viernes, mayo 14, 2010

Insultos y sandeces. Nuestra sociedad quiebra.


Enorme fractura social la que se ha abierto en este país desde el miércoles. De hecho ya estaba abierta desde el inicio de la crisis, pero ahora se ha ampliado hasta límites insospechados, modificando los criterios de segmentación anteriores, más bien basados en el ideario político de cada persona.

Tenemos ahora el país fragmentado en las siguientes “castas” de acuerdo a su pertenencia laboral:

- Parados
- Trabajadores privados sin problemas futuros
- Trabajadores privados con problemas a la vista
- “Funcionarios”
- “Funcionarios” temporales
- Pensionistas
- Autónomos
- Grandes empresarios
- Políticos de diferente pelo y directivos de empresas importantes (el resto de directivos no dejan de ser trabajadores privados, menos los ignorantes que se creen erroneamente incluidos en ese grupo)
- Sindicatos

A esto habría que añadir la opinión de los medios de comunicación, también parte interesada en el conflicto social.

No salgo de mi asombro leyendo lo que leo. Me parece increíble el espectáculo que esta dando la gente con sus opiniones sobre las medidas tomadas por Zapatero que llevan al enfrentamiento social ya que todo el mundo procura su lancha de salvamento en el hundimiento del barco. Equivocados van todos, tal como indicaba al final de mi post anterior, ya que van a romper el barco y las lanchas por todos los lados. Naufragio social general asegurado.

Dice el diccionario que sandeces son cualquier acto o intervención que pone de manifiesto la ignorancia de una persona. Pues nunca había leído tantas sandeces en tan poco tiempo y algunas de políticos que se supone que saben de lo que hablan, aunque es en estas ocasiones cuando se puede observar sus carencias de forma manifiesta.

Escribía hace unos días ya sobre el linchamiento al que estaba siendo sujeto uno de los grupos arriba indicado: el de los “funcionarios”. Pero lo que no me imaginaba que llegarían a tanto. Para justificar la medida que ha tomado Zapatero, el Gobierno ha permitido y ha instigado, con la colaboración de los medios, la caza mayor del funcionario. Se ha superado ampliamente la visión del funcionario como persona inútil y que no da ni clavo; ahora resulta que se pasa las mañanas en el bar tomando cafelitos. Por eso es correcto que le bajen el sueldo. Hasta hay algún listillo que sabe cuanto aún más se les ha de bajar (notable avance económico este que no había visto nunca en ningún tratado económico). Y asunto arreglado.

Naturalmente, cuando a los trabajadores privados les pasen también el cepillo a sus salarios, los “funcionarios” encontrarán perfecto que les apliquen la misma medicina. Es lo justo ¿No? O esto ¿no lo arreglábamos entre todos?

Los parados, por su lado, destilan hiel contra este mundo injusto y los culpables parece ser que son precisamente los que trabajan, ya que están ocupando puestos que ellos ocuparían “trabajando más y cobrando menos”. Otra forma de hacer agujeros al barco. ¡Hacia los salarios chinos! gracias a la utilización del ejército de reserva que tan bien nos explicó Marx (perdón por citar a Marx).

Los autónomos reciben también su ración. Son absolutamente unos depredadores fiscales que todo lo hacen en negro incluso la paga de parte de los salarios. Parece ser que son gente a exterminar, cuando en realidad son los que generan la mayoría de empleos de este país.

Pero lo más impresionante es ver como reciben su ración los Sindicatos. Estos se pasan todo el día en el bar (parece ser que son el paradigma de la vagancia) y ahora quieren montar una huelga porque les bajan los sueldos a los funcionarios “cuando no han hecho ninguna por los parados”. Lo que decía, sandeces a tutiplén. Mientras una huelga contra alguien que ha hecho un decretazo tiene su objetivo claro, ¿qué decretazo ha motivado el desempleo? ¿Contra quien te quejas en una huelga por desempleo?

Pero que no se preocupen los parados, que ya tendrán tiempo para manifestarse cuando les bajen las prestaciones el PP (por cierto, ¿por qué no lo han hecho ya, siendo tantos?). El problema es saber ahora contra quien se manifiestan. Naturalmente podrían hacerlo en las puertas de los bancos o la de los promotores inmobiliarios, pero es un poder difuso. Lo mejor es culpar al Gobierno. Al menos, cuando les bajen las prestaciones, entonces si que podrán hacerlo.

Los grandes empresarios siguen con su objetivo inaplazable: la reducción de salarios, el despido libre y los contratos modelo chino. Si el sector público ya “ha dado ejemplo” nada mejor ahora que el resto de los españoles “se abrochen el cinturón para ser solidarios”. Se frotan las manos viendo como los trabajadores van a navajazos entre ellos, ya que así conseguirán su ración de lanchas libres en el hundimiento del barco. Al agua, a nadar, el trabajador.

Los políticos, en su mayor parte, en el limbo. Muy pocos están viendo que todo esto es pan para hoy y hambre para mañana. Hace unos pocos días la gente pedía suprimir “los coches oficiales”, como si ese fuese el gran problema de nuestro endeudamiento. Da risa ver las limitaciones de la gente en comprender la dimensión del gasto y del endeudamiento que tenemos.

Ahora la cosa ya va mejorando, el objetivo ha subido ya de nivel y reciben su ración los políticos gubernamentales cuando les piden “que supriman ministerios”, como aquel que quita hojas de un árbol. ¿Suprimimos Educación o Sanidad? ¿Qué tal sin médicos ni profesores?¿O Justicia? ¿Qué tal sin policía?¿Qué tal Trabajo y el INEM, así no hemos de pagar a los parados? ¿O suprimimos el transporte público, Renfe incluida? ¿Por cual os decantáis? Precisamente el que yo recortaría salvajemente, el de Defensa, a ese ni se le nombra. ¿Seguiremos comprando armas como si no pasase nada? (ver lo de los submarinos griegos). No había visto tanto despropósito junto. Una cosa es “eliminar Ministerios” y otra es reajustar los gastos como corresponde, pero teniendo en cuenta su impacto en la economía privada.

Lo bueno de esta alegría antiministerial repentina es que se facilita lo que han venido persiguiendo los Neoliberales durante años: desmontar el Estado y como se ve la oportunidad es de oro. ¡Bienvenida sea la crisis!

Es la gran ocasión para todos sus fines. Machacar a los sindicatos, empobrecer al trabajador, ningunear a los políticos, recortar prestaciones sociales y en resumidas cuentas pagar los más débiles la crisis económica generada por ellos.

Mientras todos intentamos abrocharnos el cinturón y procurar que el vecino se lo tenga que abrochar más, vemos como otros siguen en la misma onda y su objetivo es seguir ganando más y más ¿a costa de quién? ¿Qué problema tiene ahora en equivocarse la Banca si ya trabajan con red, sabiendo que si las cosas salen mal, todo este proletariado (porque eso es lo que somos ya de nuevo) pagará sus errores con su bolsillo?

La pérdida del norte de esta sociedad quedaba hoy reflejada en esta encuesta de El Periódico que preguntaba “¿Cambiará su destino vacacional debido a la nube de cenizas volcánicas?”

Más bien el destino vacacional lo cambiaran las medidas de Zapatero.

La encuesta debería ser “¿Después de las medidas de Zapatero, volverá a hacer en el futuro unas vacaciones semejantes a las de los últimos años? Sería interesante ver las respuestas.

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