolítico importante prestándoles). A mayor demanda de dinero, más caro éste. Es decir, subida de tipos de interés, subida que se producirá de todas maneras si la inflación sigue al galope.
Escribía el martes sobre los peligros de esta desinversión japonesa para la deuda americana y veo que el GEAB de este mes (puntualmente se publica el día 15 de cada mes, pero este mes se retrasaron esperando ver como evolucionaba el tema nuclear japonés) da por descontado que los bonos EE.UU. estallarán. La tan anunciada y avisada explosión de la deuda americana va a llegar. Los chinos ya se han cansado de inflarse de dólares, los japoneses incluso se van a llevar dinero, el Reino Unido no tiene una libra y hasta los jeques árabes piensan, al fin, dar algo de las ganancias del petróleo a sus vasallos, que ya hartos están pidiendo una parte de la tarta.
Y por lo tanto ya tenemos en marcha la Double-Dip-Inflation, recesión e inflación, una combinación letal.
Para ver hasta que punto a los americanos ya no les entra dinero para cubrir sus déficit, nada mejor que ver los gráficos que adjunto más abajo. La FED, la Reserva Federal americana, es la principal compradora ya de bonos del Estado, porque ya no hay otros compradores. Los propios americanos huyen de las inversiones en dólares. Pero esto tiene un límite y ya es inaguantable. El balance de la FED es ya explosivo y comprobaremos una vez más como las burbujas acaban siempre estallando (ver el resumen del informe del GEAB de este mes) (ver mi post hace unos días).
A los americanos ya se les ha acabado el cuento del lobo, que consistía en vender miedo hacia Europa. Vimos como el Tesoro español (sí, sí, la dudosa España), colocó en el mercado una emisión sindicada de bonos a 15 años por 4.000 millones de euros a un rentabilidad del 6,01%,, sin ningún problema. Pasmados se han quedado, viendo como se compran bonos españoles y nadie quiere ya los suyos.
Estamos ante un posible agravamiento de la crisis. No se han realizado los cambios pertinentes ante una crisis mundial de un calibre impresionante que ha esfumado 10.000 MM. de dólares de riqueza y se están buscando las clásicas salidas históricas tradicionales para pagar el entuerto: guerras e inflación.
Una interesante conferencia de Franck Biancheri (colaborador del GEAB) advertía hace un año ya de lo que nos puede llegar. ¿Aceptarán los EE.UU. la pérdida de su estatus de poder sin que pase nada? ¿Puede EE.UU. seguir manteniendo esa locura de gasto militar con innumerables bases en todo el planeta?
Vemos ahora de forma evidente como las dudas hacia la deuda de los países de la UE sembradas en los últimos meses han sido toda una estrategia de distracción a efectos de evitar la caída del dólar y del bono USA.
Pero el modelo que ha durado 60 años está llegando a su fin. Ya en 1971 Nixon dejó de asegurar que detrás de cada dólar había su equivalente en oro. Un dólar pasó a valer lo que valen otras monedas y nada más.
Ahora puede ser peor, porque lo que está en el aire, cual espada de Damocles, es si un dólar de deuda americana valdrá un dólar.
Nos esperan unos interesantes próximos meses.
Y una serie de gráficos clarificadores:
1) La aportación de fondos (trimestral) para cubrir el deficit USA. Vemos que los inversores del propio país han desaparecido y la FED se lleva la parte del león.
2) La evolución de la deuda americana, siempre creciente, no hay quien la arregle (puede comprobarse que la escala es logarítmica, de otra forma saldría una gráfica de tres metros de altura). ¿Lo hará ahora, ya demasiado tarde, la austeridad obligada por los Republicanos? Véase que en porcentaje del PIB se va hacia los niveles máximos alcanzados con motivo de la segunda guerra mundial.
3) En este se ve quien compraba la deuda americana, quien la está comprando y ¿quien la comprará?
4) Interesante comparación entre la anterior bajada de tipos que se mantuvo durante años y por la que se calificó a Greenspan de "maestro" y que acabó creando la burbuja inmobiliaria y la bajada de tipos actual. El gráfico compara la situación entonces con la de la crisis actual. ¿Van a superar el largo período de tipos bajos de entonces?
5) La construcción no levanta cabeza en EE.UU. Tomemos nota.
6) El terrible drama del empleo. Nunca el alto desempleo que se registra en EE.UU. durante tanto en una recesión. ¿Se acuerda alguien de estos millones de parados?, se preguntaba Krugman el viernes.
7) Lo que está ocurriendo con los algunos precios de las materias primas.
8) La importancia de la crisis petrolífera desencadenada por Libia. La octava más importante de la historia.
9) Contenido en plata de un denario romano. Todo una muestra del derrumbe gradual del imperio romano a través de su moneda. ¿Nos dice algo esto?
10) Y una viñeta significativa: los alimentos suben tanto de precio en EE.UU. que es mejor utilizar un furgón blindado para su transporte.
(Click en los gráficos para verlos a mayor tamaño).
Y finalmente un corto "speech" de Franck Biancheri. (Verlo en formato amplio para poder leer bien los subtítulos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario