¿Se sorprende alguien? Las políticas económicas que se han practicado, se siguen aplicando y se seguirán realizando sin desmayo, sólo pueden llevar a más paro.
Al trabajador español lo han aterrorizado y ha bastado solo un mes con el PP en el Gobierno para que sus votantes y no votantes se hayan dado cuenta que no solo no van a darle solución a la crisis, sino que la van a ahondar hasta un grado más que preocupante. España en bancarrota, una crisis que puede tener grandes consecuencias, pues cuando explote la ira nacional lo hará de forma salvaje y sorprendente.
Como comenta José Carlos Díez en su blog, “El economista observador”, el virus ha mutado y es mucho más destructivo que el de 2008.
¿Van a hacer algo ahora? ¿Alterarán la espiral de la muerte en la que nos hallamos? Me temo que no. Recurrirán, como ya estaba programado, al tema de la herencia para liberar su culpabilidad (método que va a tener corto recorrido), y seguirán a piñón fijo. Ahora es cuando empieza a quedar claro que cumplir el objetivo del 4,4% es llevar España a la ruina. Recordemos como el PP criticaba a Rubalcaba por decir que había que pedir una moratoria a Bruselas, o lo que es lo mismo, uno nuevo programa de reducción del déficit, si es que hay que reducirlo, ya que en plena crisis, euro que reduzcamos en el gasto público, parado de más que tendremos.
Ahora es el PP, quien con tan solo 30 días al timón, ya está pidiendo que suene el gong. Naturalmente lo pide mientras otros miembros del gobierno dicen que cumpliremos, no sea que se enfaden los mercados. Y así iremos tirando, sin cambiar la política económica, que ahora aprobará una reforma laboral que incrementará aún más el paro, reducirá los salarios y adelgazará aún más el consumo.
Otra vuelta de tuerca y cuando se publique la nueva EPA se rasgarán todos las vestiduras afirmando ¡qué como puede ocurrir esto en un país como España! Pues muy sencillo: quien siembra recoge. No cabe esperar otros resultados.
En ridículo ha quedado nuestra anterior ministra de economía, cuando afirmó que "con las cifras planteadas no vamos a llegar a los cinco millones ni de lejos" (y lo dijo en el 2009, ya en plena crisis).
Y otro dato: impresionante el número de empresas que han muerto en combate. 102.870 empresas han cerrado en los últimos tres años.
Al trabajador español lo han aterrorizado y ha bastado solo un mes con el PP en el Gobierno para que sus votantes y no votantes se hayan dado cuenta que no solo no van a darle solución a la crisis, sino que la van a ahondar hasta un grado más que preocupante. España en bancarrota, una crisis que puede tener grandes consecuencias, pues cuando explote la ira nacional lo hará de forma salvaje y sorprendente.
Como comenta José Carlos Díez en su blog, “El economista observador”, el virus ha mutado y es mucho más destructivo que el de 2008.
¿Van a hacer algo ahora? ¿Alterarán la espiral de la muerte en la que nos hallamos? Me temo que no. Recurrirán, como ya estaba programado, al tema de la herencia para liberar su culpabilidad (método que va a tener corto recorrido), y seguirán a piñón fijo. Ahora es cuando empieza a quedar claro que cumplir el objetivo del 4,4% es llevar España a la ruina. Recordemos como el PP criticaba a Rubalcaba por decir que había que pedir una moratoria a Bruselas, o lo que es lo mismo, uno nuevo programa de reducción del déficit, si es que hay que reducirlo, ya que en plena crisis, euro que reduzcamos en el gasto público, parado de más que tendremos.
Ahora es el PP, quien con tan solo 30 días al timón, ya está pidiendo que suene el gong. Naturalmente lo pide mientras otros miembros del gobierno dicen que cumpliremos, no sea que se enfaden los mercados. Y así iremos tirando, sin cambiar la política económica, que ahora aprobará una reforma laboral que incrementará aún más el paro, reducirá los salarios y adelgazará aún más el consumo.
Otra vuelta de tuerca y cuando se publique la nueva EPA se rasgarán todos las vestiduras afirmando ¡qué como puede ocurrir esto en un país como España! Pues muy sencillo: quien siembra recoge. No cabe esperar otros resultados.
En ridículo ha quedado nuestra anterior ministra de economía, cuando afirmó que "con las cifras planteadas no vamos a llegar a los cinco millones ni de lejos" (y lo dijo en el 2009, ya en plena crisis).
Y otro dato: impresionante el número de empresas que han muerto en combate. 102.870 empresas han cerrado en los últimos tres años.
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