Siguiendo un río: el Isábena.

Pedalada por tierras aragonesas, siguiendo un corto pero bello río (y con un nombre muy bonito), añadiéndole al recorrido entrañables recuerdos de infancia y juventud.

A sus orillas me casé (Catedral de Roda de Isabena) y aún recuerdo cuando la carretera moría en el lugar (que ni llegaba a pueblo) denominado “Las Ferrerías”, que ahora en los mapas aparece como “Herrerías de Calvera” y capitulaba en el Monasterio románico de Santa María de Obarra, un bello lugar. 

Y es que ahora hay líneas políticas que marcan las antaño fronteras difusas del lenguaje. A la izquierda castellano y a la derecha catalán, a rajatabla. En Las Paúles hay un pueblo cuya castellanización me hace mucha gracia: Fonchanina (ahora), cuando antes era Fontjanina. 

Ahora la carretera del Isábena sigue hacia el Noguera, gracias a unos cuantos túneles que llevan al alto de Bonansa y a Catalunya. Así que por carretera me recorrí todo el río (en subida, como es menester) hasta llegar a los túneles (el resto lo aplazé para otro día), donde me recogió mi amigo Pepe que me devolvió a Graus en coche. 

Agradecer al restaurante de la Colomina que me llenase los bidones de agua. De hecho fue un autoservicio solo contemplado por los perros, pero como nadie me dijo nada, quien deja las puertas abiertas a veces ayuda un montón, aunque sea por omisión. 

Los campos verdes en una primavera tardía, pero bella como siempre por este tranquilo valle. ¡Casi no me encontré coches! 

41,2 Km. con únicamente un tramo fuerte (al 8%) antes de llegar al desvío de Roda de Isabena. Graus está a 460 m. y Obarra a 1.065 m., pero la carretera baja en varias ocasiones, por lo que el GPS me dio más metros acumulados de desnivel, unos 727 m. Pasado Serraduy es cuando se nota un poco más la subida continuada.

Fotos. Arriba, Obarra, y abajo el puente románico de Capella.