Mientras el miércoles el termómetro marcaba 26 grados
bajando el Port del Cantó, hoy nos hemos encontrado un descenso brutal de la temperatura,
con siete grados cuando hemos llegado a Ripoll.
Ya he escrito en otra ocasión sobre esta Vía Verde. Evidentemente
su mejor momento es ahora, con todos los prados verdes y la primavera explotando.
Fuerte viento, especialmente al bajar. Al subir nos hemos llegado hasta Toralles (para alargar un poco el recorrido, ya que sabe a poco), que es donde acababa el trayecto de este tren minero. En este sitio un sistema de vagonetas bajaba el carbón desde la mina de Ogassa hasta el tren.
Nos hemos hecho el vermut en la antigua estación de Sant
Joan de les Abadesses con un sol que ya calienta y con el Taga a la vista, con
un filamento de nieve en la cumbre que desaparecerá rápidamente. El aire era frío
y se estaba todo justito al sol.
24 km.
ida y vuelta desde donde aparqué el coche y poco más del 1% de desnivel en
promedio. Muchas familias con niños pedaleando entre las vacas y los caballos,
siguiendo el curso del río Ter, que bajaba abundante y sonoro. Y los pajaritos piando
durante todo el trayecto. ¡Que bien se estaba a pesar del frío!
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