La historia puede repetirse, se está repitiendo, una vez más. Las revoluciones del norte de África (Libia aún está pendiente de expulsar al dictador) entran ahora en la fase contrarevolucionaria.
Y es que una cosa es que se expulse al dictador, pero otra es que las élites que han estado en su orbita y han vivido de las prebendas dictatoriales, queden expulsadas del sistema.
Se trata en esta fase de reconducir la revolución, es decir aplicar el Lampedusianismo: “si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”, Príncipe de Salina dixit.
El ejemplo más claro lo tenemos en Túnez. Primero intentaron colar como Gobierno de transición, la alternativa inicial al dictador, a cinco de los ministros del Gobierno anterior. Visto rápidamente por donde iban los tiros, el pueblo rechazó tal alternativa y colocaron al primer ministro, Mohamed Ganuchi, de 69 años, que dimitió tras un fin de semana de manifestaciones masivas y violentas.
Hajer Suid, una de los organizadores de las protestas, sostiene en Facebook que los violentos son, en realidad, "contrarrevolucionarios afines al Reagrupamiento Constitucional Democrático, el partido de Ben Ali, que no desean un auténtico cambio".
El sustituto de Ganuchi es ahora Beyi Caid Essebsi, de 84 años, que ocupó numerosos cargos -primer ministro, ministro de Defensa y viceministro de Exteriores- en tiempos del presidente Habib Burguiba (1956-1987), una auténtica momia que han sacado del cajón para ver si colaba. Parece ser que no, ya que hasta cuesta mantenerlo despierto.
La Revolución Francesa, tan jacobina ella y tan radical, con guillotina imparable, tenía diez años después un Napoleoncete gobernando como déspota absoluto, para acabar más tarde volviendo otra vez a la monarquía. Cambiaron una monarquía absoluta por otra más light, pero las fuerzas vivas, o sea, la nobleza y el clero, siguieron en el tajo, como si nada hubiera pasado y hubo que esperar hasta 1848 para darle otra vuelta a la cosa.
Vamos a asistir a procesos similares y vamos a ver en directo como se reconducen las revoluciones del pueblo para que los intereses, especialmente los petroleros, no se escapen de las manos de cuatro. En el caso particular de Libia, el país que más preocupa, ya que tiene gas y petróleo, ya vemos como puestos a buscar sustituto a Gadafi no descartan incluso volver a contemplar ¡el regreso de la monarquía derrocada por Gadafi!
Con los ingresos procedentes del petróleo los libios podrían vivir como los noruegos. ¿Lo veremos?
Y es que una cosa es que se expulse al dictador, pero otra es que las élites que han estado en su orbita y han vivido de las prebendas dictatoriales, queden expulsadas del sistema.
Se trata en esta fase de reconducir la revolución, es decir aplicar el Lampedusianismo: “si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”, Príncipe de Salina dixit.
El ejemplo más claro lo tenemos en Túnez. Primero intentaron colar como Gobierno de transición, la alternativa inicial al dictador, a cinco de los ministros del Gobierno anterior. Visto rápidamente por donde iban los tiros, el pueblo rechazó tal alternativa y colocaron al primer ministro, Mohamed Ganuchi, de 69 años, que dimitió tras un fin de semana de manifestaciones masivas y violentas.
Hajer Suid, una de los organizadores de las protestas, sostiene en Facebook que los violentos son, en realidad, "contrarrevolucionarios afines al Reagrupamiento Constitucional Democrático, el partido de Ben Ali, que no desean un auténtico cambio".
El sustituto de Ganuchi es ahora Beyi Caid Essebsi, de 84 años, que ocupó numerosos cargos -primer ministro, ministro de Defensa y viceministro de Exteriores- en tiempos del presidente Habib Burguiba (1956-1987), una auténtica momia que han sacado del cajón para ver si colaba. Parece ser que no, ya que hasta cuesta mantenerlo despierto.
La Revolución Francesa, tan jacobina ella y tan radical, con guillotina imparable, tenía diez años después un Napoleoncete gobernando como déspota absoluto, para acabar más tarde volviendo otra vez a la monarquía. Cambiaron una monarquía absoluta por otra más light, pero las fuerzas vivas, o sea, la nobleza y el clero, siguieron en el tajo, como si nada hubiera pasado y hubo que esperar hasta 1848 para darle otra vuelta a la cosa.
Vamos a asistir a procesos similares y vamos a ver en directo como se reconducen las revoluciones del pueblo para que los intereses, especialmente los petroleros, no se escapen de las manos de cuatro. En el caso particular de Libia, el país que más preocupa, ya que tiene gas y petróleo, ya vemos como puestos a buscar sustituto a Gadafi no descartan incluso volver a contemplar ¡el regreso de la monarquía derrocada por Gadafi!
Con los ingresos procedentes del petróleo los libios podrían vivir como los noruegos. ¿Lo veremos?
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1 comentario:
En España empieza el movimiento protesta. El gobierno nos esta llevando del paro a la ruina. Subvenciones millonarias a los sindicatos, a los del cine, a la prensa.
Mientras tanto, bajada de sueldo a los trabajadores, congelación de pensiones, prohibiciones, restricciones y ellos de Armani y de Vogue con cochazos y chofer, con 7 años cotizados y jubilación al máximo.
La protesta se demuestra andando, como el movimiento
Video de una de las plazas en España:
http://www.youtube.com/watch?v=dGSqzA530yc
la web, no son políticos, son personas hartas de ver la mitad de los vecinos en paro.
http://malestar.org/
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