miércoles, febrero 15, 2012

Pues nada, que sigan así


La noticia hoy es que la economía de la zona euro se contrae por primera vez desde 2009. Los duros planes de ajuste contra el déficit adoptados en algunas de sus principales economías empiezan a pasar factura a la eurozona que muestra tasas negativas de crecimiento en el último trimestre de 2011, algo que no ocurría desde 2009. El Producto Interior Bruto (PIB) de la los 17 países que comparten la moneda única cayó un 0,3% entre octubre y diciembre con respecto al trimestre anterior. El de la UE, por su parte, también retrocedió otro 0,3%. Con esta recaída, Europa se asoma a su segunda recesión en menos de tres años.

Quien siembra, recoge. Lo vengo escribiendo desde hace tiempo. A tales políticas (de austeridad), tal recesión. “Habas contadas” dice el refrán. Y como éste otros muchos, como “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Pero la hija del pastor luterano, educada en la austeridad, seguro que seguirá inmutable, como corresponde al prototipo de mentalidad alemana, perfectamente cuadrada, es decir, que no aceptan estar equivocados (o no les interesa, de momento).

Y recordar lo que dijo Krugman: “…lo más indignante de esta tragedia es que es totalmente innecesaria. Hace medio siglo, cualquier economista (…) os podía haber dicho que austeridad en tiempos de depresión era una muy mala idea. Pero los políticos, los entendidos y, siento decirlo, muchos economistas decidieron, sobre todo por razones políticas, olvidar lo que sabían. Y millones de trabajadores están pagando el precio de su deliberada amnesia”.

Nuestro presidente actual de gobierno afirmó, cuando se aprestaba a rendir pleitesía a la señora Merkel, que lo primero es cumplir con el deber de sanear los bancos y reducir el gasto público: los puestos de trabajo, los hospitales o las escuelas no son prioritarios. Las políticas restrictivas han llegado a tal punto de irracionalidad que desde el propio Fondo Monetario Internacional se ha comenzado a advertir a los dirigentes políticos europeos de que puede llegar a tal punto la austeridad que la sostenibilidad de la deuda será inviable por más que se recorte y recorte.

A medida que los ingresos y la riqueza se concentran en los más ricos, la amplia clase media no tiene ya el poder adquisitivo necesario para comprar lo que la economía es capaz de producir y el resultado es la generalización del estancamiento y del paro y no hay que olvidar que un porcentaje elevado de la economía nacional depende del gasto de los consumidores, y que la recuperación no será posible si no aumenta la capacidad de consumo de la clase media.

Pues nada, que sigan así. Rajoy, el que lo iba a arreglar todo en un plis-plas, ya empieza a decir que “esto no se arregla a corto plazo", o sea, que lo único que va a hacer es empeorarlo. Con esta política económica, ni a medio, ni a largo plazo. Y a largo plazo todos muertos (sin ver como se arregla).

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