jueves, febrero 10, 2011

Oriol Regàs. Los años divinos.

Estaba en el lugar oportuno y en el momento indicado. Lo dice él mismo. Oriol Regàs (nacido justo en el 36) se convirtió en el rey de los pijos catalanes, a los que les proporcionó lo que necesitaban.

Y lo que necesitaban era convencerse de que no eran franquistas de derechas, como sus papás, y tener lugares comunes donde obtener sex, drug & rock and roll. Oriol Regás les proporcionó todo ello montando Bocaccio (convirtiéndose así en Mr. Bocaccio), discoteca en el 505 de la calle Muntaner, donde se podía oír otra música diferente y donde se pudieron ver las primeras gogo-girls de Barcelona. Cuando todo estaba prohibido en la calle, en Bocaccio se respiraba cierto tipo de libertad y por allí pasaron todos los pijos de Barcelona.

Sin pretenderlo, naciendo de parto espontáneo, apareció la que se vino a denominar gauche-divine. Los hijos de papa resulta que eran comunistas y del PSUC. Naturalmente la cosa duró poco y en cuanto tomaron las riendas de sus respectivos negocios o carreras profesionales acabaron encarrilados en los mismos raíles de procedencia, o sea votando a CiU y al PP.

Oriol Regàs (hermano de la escritora Rosa Regàs) ha relatado toda la historia de sus aventuras profesionales y no profesionales, que también las hay, en un extenso libro de memorias que me leí, muerto de frío, por las orillas del Rin este verano. Y es que el libro va de Barcelona, de esa ciudad que, a los que hemos nacido aquí, tanto nos interesa. Al igual que Esther Tusquets (Habíamos ganado la guerra y Confesiones de una vieja dama indigna) nos desvela hechos que de otra forma ignoraríamos. Por lo tanto siempre son de agradecer este tipo de libros y en especial este, que nos describe tan bien la época.

No solo fue Bocaccio. Abrió también uno de los restaurantes más famosos de Barcelona, Vía Veneto, y cuando la clientela de Bocaccio salió de la adolescencia, este perspicaz empresario (aunque él niega que lo sea y prefiere que le llamen promotor, porque nunca en el fondo le interesaba –afirma- el dinero, oxímoron que siempre se oye cuando ya se ha conseguido el dinero), creó Up & Down (un club selecto donde pasabas proceso de admisión para ser socio, ya que los pijitos de Bocaccio habían dejado de ser comunistas y no se iban a sentar al lado de un cualquiera) un paso adelante para crear otro centro aglutinador de ex progres, ahora ya todos ellos con más añitos y más coches deportivos en la puerta del local.

Y también fue un éxito. Todo lo que tocaba Oriol Regàs lo convertía en oro. Así se dedicó a promotor musical (los conciertos de la Nova Cançó) y literario (la revista Avenç).

Oriol era de los que nadaba y guardaba la ropa, como toda la gauche divine. Jugaban a comunistas, pero cuando le ofrecieron el carnet del PSUC lo rechazó. Y es que jugar con todas las cartas siempre da ventajas. Así este hombre tenía amistades en todo el espectro social lo que siempre aporta ventajas competitivas. Ejemplos de su influencia quedan explicados en el libro y sirva como ejemplo (además de los permisos para los conciertos, que acababan siempre siendo manifestaciones antifranquistas) que cuando Serrat volvió de su exilio mejicano no sabía si al llegar al aeropuerto la dictadura lo iba a enchironar directamente. Pidió auxilio a Oriol Regás quien le acompañó y protegió en su vuelta a casa y a Serrat no le pasó nada. Serrat conocía muy bien que Oriol era un pulpo social y su personalidad contaba con un punto fuerte: su capacidad de relacionarse era inmensa.

Y finalmente el batacazo, el primero y último en su trayectoria de éxitos. Creó en 1989 en Gavá el Tropical, un Beach-club que no funcionó. Y acostumbrado al eterno éxito no supo digerirlo y acabó sumido en una profunda depresión. Y es que los tiempos habían cambiado. Los modelos de negocio no duran eternamente.

Interesante el libro para ver como funcionaban estos grupos sociales y nada mejor que empezar por él mismo. Se hace difícil entender como se puede convivir con tu esposa e hijos y los fines de semana, en la casita de la Costa Brava, uno se acuesta con una amiguita y la mujer con otro y en la mismita habitación de al lado. Y luego a cenar todos juntos. Los sociólogos disfrutarán leyéndolo.

Creo que fue el tenista rumano Ilie Nastase quien en su día habló sobre el número de mujeres con las que se había acostado (parece ser que llevaba la cuenta), dejando al personal boquiabierto.

Pues bien, Oriol Regás está en esa línea. Sin citar ni nombres ni apellidos en el libro, ni llevar la cuenta, lo que si que está claro es que cada noche, ya sea en Bocaccio o en Up & Down había una mujer dispuesta. Terrible desgaste este…

Un interesante clip de TVE

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