El empresario español persigue sin desmayo, ahora que está abierta la veda, alcanzar sus sueños: despido libre y gratuito, contratos que no le obliguen a nada, trabajadores que hagan el trabajo gratis o casi (*), nada de pagar impuestos, horarios y localización flexibles a gusto del pagador, aumentar las horas de trabajo, reducir sus cotizaciones a la SS al mínimo posible y exterminar el derecho a huelga, entre otras cosas.
El proceso de sodomización del trabajador español se ha de realizar gradualmente, no sea que haya sangre, y mañana veremos el inicio de otra fase más de este proceso. Y después vendrá más, ya que la patronal muestra su descontento porque considera insuficiente la reforma y así lo será hasta que se cumplan todos sus sueños y deseos.
Hoy el director del 'think tank' de la CEOE, Joaquín Trigo, admite que la reforma laboral no cumplirá todas las expectativas de la patronal y ha reclamado “regular” el derecho de huelga, o sea, que la huelga se haga cuando y como diga el empresario, no sea que le perjudique. Para ello siempre se busca poner por el medio a los ciudadanos, a los que naturalmente las huelgas les afectan y eso es cosa muy fea. A esta gente cuando les interesa los ciudadanos son lo primero.
El Sr. Trigo parece ser que no se ha enterado de lo que pretenden las huelgas, y por tanto habrá que explicarle que precisamente una huelga tiene su sentido si afecta al empresario. Ya que yo pierdo, perdamos todos, dicen los huelguistas, única arma de la que disponen ante el rodillo que circula y que nos está dejando planchados a todos.
Por lo tanto no es de extrañar que el empresario de los transportes de Barcelona, o sea el alcalde, muestre sus sorpresa e indignación ante la huelga del transporte público que afectará a Barcelona precisamente los días en que se celebra la Feria Internacional del Móvil (Mobile World Congress) a final de mes.
El alcalde pide responsabilidad y “que no se haga daño” a la ciudad. Para dar ideas responsables, por ejemplo, digo yo, se podría hacer la huelga cuatro domingos de madrugada de 3 a 9 de la mañana, así no sufriría casi nadie las consecuencias. El ayuntamiento vería bien una huelga así y sería señal de que los trabajadores “se han vuelto responsables”.
Naturalmente una huelga así no serviría de nada y el Ayuntamiento rebosaría felicidad y no concedería nada de lo que con todo derecho piden los trabajadores de la TMB.
La pretendida irresponsabilidad de los trabajadores en realidad es una irresponsabilidad del Ayuntamiento que FIRMÓ una subida de salarios del 2,5%, (además debe ajustes del IPC del 2011) y ahora no quiere aplicarla. Razones sobradas pues para hacer una huelga y por lo tanto fácil lo tiene el Ayuntamiento “para no dañar a la ciudad”. Es muy sencillo: pagar lo acordado y así desparecerán los "irresponsables".
Los ciudadanos, a pesar de lo que supone esta huelga, son trabajadores como los del transporte de Barcelona y saben que la solidaridad es lo primero. Hoy por ti mañana por mí. A aguantarnos todos y que el Alcalde pague lo que acordó. Él es el culpable de todo el daño que se haga. Si la gente no se planta esto nunca tendrá fin, los sueños empresariales esbozados al inicio de este artículo se cumplirán gradualmente y los trabajadores acabarán esclavizados (y los empresarios hundidos porque nadie les comprará nada).
Y para acabar dos cosas más.
Una. Recordar el incremento salvaje en el precio del billete que aplicó este alcalde que se va ganando poco a poco el odio popular. ¡Eso sí que fue irresponsable!
Dos. Dudo que los participantes en esta feria, que vienen de países con poder adquisitivo y con dietas y gastos pagados, viajen en autobús y metro. Lo que pretende el Ayuntamiento es echar el oprobio ciudadano sobre las espaldas de los currantes del transporte. Las mismas maniobras orquestales de siempre.
(*) Si alguien piensa que esto de trabajar gratis es una utopía que vaya tomando nota de que ya habido intentos de ponerse manos a la obra. Lo empezó a intentar Ana Botella hace unos días cuando indicó su intención de que varios trabajos de la Comunidad los hiciesen voluntarios. De momento se ha callado ya que le han indicado rápidamente que es inconstitucional, pero ya sabemos que, cuando interesa, las constituciones se cambian fulminantemente.
