Después del gran obsequio que ha hecho el gobierno de Rajoy a los empresarios (que supongo sabrán agradecer cuando el PP pase la bandeja para financiar las próximas elecciones y las campañas de manipulación mediática), que les permite despedir libremente y barato, que permite bajar los salarios a destajo y que legaliza el mobbing, ya que permite bajar la categoría de un trabajador libremente, o cambiarle el horario o turno, o sencillamente enviarlo a trabajar a la otra punta de España, parece ser que esta gente no tiene aún bastante.
Obran al igual que los tiburones, que excitados en plena orgía devoradora piden siempre más sangre. Si se ha conseguido esta reforma, que es como un sueño para ellos, ¿por qué no pedir más y más?
Pues ahora solicitan, nada más y nada menos, una amnistía fiscal, es decir no pagar los impuestos ni las sanciones por lo defraudado en los cinco últimos años (fraudes anteriores ya han prescrito). Alegan, como no, la existencia de escasez de financiación, de estar al límite, de tener pérdidas, etc.; buenas razones.
Lo que pasa es que esta mismas razones las podrían alegar la totalidad de los trabajadores y más aún los parados, que pagan impuestos sobre la prestación de desempleo. ¡Qué bien que les iría que les dejen defraudar, con lo apurados que están!
Y en este festín de la patronal, nada mejor que perseguir al trabajador o al parado hasta la extenuación. ¿Qué es lo que pretende ahora también la patronal? Pues que los parados tengan que aceptar cualquier trabajo por degradante que sea en relación al trabajo que hacían en el momento de quedarse parados. El objetivo está claro: al tener que aceptar OBLIGATORIAMENTE un trabajo, el empresario podrá pagar el salario mínimo, ya que el trabajador no tiene otra opción que aceptarlo. ¡Trabajo esclavo, ya que no hay opción de elegir! Y esto lo hacen los defensores del libre mercado (libre para lo que les interesa).
Esta es la patronal española. Estos son nuestros empresarios. Si alguien cree que estos “emprendedores” crearán trabajo y nos sacarán de la crisis va dado.
Lo único que pretenden es preservar sus beneficios confiscándolos a las rentas del trabajo. Esta es su competitividad y productividad. No hay más. Dentro de su lógica errónea el paro es consecuencia de la demanda, nunca de la oferta. Es decir, hay paro por que los trabajadores no quieren trabajar. No le iría mal al presidente de la patronal-explotadora unas lecciones de macroeconomía para que no siga diciendo tonterías (aunque ya sabemos que con ellas lo único que persigue es llenar el bolsillo de los suyos).
Y si alguien pensaba que la reforma no traerá problemas, aquí tienen una muestra ya: los trabajadores despedidos podrán llevar a juicio a sus compañeros si consideran que los despedidos han de ser ellos. Un clima empresarial muy propicio para trabajar en equipo y crear futuro.
Por lo tanto, aunque oficialmente el gobierno de Rajoy no los amnistíe fiscalmente (Bruselas creo que no lo permitiría) veremos, como ya escribí hace unos meses, anticipándolo (ver el punto 39 de mi post “Depende”), que lo que si hará es no inspeccionarlos (¡menudas vacaciones se van a pegar lo inspectores!) y el fraude irá prescribiendo gradualmente. Los empresarios recibirán así beneficios fiscales mientras los trabajadores verán aumentados sus perjuicios fiscales (IVA el año pasado y ahora IRPF) para compensar así lo que nos roba esta gente.
Da risa pensar que la UE persigue la unificación fiscal cuando el fraude fiscal por aquí es de una dimensión celestial. ¿De que sirve igualar las normas fiscales europeas si luego se las pasan por el forro? ¿Tendrán que dirigir la inspección fiscal los alemanes?
Obran al igual que los tiburones, que excitados en plena orgía devoradora piden siempre más sangre. Si se ha conseguido esta reforma, que es como un sueño para ellos, ¿por qué no pedir más y más?
Pues ahora solicitan, nada más y nada menos, una amnistía fiscal, es decir no pagar los impuestos ni las sanciones por lo defraudado en los cinco últimos años (fraudes anteriores ya han prescrito). Alegan, como no, la existencia de escasez de financiación, de estar al límite, de tener pérdidas, etc.; buenas razones.
Lo que pasa es que esta mismas razones las podrían alegar la totalidad de los trabajadores y más aún los parados, que pagan impuestos sobre la prestación de desempleo. ¡Qué bien que les iría que les dejen defraudar, con lo apurados que están!
Y en este festín de la patronal, nada mejor que perseguir al trabajador o al parado hasta la extenuación. ¿Qué es lo que pretende ahora también la patronal? Pues que los parados tengan que aceptar cualquier trabajo por degradante que sea en relación al trabajo que hacían en el momento de quedarse parados. El objetivo está claro: al tener que aceptar OBLIGATORIAMENTE un trabajo, el empresario podrá pagar el salario mínimo, ya que el trabajador no tiene otra opción que aceptarlo. ¡Trabajo esclavo, ya que no hay opción de elegir! Y esto lo hacen los defensores del libre mercado (libre para lo que les interesa).
Esta es la patronal española. Estos son nuestros empresarios. Si alguien cree que estos “emprendedores” crearán trabajo y nos sacarán de la crisis va dado.
Lo único que pretenden es preservar sus beneficios confiscándolos a las rentas del trabajo. Esta es su competitividad y productividad. No hay más. Dentro de su lógica errónea el paro es consecuencia de la demanda, nunca de la oferta. Es decir, hay paro por que los trabajadores no quieren trabajar. No le iría mal al presidente de la patronal-explotadora unas lecciones de macroeconomía para que no siga diciendo tonterías (aunque ya sabemos que con ellas lo único que persigue es llenar el bolsillo de los suyos).
Y si alguien pensaba que la reforma no traerá problemas, aquí tienen una muestra ya: los trabajadores despedidos podrán llevar a juicio a sus compañeros si consideran que los despedidos han de ser ellos. Un clima empresarial muy propicio para trabajar en equipo y crear futuro.
Por lo tanto, aunque oficialmente el gobierno de Rajoy no los amnistíe fiscalmente (Bruselas creo que no lo permitiría) veremos, como ya escribí hace unos meses, anticipándolo (ver el punto 39 de mi post “Depende”), que lo que si hará es no inspeccionarlos (¡menudas vacaciones se van a pegar lo inspectores!) y el fraude irá prescribiendo gradualmente. Los empresarios recibirán así beneficios fiscales mientras los trabajadores verán aumentados sus perjuicios fiscales (IVA el año pasado y ahora IRPF) para compensar así lo que nos roba esta gente.
Da risa pensar que la UE persigue la unificación fiscal cuando el fraude fiscal por aquí es de una dimensión celestial. ¿De que sirve igualar las normas fiscales europeas si luego se las pasan por el forro? ¿Tendrán que dirigir la inspección fiscal los alemanes?
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