sábado, febrero 25, 2012

The Artist


Realmente genial la película revelación de este año. Un film en blanco y negro y además mudo (pero con música) ¿Puede triunfar hoy en día una pelicula con estas características?

En tiempos de un cine esclavo de la tecnología, efectos especiales inacabables, 3D y sonido sensorround, crear un proyecto así podía ser calificado como una locura.

Como dice Carlos Boyero (Sin palabras – ver el vídeo-), “…productores, jefes de marketing y espíritus creativos desgastan sus neuronas intentando averiguar cómo se puede mantener la clientela de las salas oscuras. Hacen remakes de películas que convenía dejarlas como estaban, utilizan el 3D hasta en la sopa, rutinariamente, con la avidez de vender entradas más caras a cambio de ofrecer el más difícil todavía, le ofrecen protagonismo exclusivo a los efectos especiales, creen que algo debe cambiar pero no tienen muy claro qué...”. Mira por donde volver a los orígenes es muy saludable.

Diez años le costó al cabezota de su director Michel Hazanavicius encontrar un loco que pusiese el dinero para hacer esta joya.

Una historia de amor al cine que cuenta a su vez una historia de amor. Todo un homenaje al cine de verdad, el que emociona, con dos artistas insuperables (el cine mudo exige mucho) y sin olvidar a un perro (Uggie) realmente fantástico.

The artist se proyectó en Cannes al final del certamen y conmovió a crítica y público. Desde entonces, Hazanavicius y su película han conocido la gloria del público, y lo que es mejor, del mercado. Ya únicamente falta que se lleve algún Óscar, lo que puede ocurrir fácilmente. Si el filme lo logra sería la primera vez en la historia que una misma película se lleva el Oscar, el Bafta, el Globo de Oro y el César.

En los César franceses se acaba de llevar seis premios: ha ganado en los apartados a mejor filme, dirección, actriz (Bérénice Bejo, que es la esposa de Hazanavicius), banda sonora, fotografía y decorado.

The artist se rodó en 35 días en Hollywood con dinero francés. Buscaron unas localizaciones exquisitas y visitaron todos los míticos estudios, en los que rodaron los más grandes, como Chaplin en La quimera del oro o Luces de la ciudad. Incluso la casa de la protagonista Peppy Miller es la de Mary Pickford, una de las máximas estrellas del cine mudo. Todo muy emocionante, según recuerda su realizador. Sin olvidar la música, ese elemento imprescindible en una película sin diálogos, obra de Ludovic Bource.

Entiendo que la gente pueda ser reacia a ver una película al estilo de los viejos tiempos, pero ésta es una maravilla.



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