domingo, mayo 13, 2012

Quar en el Berguedà

No siempre salen las cosas perfectas, pero para lo duro y raro que fue el día, la excursión no acabó mal del todo. Existe un circuito en el Berguedà que se conoce como la ruta del Santuario de la Quar. 

Esta ruta tiene, por decirlo de alguna manera, una versión corta, que va directamente de Olvan, o proximidades, hasta lo alto del Santuario de la Mare de Deu de la Quar. Pero hay otro recorrido, mucho más duro, que hace un recorrido circular, partiendo de Olvan, bajando hasta la autovía C16 (cerca del conocido lugar donde hemos desayunado muchas veces antes de ir a escalar o esquiar, Cal Rosal), para después girar hacia la riera de la Portella y pasando por las proximidades de las masías de Fluïves, llegar al Monasterio de San Pere de la Portella (Benedictino, del inicio del siglo XI). Desde allí se pasa bajo el tozal del Quar, a donde se sube opcionalmente o se emprende ya el descenso hacia Olvan de nuevo, pasando por Sant Maurici de la Quar

Pero una cosa son los mapas y otra la realidad. Y es que la construcción de la autovía C16 hasta Berga y la mejora de la carretera hacia Gironella, han pulverizado parte del recorrido inicial de esta excursión. No encontré por donde atravesar estos muros que son estas grandes y nuevas carreteras y, viendo en el GPS que me mantenía cercano al recorrido previsto, me metí en un bosque en el cual para más INRI estaban los forestales cortando árboles y después de saltar 25 de ellos tuve que volver a saltarlos de nuevo al darme la vuelta al no encontrar la forma de atravesar la riera de la Portella, que en su vida debe haber visto tanta agua. 

Y esa es otra y he de aprender la lección. Después de un día de mucha lluvia, nada de meterse por el monte con la BTT. Puede verse en el track que acompaño con el recorrido que hice, la de vueltas que di, a lo que hay que añadir además un error inicial, ya que emprendía la ruta directa hacia Quar que comentaba al inicio de este artículo. Finalmente llegué (enfangado hasta las cejas) hasta la masía de Fluïves donde unos colegiales giraban visita, ya que en ese lugar se cría el auténtico ruc català. Nuevo error ya que no hay que llegar a las casas. Vuelta atrás y por fin tomé ya el camino definitivo por la riera de la Portella (riera que tuve que cruzar ¡tres veces!, con agua por encima de los pedales). 

Subida continua y rompedora, ya que sube con tramos cortos pero duros y por camino. No es pista de coche. Bastante técnico el tema y más si va acompañado de suelo enfangado y charcos de agua descomunales continuos. Hubo momentos que no tuve más remedio que llevar la bici yo. Y al final de tanta subida se llega a un lugar mágico, solitario e increíble. Da gusto descubrir a estas alturas estas cosas. Pero el Monasterio de la Portella merece una visita, aunque solo se ha restaurado la iglesia y el resto está en ruinas. 

Ahora una pista asfaltada permite alcanzar este lugar (por el extremo opuesto al que llegué) fácilmente. La subida no acaba aquí, pero ya libre del fango, los pocos kilómetros que llevan bajo el Quar se agradecen después de tanta dureza. Las fuerzas no daban para más después de tantas vueltas, despites, charcos y fango y viendo la pendiente que llevaba hasta lo alto del Quar (la subida es corta, pero a vista opino que debe tener más del 20%) me lancé carretera hacia abajo. 

De hecho, poco después de Sant Maurici de Quar, se ha de salir de la carretera asfaltada y tomar una pista que nos llevará a Olvan. Pero cuando llegué a la pista y vi de nuevo el fangal, opté por seguir carretera abajo. Lo de carretera abajo es un decir. Es un martirio, ya que a rápidas y fuertes bajadas siguen muritos fuertes en que le has de dar de nuevo al pedal. Inacabable el tema (no acabas de bajar nunca), hasta para llegar de nuevo a Olvan, donde había dejado el coche en la plaza de la iglesia. 

Me resarcí yéndome a Can Rosal para cruspirme una “llesca” con butifarra (que bueno es todo cuando hay hambre). En todo el día vi a nadie, salvo los escolares visitando los “rucs” y los forestales tumbando árboles (aunque no llegué a verlos, solo a oírlos) para obligarme así a quemar más calorías. 

43,06 Km. con 1.034 m. de desnivel acumulado. 






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