Gráfico importante este que adjunto. Desde 1900 vemos que los terremotos más fuertes (superiores o iguales a 8,5) se concentran (al menos en los años recientes) en el tiempo, y que además van creciendo en número. Así tuvimos siete en los años 50-60 y ahora vemos como estamos ante otra cadena de ellos: Perú, Haití, Chile, Sumatra, Japón... de momento cinco. ¿Serán también siete?
Tesis sobre estos fenómenos hay muchas. Una apunta (otros lo niegan) que la mayor actividad solar (estamos en máximos en muchísimos años, ver este interesante artículo premonitorio escrito en el ¡2006!) está detrás de todo esto (los datos de la actividad solar nos los proporciona el satélite SOHO).
La realidad es que el planeta se mueve y mucho. Tanto es así que hay dos sitios donde no duermen. Uno es California y otro es México.
Tal como está la economía norteamericana ya sólo le faltaría que San Francisco tuviese un terremoto de la envergadura del japonés. Mejor no pensarlo, aunque hay quien cree que tienen todos los números. El Big One ya hace tiempo que lo esperan.
Y el otro país con el miedo en el cuerpo es México, también candidato a los oscars telúricos. Cuando todo esto ocurre no dejo de pensar en el curioso hecho de que los humanos volvamos a habitar rápidamente lugares que han sido, y probablemente serán de nuevo, barridos por terremotos, tsunamis, ríos que se desbordan, laderas de montañas que se vienen abajo, volcanes en erupción y todo tipo de catástrofes que podamos imaginar.
¿Es la necesidad la que obliga, la falta de memoria o la convicción de que no se volverá a repetir?
Fotos. Pocos días después de visitar San Francisco (ya hace un montón de años, en 1989) un seísmo sacudió la ciudad y hasta se hundió un puente. ¿Resistiría el enorme rascacielos, la Pirámide Transamérica, cuya foto muestro más abajo, un terremoto de escala 9? La realidad es que en México capital, el edifico más alto, la Torre Latinoamericana, aguantó el fortísimo terremoto que sacudió esta capital en 1985 de escala 8,1, que ocasionó muchísimos muertos. Estuve en México también en el 1989 y subí a lo alto de La Latina (así la denominan) y aún podían verse cerca de la torre innumerables edificios derruidos. Si yo viviese en una de estas dos ciudades no dormiría tranquilo…
Nota: Buscado una foto de San Francis no he podido resistirme a la tentación de poner la de mi chica tomando en el puerto uno de sus famosos tranvías. La foto del rascacielos también es mía.
Tesis sobre estos fenómenos hay muchas. Una apunta (otros lo niegan) que la mayor actividad solar (estamos en máximos en muchísimos años, ver este interesante artículo premonitorio escrito en el ¡2006!) está detrás de todo esto (los datos de la actividad solar nos los proporciona el satélite SOHO).
La realidad es que el planeta se mueve y mucho. Tanto es así que hay dos sitios donde no duermen. Uno es California y otro es México.
Tal como está la economía norteamericana ya sólo le faltaría que San Francisco tuviese un terremoto de la envergadura del japonés. Mejor no pensarlo, aunque hay quien cree que tienen todos los números. El Big One ya hace tiempo que lo esperan.
Y el otro país con el miedo en el cuerpo es México, también candidato a los oscars telúricos. Cuando todo esto ocurre no dejo de pensar en el curioso hecho de que los humanos volvamos a habitar rápidamente lugares que han sido, y probablemente serán de nuevo, barridos por terremotos, tsunamis, ríos que se desbordan, laderas de montañas que se vienen abajo, volcanes en erupción y todo tipo de catástrofes que podamos imaginar.
¿Es la necesidad la que obliga, la falta de memoria o la convicción de que no se volverá a repetir?
Fotos. Pocos días después de visitar San Francisco (ya hace un montón de años, en 1989) un seísmo sacudió la ciudad y hasta se hundió un puente. ¿Resistiría el enorme rascacielos, la Pirámide Transamérica, cuya foto muestro más abajo, un terremoto de escala 9? La realidad es que en México capital, el edifico más alto, la Torre Latinoamericana, aguantó el fortísimo terremoto que sacudió esta capital en 1985 de escala 8,1, que ocasionó muchísimos muertos. Estuve en México también en el 1989 y subí a lo alto de La Latina (así la denominan) y aún podían verse cerca de la torre innumerables edificios derruidos. Si yo viviese en una de estas dos ciudades no dormiría tranquilo…
Nota: Buscado una foto de San Francis no he podido resistirme a la tentación de poner la de mi chica tomando en el puerto uno de sus famosos tranvías. La foto del rascacielos también es mía.
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