Veo hoy en la prensa que no soy el único que piensa sobre la que nos ha caído a los españoles, atrapados en esta cárcel llamada euro, vigilada por alemanes.
En un artículo publicado hoy en El País Negocios y titulado “La última estación del vía crucis”, Antón Costas, catedrático de Política Económica de la UB, dice textualmente “…Aunque hoy no toca, déjenme decir que hay un cambio generacional en las élites alemanas con consecuencias preocupantes para Europa. Es una generación que trata de germanizar Europa, no de construir un proyecto común, como hizo la generación de Helmut Schmidt y Helmut Kohl”.
Nuevas generaciones que vuelven a los objetivos de siempre, tan antiguos como el ser humano, como si fuesen designios insalvables, el dominio de los pueblos para su explotación.
Antón Costas explica muy bien en este artículo quienes son los culpables de esta crisis. Son ellos mismos, los alemanes, que como grandes ahorradores producto de su austeridad sin fin en el consumo, les ocasiona a ellos superávits y déficits al resto de mortales. Y esta acumulación de billetes es la que ha buscado en el exterior de Alemania rentabilidades que no les proporcionaba su austeridad y así han hinchado burbujas por doquier y han distorsionado las estructuras productivas de muchos países (lo mismo es válido para los Chinos).
Y ya ha solo ha faltado su cobardía al empezar la crisis y reclamar el dinero que habían prestado. Primero nos inundan de dinero barato y nos endeudan hasta las cejas y luego nos piden su devolución, obligándonos a reducir el nivel de deuda urgentemente, así se envíe el país a los infiernos de la depresión. Y si para ser competitivo de nuevo hemos de deprimir los salarios, mejor aún, ya que cuando vengan a España de vacaciones estará todo más barato para sus jubilados.
Además el euro ha atado de pies y manos a muchos países, antes competitivos, y que ahora no pueden devaluar su moneda. Hay que felicitar a los ingleses por no haber caído en la trampa. Hay que reconocer que tenían bien fichados a los alemanes.
Recomiendo leer el artículo, ya que previene de lo mismo que comenté hace unos días: después de la quiebra de bancos-desplome de las bolsas-sequía del crédito-caída de la producción-desempleo masivo-posible deflación-ansiedad sobre los déficit-histeria de los mercados-guerra de divisas, llega ahora el peligro del proteccionismo, nueva fase de la dislocación geopolítica que puede seguir a la fase actual de depreciaciones de las monedas. Es la última estación del vía crucis en esta lucha por trasladar cada país el coste de la crisis a su vecino. Da risa ver las reuniones del G-20. Nunca había visto nada tan penoso y tan inútil.
Y al tema se añade Krugman. Al igual que en la segunda guerra mundial existió la Alianza del Eje Alemán-Italiano-Japonés, ahora tenemos el Eje de la depresión: Alemania-China-Republicanos USA.
Y es que a estos últimos no les importa lo más mínimo hundir su propia nación con tal de conseguir el poder. La senda hacia la gloria en las elecciones pasa por deprimir el país al máximo posible. Cuanto peor, mejor para ellos. Y además encima les votan por ello. ¿Nos recuerda algo todo esto?
Espero con anhelo la fase proteccionista, ya que significa el fin de la globalización. Nos podemos partir de risa viendo que aquellos que llevaron sus fábricas a China para ser mas baratos y “competitivos” pueden asistir al espectáculo de ver como a esos productos se les aplica un arancel a la importación y salen tan caros como los fabricados localmente (o más caros, ya que el coste del transporte será cada vez mayor).
En un artículo publicado hoy en El País Negocios y titulado “La última estación del vía crucis”, Antón Costas, catedrático de Política Económica de la UB, dice textualmente “…Aunque hoy no toca, déjenme decir que hay un cambio generacional en las élites alemanas con consecuencias preocupantes para Europa. Es una generación que trata de germanizar Europa, no de construir un proyecto común, como hizo la generación de Helmut Schmidt y Helmut Kohl”.
Nuevas generaciones que vuelven a los objetivos de siempre, tan antiguos como el ser humano, como si fuesen designios insalvables, el dominio de los pueblos para su explotación.
Antón Costas explica muy bien en este artículo quienes son los culpables de esta crisis. Son ellos mismos, los alemanes, que como grandes ahorradores producto de su austeridad sin fin en el consumo, les ocasiona a ellos superávits y déficits al resto de mortales. Y esta acumulación de billetes es la que ha buscado en el exterior de Alemania rentabilidades que no les proporcionaba su austeridad y así han hinchado burbujas por doquier y han distorsionado las estructuras productivas de muchos países (lo mismo es válido para los Chinos).
Y ya ha solo ha faltado su cobardía al empezar la crisis y reclamar el dinero que habían prestado. Primero nos inundan de dinero barato y nos endeudan hasta las cejas y luego nos piden su devolución, obligándonos a reducir el nivel de deuda urgentemente, así se envíe el país a los infiernos de la depresión. Y si para ser competitivo de nuevo hemos de deprimir los salarios, mejor aún, ya que cuando vengan a España de vacaciones estará todo más barato para sus jubilados.
Además el euro ha atado de pies y manos a muchos países, antes competitivos, y que ahora no pueden devaluar su moneda. Hay que felicitar a los ingleses por no haber caído en la trampa. Hay que reconocer que tenían bien fichados a los alemanes.
Recomiendo leer el artículo, ya que previene de lo mismo que comenté hace unos días: después de la quiebra de bancos-desplome de las bolsas-sequía del crédito-caída de la producción-desempleo masivo-posible deflación-ansiedad sobre los déficit-histeria de los mercados-guerra de divisas, llega ahora el peligro del proteccionismo, nueva fase de la dislocación geopolítica que puede seguir a la fase actual de depreciaciones de las monedas. Es la última estación del vía crucis en esta lucha por trasladar cada país el coste de la crisis a su vecino. Da risa ver las reuniones del G-20. Nunca había visto nada tan penoso y tan inútil.
Y al tema se añade Krugman. Al igual que en la segunda guerra mundial existió la Alianza del Eje Alemán-Italiano-Japonés, ahora tenemos el Eje de la depresión: Alemania-China-Republicanos USA.
Y es que a estos últimos no les importa lo más mínimo hundir su propia nación con tal de conseguir el poder. La senda hacia la gloria en las elecciones pasa por deprimir el país al máximo posible. Cuanto peor, mejor para ellos. Y además encima les votan por ello. ¿Nos recuerda algo todo esto?
Espero con anhelo la fase proteccionista, ya que significa el fin de la globalización. Nos podemos partir de risa viendo que aquellos que llevaron sus fábricas a China para ser mas baratos y “competitivos” pueden asistir al espectáculo de ver como a esos productos se les aplica un arancel a la importación y salen tan caros como los fabricados localmente (o más caros, ya que el coste del transporte será cada vez mayor).
1 comentario:
Una generalización abusiva del calibre de: "Es una generación que trata de germanizar Europa" ya da una idea del rigor del personaje.
Qué explique un poquito a quienes se refiere y por qué deduce que quieren germanizar Europa.
En España los créditos no se toman ni se tomaron a punta de pistola; y si nuestro gobierno, nuestra banca o cualquier empresa quiere suspender pagos tiene la opción, aunque ateniéndose a las consecuencias. Hasta los zorros que caen en una trampa saben roerse la pierna para liberarse.
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