Hartos estamos de que nos repitan lo mismo, cual letanía inacabable.
Se trata de meternos en la cabeza determinadas ideas a base de machacarnos, hasta que nos rindamos y las aceptemos. Pero no. Cada vez que nos la suelten hemos de decir en voz alta ¡MENTIRA!
A ello se dedica hoy en un artículo en El País, Nicolás Sartorius. Se centra en las tres frases que están en el top del repertorio:
1. El paro es culpa del mercado laboral.
2. Para mejorar la productividad hay que trabajar más y cobrar menos.
3. Para asegurar las pensiones hay que jubilarse más tarde.
Respecto a la primera nos recuerda Nicolás que el modelo de mercado laboral es el mismo que había en el 2003, cuando no había el alto nivel de paro actual. También nos explica que ahorita mismo, con el mismo modelo de mercado laboral, hay Comunidades con el 10-14% de paro y otras con el 20%. ¿Cómo puede ser que en unas funcione bien y en otras mal?
El paro, la crisis, no lo ha producido precisamente el mercado laboral, sino las 900.000 viviendas que se construían anualmente en España. Los excesos se pagan.
Lo que hay que cambiar es el modelo productivo, no el laboral, y la mentalidad de nuestros empresarios, proclive a la ganancia rápida. Hay que recuperar nuestro retraso en I+D+i y lograr un gran acuerdo económico-social.
Respecto a la segunda frasecita nos recuerda de que depende la productividad: nivel de formación y tecnológico, infraestructuras, eficacia de la administración, calidad del mercado, etc. La mayor parte de esto depende de los poderes públicos y, sobre todo, de las empresas. La pelota no se puede pasar a los trabajadores. Son los empresarios los responsables de tener organizaciones altamente productivas.
Y por último la tercera.
En 1993, año depresivo, el gasto en pensiones era del 10,3% del PIB. Para el 2011 está previsto un gasto del 10,6 % del PIB. Es decir un aumento del 0,3% en 18 años. En el 2003, en el mejor momento, era del 8,8% del PIB.
Esto nos indica que el tema de la sostenibilidad de las pensiones depende de muchos factores y no tan solo de que vivamos más. Tienen que ver el crecimiento del PIB, la productividad, la tasa de actividad, el ciclo económico, el nivel de salarios, la tasa de natalidad, y un largo etc.
Nos recuerda Sartorius que modificar las pensiones ahora no afecta ni al déficit ni a la deuda y además supone una cifra menor en el desmadre actual. Al contrario, alargar la fecha de jubilación de 65 a 67 supone que si se jubilan 270.000 personas al año, tendremos 540.000 jóvenes que no encontrarán empleo al no ser sustituidas las personas que se iban a jubilar. Un desatino con el paro tan elevado que tenemos.
Leer el artículo completo.
Se trata de meternos en la cabeza determinadas ideas a base de machacarnos, hasta que nos rindamos y las aceptemos. Pero no. Cada vez que nos la suelten hemos de decir en voz alta ¡MENTIRA!
A ello se dedica hoy en un artículo en El País, Nicolás Sartorius. Se centra en las tres frases que están en el top del repertorio:
1. El paro es culpa del mercado laboral.
2. Para mejorar la productividad hay que trabajar más y cobrar menos.
3. Para asegurar las pensiones hay que jubilarse más tarde.
Respecto a la primera nos recuerda Nicolás que el modelo de mercado laboral es el mismo que había en el 2003, cuando no había el alto nivel de paro actual. También nos explica que ahorita mismo, con el mismo modelo de mercado laboral, hay Comunidades con el 10-14% de paro y otras con el 20%. ¿Cómo puede ser que en unas funcione bien y en otras mal?
El paro, la crisis, no lo ha producido precisamente el mercado laboral, sino las 900.000 viviendas que se construían anualmente en España. Los excesos se pagan.
Lo que hay que cambiar es el modelo productivo, no el laboral, y la mentalidad de nuestros empresarios, proclive a la ganancia rápida. Hay que recuperar nuestro retraso en I+D+i y lograr un gran acuerdo económico-social.
Respecto a la segunda frasecita nos recuerda de que depende la productividad: nivel de formación y tecnológico, infraestructuras, eficacia de la administración, calidad del mercado, etc. La mayor parte de esto depende de los poderes públicos y, sobre todo, de las empresas. La pelota no se puede pasar a los trabajadores. Son los empresarios los responsables de tener organizaciones altamente productivas.
Y por último la tercera.
En 1993, año depresivo, el gasto en pensiones era del 10,3% del PIB. Para el 2011 está previsto un gasto del 10,6 % del PIB. Es decir un aumento del 0,3% en 18 años. En el 2003, en el mejor momento, era del 8,8% del PIB.
Esto nos indica que el tema de la sostenibilidad de las pensiones depende de muchos factores y no tan solo de que vivamos más. Tienen que ver el crecimiento del PIB, la productividad, la tasa de actividad, el ciclo económico, el nivel de salarios, la tasa de natalidad, y un largo etc.
Nos recuerda Sartorius que modificar las pensiones ahora no afecta ni al déficit ni a la deuda y además supone una cifra menor en el desmadre actual. Al contrario, alargar la fecha de jubilación de 65 a 67 supone que si se jubilan 270.000 personas al año, tendremos 540.000 jóvenes que no encontrarán empleo al no ser sustituidas las personas que se iban a jubilar. Un desatino con el paro tan elevado que tenemos.
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