El primero nos muestra el nivel de personas que al menos tienen educación secundaria en varios países de Europa. No nos ha de sorprender ver a España al final de la lista, con tan sólo un 60%. ¿El llamado fracaso escolar? Lo que sí sorprende es ver en lo alto de la lista a Irlanda. Esto da mucho que pensar.
De hecho rompe bastante los esquemas que relacionan bienestar y progreso con educación. No es tan fácil que uno asegure el otro, como podemos comprobar. Paradójico es que muchos irlandeses (bien formados) piensen ahora en buscarse otros horizontes más allá de las fronteras.
Para aquellos, por ejemplo nuestros empresarios, que indican que nuestros males provienen en parte de nuestro sistema educativo (hay que buscar culpabilidades por todos los lados en estos momentos, menos asumir las suyas) también podríamos preguntarles que han hecho con todos los beneficios acumulados durante la última década. ¿En que lo han invertido? ¿No son ellos los que debían haber cambiado el modelo productivo, en vez de esperar que sea el modelo de contrato laboral (¡que ridiculeces!) el que alivie el paro? ¿nos quieren hacer creer que España no tiene suficiente gente formada? ¡Pero si sobran a cientos!
De nada sirve tener mucha gente formada si no se le da trabajo. Al revés, tener elevadas cotas de jóvenes en paro desincentiva aún más el que estudien.
Acompaño este post con una interesante foto de un enfadado irlandés. Dice la pancarta, ¿en qué se diferencian nuestros banqueros de Madoff? La respuesta es muy sencilla: Madoff fue a la cárcel (y los banqueros se van de rositas, añado yo).
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