Escribía ya hace tres años que la relación de precios de las acciones USA en relación al precio del oro denotaba una burbuja del precio de este último. Ya sabemos que todo lo que
sube, baja, y ahora le ha llegado al oro, como era de esperar.
Conocido es que si en un mercado no hay ventas
importantes, con pequeñas transacciones se puede hacer que el precio de
cualquier mercancía suba sin cesar.
Hasta que alguien, sabiendo aquello de que “los árboles no
alcanzan el cielo”, decide vender en grandes dosis para realizar y obtener los
beneficios de los precios irreales alcanzados y entonces el precio del bien se
hunde.
Y más aún cuando los mercados actuales, todos ellos electrónicos
están repletos de órdenes con “stop de venta”. Es decir sistemas automáticos
que lanzan ordenes de venta si el precio baja de un determinado nivel. En esos momentos ya
se tiene la mascletá en marcha, que es lo que le pasó ayer al oro al efectuarse una gran venta de 124 toneladas.
Reuters se preguntaba hoy si el oro no será como los canarios, que se utilizaban en las minas para detectar las emanaciones de grisú,
y esto es un aviso para las acciones, bonos y los precios de otros bienes, que podrían ser irreales. De hecho el precio del petróleo está bajando también de forma notable.
La historia se repite una y otra vez. Mercados eficientes,
dicen, que proporcionan precios correctos, y bla, bla, bla. Siempre acabamos viendo
que todo es mentira.
¿Nos enfrentamos a la nueva recesión de la cual ya nos advirtió Juan Ignacio Crespo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario