Vidal-Folch ha dedicado, con motivo de la próxima renovación de la presidencia del Banco Central Europeo, dos artículos (1 y 2) a explicarnos lo perfecta que es la banca alemana y los alemanes que la rigen.
Les puede parecer a algunos que la sarta de ajustes (por utilizar el eufemismo al uso) que nos han caído a los españoles cual castigo divino, son consecuencia de nuestros desmanes públicos y privados, mientras que los alemanes, que ahora ejercen de médicos y dan recetas, son doña perfecta y lo han hecho todo a las mil maravillas.
Pues de eso nada. Si hay una banca que cometió barbaridades fue la alemana. Mientras que el fondo de rescate bancario español (FROB) ha prestado hasta hoy a las cajas 11.538 millones de euros, la alemana puso (ojo al dato) medio billón de euros entre 2008 y 2009 para salvar su banca regional. Y el banco alemán Hypo Real State fue nacionalizado en 2008. Fue el peor banco europeo según los exámenes de solvencia del pasado verano.
Los 11 landesbanken pasaron a 10: se fusionaron el Sachsen y el Baden-Wurtenberg, pues el primero estaba tocado de muerte por las hipotecas tóxicas norteamericanas: ya en 2007 las cajas le hicieron un boca a boca por 17.300 millones. Todos están en reconversión. Al IKB, Banco de Industria Alemán, mixto, se le tuvieron que inyectar 8.100 millones de euros también en 2007, por iguales divertimentos en el perverso fondo Abacus en el que Goldman y Paulson fueron cómplices. Otros privados también ingirieron hipotecas subprime. Un coloso como el Commerzbank reconoció aquel año haberlas comprado por 1.200 millones de euros, perdiendo al menos 80 millones.
Puede entenderse el pánico que tienen los bancos alemanes, cargados de deuda española, de un impago de la banca o estado español. Esto los acabaría de hundir.
Se supone que alguien supervisaba a estos bancos tan juiciosos. Pues el presidente del Bundesbank encargado de la supervisión se llamaba y se llama Axel Weber y es el gran favorito para suceder a Jean-Claude Trichet como presidente del Banco Central Europeo. Este personaje es el que rompió la disciplina interna del BCE, al desafiar la decisión colectiva de comprar deuda de países en apuros; porque propugna una política monetaria inflexible; porque como incompetente supervisor de la banca de su país es culpable de su sideral agujero. Y no queda aquí la cosa: únicamente le obsesiona de forma impulsiva la inflación.
Si sucediese a Trichet, "simbolizaría el rapto de Europa a cargo de Alemania", ha escrito el periodista David Marsh. "Supondría un riesgo para el euro, se preocupa por una inflación que no hay, sin dar importancia al peligro deflacionario de una larga recesión", le reprocha ásperamente Paul Krugman.
Otras alternativas aún suenan peor, como la de Stark que es un talibán, culpable de que en en junio de 2008, en vez de otear la crisis, la caída de Lehman y el peligro de deflación, enloquecido por la inflación (!que declinaba!), presionó por, y logró, un alza de los tipos de interés: la peor decisión en la historia del BCE (Aves carroñeras, 21 de enero de 2010).
Quedan otros al menos más ponderados, como Klaus Regling, el director del Fondo de Rescate de la UE, pero lo que parece probable es que será alemán.
Pongamos un cirio para que el próximo jefe del BCE no sea uno de estos pájaros (Weber o Stark). Si a Weber le obsesiona la inflación podemos ver como a la más mínima se suben tipos y ya solo le faltaría esto a la banca española: a la morosidad de los parados que no pueden pagar las hipotecas se añadiría la de los que no podrían pagar el incremento de las cuotas.
Y sobre los alemanes riamos un poco con esta parodia de la visita de Merkel a Zapatero. Puestos a poner orden, ¿por qué no hacer limpieza y tirar también a Zapatero por la ventana?
Genial lo de la Baja Sajonia.
Les puede parecer a algunos que la sarta de ajustes (por utilizar el eufemismo al uso) que nos han caído a los españoles cual castigo divino, son consecuencia de nuestros desmanes públicos y privados, mientras que los alemanes, que ahora ejercen de médicos y dan recetas, son doña perfecta y lo han hecho todo a las mil maravillas.
Pues de eso nada. Si hay una banca que cometió barbaridades fue la alemana. Mientras que el fondo de rescate bancario español (FROB) ha prestado hasta hoy a las cajas 11.538 millones de euros, la alemana puso (ojo al dato) medio billón de euros entre 2008 y 2009 para salvar su banca regional. Y el banco alemán Hypo Real State fue nacionalizado en 2008. Fue el peor banco europeo según los exámenes de solvencia del pasado verano.
Los 11 landesbanken pasaron a 10: se fusionaron el Sachsen y el Baden-Wurtenberg, pues el primero estaba tocado de muerte por las hipotecas tóxicas norteamericanas: ya en 2007 las cajas le hicieron un boca a boca por 17.300 millones. Todos están en reconversión. Al IKB, Banco de Industria Alemán, mixto, se le tuvieron que inyectar 8.100 millones de euros también en 2007, por iguales divertimentos en el perverso fondo Abacus en el que Goldman y Paulson fueron cómplices. Otros privados también ingirieron hipotecas subprime. Un coloso como el Commerzbank reconoció aquel año haberlas comprado por 1.200 millones de euros, perdiendo al menos 80 millones.
Puede entenderse el pánico que tienen los bancos alemanes, cargados de deuda española, de un impago de la banca o estado español. Esto los acabaría de hundir.
Se supone que alguien supervisaba a estos bancos tan juiciosos. Pues el presidente del Bundesbank encargado de la supervisión se llamaba y se llama Axel Weber y es el gran favorito para suceder a Jean-Claude Trichet como presidente del Banco Central Europeo. Este personaje es el que rompió la disciplina interna del BCE, al desafiar la decisión colectiva de comprar deuda de países en apuros; porque propugna una política monetaria inflexible; porque como incompetente supervisor de la banca de su país es culpable de su sideral agujero. Y no queda aquí la cosa: únicamente le obsesiona de forma impulsiva la inflación.
Si sucediese a Trichet, "simbolizaría el rapto de Europa a cargo de Alemania", ha escrito el periodista David Marsh. "Supondría un riesgo para el euro, se preocupa por una inflación que no hay, sin dar importancia al peligro deflacionario de una larga recesión", le reprocha ásperamente Paul Krugman.
Otras alternativas aún suenan peor, como la de Stark que es un talibán, culpable de que en en junio de 2008, en vez de otear la crisis, la caída de Lehman y el peligro de deflación, enloquecido por la inflación (!que declinaba!), presionó por, y logró, un alza de los tipos de interés: la peor decisión en la historia del BCE (Aves carroñeras, 21 de enero de 2010).
Quedan otros al menos más ponderados, como Klaus Regling, el director del Fondo de Rescate de la UE, pero lo que parece probable es que será alemán.
Pongamos un cirio para que el próximo jefe del BCE no sea uno de estos pájaros (Weber o Stark). Si a Weber le obsesiona la inflación podemos ver como a la más mínima se suben tipos y ya solo le faltaría esto a la banca española: a la morosidad de los parados que no pueden pagar las hipotecas se añadiría la de los que no podrían pagar el incremento de las cuotas.
Y sobre los alemanes riamos un poco con esta parodia de la visita de Merkel a Zapatero. Puestos a poner orden, ¿por qué no hacer limpieza y tirar también a Zapatero por la ventana?
Genial lo de la Baja Sajonia.
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