El proceso de sodomización del trabajador español se ha de realizar gradualmente, no sea que haya sangre, y mañana veremos el inicio de otra fase más de este proceso. Y después vendrá más, ya que la patronal muestra su descontento porque considera insuficiente la reforma y así lo será hasta que se cumplan todos sus sueños y deseos.
Hoy el director del 'think tank' de la CEOE, Joaquín Trigo, admite que la reforma laboral no cumplirá todas las expectativas de la patronal y ha reclamado “regular” el derecho de huelga, o sea, que la huelga se haga cuando y como diga el empresario, no sea que le perjudique. Para ello siempre se busca poner por el medio a los ciudadanos, a los que naturalmente las huelgas les afectan y eso es cosa muy fea. A esta gente cuando les interesa los ciudadanos son lo primero.
El Sr. Trigo parece ser que no se ha enterado de lo que pretenden las huelgas, y por tanto habrá que explicarle que precisamente una huelga tiene su sentido si afecta al empresario. Ya que yo pierdo, perdamos todos, dicen los huelguistas, única arma de la que disponen ante el rodillo que circula y que nos está dejando planchados a todos.
Por lo tanto no es de extrañar que el empresario de los transportes de Barcelona, o sea el alcalde, muestre sus sorpresa e indignación ante la huelga del transporte público que afectará a Barcelona precisamente los días en que se celebra la Feria Internacional del Móvil (Mobile World Congress) a final de mes.
El alcalde pide responsabilidad y “que no se haga daño” a la ciudad. Para dar ideas responsables, por ejemplo, digo yo, se podría hacer la huelga cuatro domingos de madrugada de 3 a 9 de la mañana, así no sufriría casi nadie las consecuencias. El ayuntamiento vería bien una huelga así y sería señal de que los trabajadores “se han vuelto responsables”.
Naturalmente una huelga así no serviría de nada y el Ayuntamiento rebosaría felicidad y no concedería nada de lo que con todo derecho piden los trabajadores de la TMB.
La pretendida irresponsabilidad de los trabajadores en realidad es una irresponsabilidad del Ayuntamiento que FIRMÓ una subida de salarios del 2,5%, (además debe ajustes del IPC del 2011) y ahora no quiere aplicarla. Razones sobradas pues para hacer una huelga y por lo tanto fácil lo tiene el Ayuntamiento “para no dañar a la ciudad”. Es muy sencillo: pagar lo acordado y así desparecerán los "irresponsables".
Los ciudadanos, a pesar de lo que supone esta huelga, son trabajadores como los del transporte de Barcelona y saben que la solidaridad es lo primero. Hoy por ti mañana por mí. A aguantarnos todos y que el Alcalde pague lo que acordó. Él es el culpable de todo el daño que se haga. Si la gente no se planta esto nunca tendrá fin, los sueños empresariales esbozados al inicio de este artículo se cumplirán gradualmente y los trabajadores acabarán esclavizados (y los empresarios hundidos porque nadie les comprará nada).
Y para acabar dos cosas más.
Una. Recordar el incremento salvaje en el precio del billete que aplicó este alcalde que se va ganando poco a poco el odio popular. ¡Eso sí que fue irresponsable!
Dos. Dudo que los participantes en esta feria, que vienen de países con poder adquisitivo y con dietas y gastos pagados, viajen en autobús y metro. Lo que pretende el Ayuntamiento es echar el oprobio ciudadano sobre las espaldas de los currantes del transporte. Las mismas maniobras orquestales de siempre.
(*) Si alguien piensa que esto de trabajar gratis es una utopía que vaya tomando nota de que ya habido intentos de ponerse manos a la obra. Lo empezó a intentar Ana Botella hace unos días cuando indicó su intención de que varios trabajos de la Comunidad los hiciesen voluntarios. De momento se ha callado ya que le han indicado rápidamente que es inconstitucional, pero ya sabemos que, cuando interesa, las constituciones se cambian fulminantemente.
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