La noticia es el accidente, si es que se le puede llamar así,
ocurrido en Gredos y que le ha costado la vida a una montañera vasca (y otro
montañero en coma).
Se trataba de una salida clásica de club en que uno de los
integrantes que tiene más experiencia hace de monitor y lidera la salida. Algo habitual en los clubs de
montaña.
Un artículo en El País de Óscar Gogorza aprovecha el suceso
para pedir que se profesionalice la actividad y que no se permita que monitores
aficionados realicen esta tarea. En algunos países está penado, afirma Óscar. Hay
que aprovechar ocasiones como estas para llevar el agua al molino que interesa. Total, sigue
afirmando el artículo, solo les costaría 50 € por cabeza. Está el patio para
pagar también por una actividad libre y gratuita. Acabarán cobrando por respirar (para
garantizar que el aire es de calidad, nos dirán).
Naturalmente le pedirán responsabilidades al monitor (se le puede haber
arruinado la vida al pobre chico), cuando no tiene ninguna, ya que
los “clientes que no pagan” han aceptado previamente las reglas del juego.
Por lo que veo en la foto que acompaña al artículo la salida
discurría por territorio fácil y el problema ha residido en la meteorología y
en la capacidad física de la gente. Un monitor profesional habría tenido probablemente el
mismo problema. Bueno, con la única diferencia de que un monitor profesional no llevaría un grupo tan grande y evitaría así que el grupo se dispersase.
Por lo tanto, mucho cuidado han de tener todos aquellos (y
conozco a varios) que se sacrifican muchos fines de semana para acompañar por la
montaña a gente menos preparada. Mira por donde una actividad desinteresada y altruista
puede convertirse en un boomerang y crearte un problema impresionante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario