Los suscriptores de pagarés de Nueva Rumasa (se calcula unos 5.000 inversores afectados y una cifra de pagarés de 140 millones de euros), que atraídos a un panal de ricos intereses se creyeron lo que afirmaba la familia Ruiz Mateos en los anuncios televisivos, lo tienen mal.
Si hay suspensión de pagos tendrán quita (hay quien aceptar vender sus participaciones perdiendo ya un 25%). O sea les soplarán una parte importante de lo invertido, por más que digan los Ruiz-Mateo que si hace falta venderán sus propiedades para pagar las deudas. He visto chistes mejores. Son sociedades anónimas y responderán hasta donde llegue el patrimonio.
Y si hay quiebra, (lo que no hay que descartar, vistos los problemas operativos que se empiezan a detectar, ya que los proveedores supongo que quieren cobrar al contado lo que venden) serán los últimos monos en cobrar, lo que quiere decir que cuando les llegue ya no habrá nada. Peor aún.
Les queda la vía de la presentación de una acción penal no sólo por un presunto delito de estafa, sino de publicidad engañosa (para así intentar meter mano al patrimonio personal de la familia). Y vistas las cifras del Patrimonio de las empresas que emitieron los pagarés por ahí sí pueden hacer algo, ya que no tiene nada que ver lo que se indicaba en la publicidad con lo que se ve ahora.
También, por otra parte, se indicaba que el dinero era para comprar empresas y de eso casi nada. Dada la velocidad de la justicia española tardarán siglos en saber algo de su dinero, si es que llegan a saber alguna vez algo.
Las matrices de estas empresas, que se pasaban el dinero entre ellas que daba gusto, están en paraísos fiscales. La realidad es que han captado un dinero que no han invertido, con el cual en parte han amortizado deuda de bancos (que supongo tenían unas ganas locas de recuperar el dinero y salir corriendo) y el resto a buen recaudo.
Menos mal que en está ocasión no pasa como con los sellos, intentando que sea el estado (o sea, nosotros) el que pague.
Si hay suspensión de pagos tendrán quita (hay quien aceptar vender sus participaciones perdiendo ya un 25%). O sea les soplarán una parte importante de lo invertido, por más que digan los Ruiz-Mateo que si hace falta venderán sus propiedades para pagar las deudas. He visto chistes mejores. Son sociedades anónimas y responderán hasta donde llegue el patrimonio.
Y si hay quiebra, (lo que no hay que descartar, vistos los problemas operativos que se empiezan a detectar, ya que los proveedores supongo que quieren cobrar al contado lo que venden) serán los últimos monos en cobrar, lo que quiere decir que cuando les llegue ya no habrá nada. Peor aún.
Les queda la vía de la presentación de una acción penal no sólo por un presunto delito de estafa, sino de publicidad engañosa (para así intentar meter mano al patrimonio personal de la familia). Y vistas las cifras del Patrimonio de las empresas que emitieron los pagarés por ahí sí pueden hacer algo, ya que no tiene nada que ver lo que se indicaba en la publicidad con lo que se ve ahora.
También, por otra parte, se indicaba que el dinero era para comprar empresas y de eso casi nada. Dada la velocidad de la justicia española tardarán siglos en saber algo de su dinero, si es que llegan a saber alguna vez algo.
Las matrices de estas empresas, que se pasaban el dinero entre ellas que daba gusto, están en paraísos fiscales. La realidad es que han captado un dinero que no han invertido, con el cual en parte han amortizado deuda de bancos (que supongo tenían unas ganas locas de recuperar el dinero y salir corriendo) y el resto a buen recaudo.
Menos mal que en está ocasión no pasa como con los sellos, intentando que sea el estado (o sea, nosotros) el que pague.
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