A pesar de la grata compañía (César y Santi, con sus respectivos hijos),
no recuerdo con placer esta escalada y es que me olvidé los gatos y, antes que
perderme la escalada, acepté calzarme unos de Laura, la hija de Santi,
tres/cuatro números más pequeños. Inmenso error que convirtió la escalada en un
verdadero suplicio.
A esto debe añadirse que iba el último, como puede
comprobarse en alguna foto, y como no me había mirado la reseña y mucha
información verbal no me llegaba, se me ocurría intentar todo el rato pasar en
libre y, claro, imposible para mi nivel, ya que luego me enteré de que había varios A0 (la hicimos, por suerte, solo hasta la Feixa). Y yo como un capullo
intentado pasar en libre y con los gatos machacándome. Aún no se como no hice algún
saque. Y además había largos que ya estaban puliditos, como está ya toda esta
pared. Pues eso, mejor olvidar el suplicio.
De otra forma creo que me lo habría pasado bien ya que esta
pared siempre me ha encantado. Me queda el recuerdo del tercer largo, fino
filipino, al que le dan V. En mi opinión es más, ya que es muy vertical.
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