Pues eso. El paradigma de la democracia, el Reino Unido, nos muestra en estos momentos la descarnada realidad. Cuando van escrutados 639 escaños de los 650 totales, vemos que el partido laborista tiene un 29% de los votos y 255 escaños y el partido liberal con un 23% de los votos sólo 56 escaños. Un 6% más de votos les da a los laboristas CINCO VECES MÁS ESCAÑOS que a los liberales. Bonito sistema este que pervierte los deseos del electorado.
Evidentemente esto es una tomadura de pelo, muy bien montada por dos partidos para que no se les escape el poder de alternancia de las manos, cosa que venía ocurriendo desde 1974. Pero se acabó. Por suerte para algunos ingleses (todos los partidos minoritarios) si ahora alguien quiere gobernar necesitará a los liberales y tontos serán si no aprovechan para cambiar esta infamia.
Infamia que también se produce en España (aunque a través de otro sistema, que es la ley d'Hondt aplicada en su grado extremo. Como vemos hay muchos sitemas electorales para pervertir la realidad democrática) producto de esa transición que algunos dicen que se hizo tan bien que éramos ejemplo para el mundo. Rosa Díez, que representa una alternativa de poder muy lejana a mis orientaciones políticas, escribió en El País quejándose de este sistema que penaliza a los pequeños partidos y que convierte a nuestro sistema en una farsa democrática (en las últimas elecciones el Partido Socialista Obrero Español necesitó 66.801 votos para conseguir un escaño; el Partido Popular necesitó 66.740 votos; Izquierda Unida, 484.973 y Unión Progreso y Democracia, 306.079. Más claro, agua).
Razón no le falta y lo expresó muy bien en este artículo: Lo que les une. La pregunta es ¿cómo se puede cambiar esto en España, si no tenemos en estos momentos un tercer partido que pueda convertirse en la palanca del cambio, ya que los nacionalistas tampoco están interesados por la labor?
Evidentemente esto es una tomadura de pelo, muy bien montada por dos partidos para que no se les escape el poder de alternancia de las manos, cosa que venía ocurriendo desde 1974. Pero se acabó. Por suerte para algunos ingleses (todos los partidos minoritarios) si ahora alguien quiere gobernar necesitará a los liberales y tontos serán si no aprovechan para cambiar esta infamia.
Infamia que también se produce en España (aunque a través de otro sistema, que es la ley d'Hondt aplicada en su grado extremo. Como vemos hay muchos sitemas electorales para pervertir la realidad democrática) producto de esa transición que algunos dicen que se hizo tan bien que éramos ejemplo para el mundo. Rosa Díez, que representa una alternativa de poder muy lejana a mis orientaciones políticas, escribió en El País quejándose de este sistema que penaliza a los pequeños partidos y que convierte a nuestro sistema en una farsa democrática (en las últimas elecciones el Partido Socialista Obrero Español necesitó 66.801 votos para conseguir un escaño; el Partido Popular necesitó 66.740 votos; Izquierda Unida, 484.973 y Unión Progreso y Democracia, 306.079. Más claro, agua).
Razón no le falta y lo expresó muy bien en este artículo: Lo que les une. La pregunta es ¿cómo se puede cambiar esto en España, si no tenemos en estos momentos un tercer partido que pueda convertirse en la palanca del cambio, ya que los nacionalistas tampoco están interesados por la labor?
1 comentario:
Querido Kim, te has equivocado al poner el porcentaje de voto de los laboristas (59% en vez de 29%, creo)
Un saludo.
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