Pasé el año pasado por este puerto con el coche con el objetivo de subir al Portet d’Aspet desde la población de Aspet. Ya me pareció
duro el puerto, pero subido en la bici hoy me ha parecido aún más.
Pasé con el coche por el col de Menté y bajé por la otra vertiente (que tiene unas lazadas increíbles y espectaculares) hasta el punto desde donde parten los dos puertos y de ahí seguí hacia el pueblo. Al bajar, ya con la bici, el Portet d’Aspet aproveché para llegarme al Col de Buret y al Col de Ares y regresé por el mismo camino hasta el punto de partida.
Pasé con el coche por el col de Menté y bajé por la otra vertiente (que tiene unas lazadas increíbles y espectaculares) hasta el punto desde donde parten los dos puertos y de ahí seguí hacia el pueblo. Al bajar, ya con la bici, el Portet d’Aspet aproveché para llegarme al Col de Buret y al Col de Ares y regresé por el mismo camino hasta el punto de partida.
Esta vez aparqué en St. Beat, al norte de Luchon, al entrar en el pueblo,
justo antes del puente que cruza el Garona, y donde ya sin perdida de tiempo
empieza este puerto de tan solo 10
km., pero bien aprovechados, que aquí no se pierde el
tiempo ni un metro. Aquí casi todo va al 8-9-10%, con momentos estelares al
11-12-13%.
A pesar de ser sábado poca clientela y es que la temporada
veraniega ya va de baja. El puerto es puñetero porque en sus seis primeros
kilómetros las lazadas brillan por su ausencia. Eso sí, un “esplendor en la hierba”
maravilloso. Más verde, imposible.
Hice un recorrido circular, así que bajé por la otra
vertiente (aquí si que hay unas lazadas de película) hasta llegar al punto
donde la carretera se bifurca y se puede subir al Portet d’Aspet (por el oeste,
tal como hice el año pasado) o al Menté por el este, tan duro como la vertiente
que he subido.
Se pasa en la subida por el pueblo de Boutx y después por la
Chapelle de Boutx. En la otra vertiente, bajando, se pasa también por Ger de
Boutx. Mucha imaginación para la toponimia no hay.
El Menté es un col clásico en el Tour de France, pero además
registró en el Tour del 1971 una historia que lo ha mitificado. Se trata de la
caída que sufrió el corredor español Ocaña en una de sus curvas, bajando, cuando era líder
del Tour y estaba derrotando al imbatible Eddy Merckx, alias El Caníbal.
Antes del kilómetro siete me he parado en la curva
(¡una lazada, gracias!) famosa, en la cual hay una placa que recuerda lo acontecido y en el asfalto está pintado con letras enormes "OCAÑA".
Col de Menté
Col de Menté
Bar en el collado
En lo alto del Port de Menté parte una carretera hacia una pequeña estación de esquí (Le Mourtis). Hay un bareto en el puerto donde encontraremos los habituales barrigones moteros alemanes con sus gruesos trajes negros y su forma especial de ver el Pirineo: acelerón-parada a beber-acelerón-parada a beber… el sino del motero. Luego les preguntas que es lo que han visto y evidentemente no pueden dar muchas explicaciones porque a la velocidad que van solo ven las curvas. Un tipo muy especial de turismo este con las características habituales de determinados tipos de turismo consumista que podríamos etiquetar como “turismo no me entero”. La devoción a la máquina priva sobre cualquier otra opción. La carretera es un circuito de velocidad rodeado de verde.
Alcanzada la bifurcación citada seguí las trazas del año
pasado y me dirigí a los Cols de Buret (una tachuela) y Ares. En ese
collado hay un precioso bar con buenas sombras, un lugar relajante y me tomé mi coca-cola pertinente para recuperar el nivel de azúcar, con la
ineludible compañía de los consabidos moteros alemanes, siempre bebiendo.
Punto desde donde parten los puertos de Menté y Aspet
Subiendo Buret el asfalto está lleno de hojas. Hoy precisamente empieza el otoño
Col de Buret
Inicio subida al Col des Ares
Subiendo el Col des Ares
Punto desde donde parten los puertos de Menté y Aspet
Subiendo Buret el asfalto está lleno de hojas. Hoy precisamente empieza el otoño
Col de Buret
Inicio subida al Col des Ares
Subiendo el Col des Ares
Vista hacia atrás desde el Col des Ares.
En vez de volver sobre mis pasos como hice el año pasado, bajé el puerto de Ares por la otra vertiente. Realmente precioso. Antes de atravesar el pueblo de Antichan-de-Frontignes hay un mirador (Bastion de Frontignes) desde donde se divisa la cresta fronteriza, desde el Mall Barrat hasta el Quayrat, aunque queda, evidentemente, lejos.
La amplia curva donde se halla el mirador
Al fondo, izquierda, el cresterío fronterizo
Antichan-de-Frontignes
Se alcanza el llano y se puede seguir una carretera local (D618) sin entrar en la muy concurrida N125, que se ha de tomar solo antes de llegar a St. Beat. Un placer recorrer este tranquila carretera atravesando los pueblos de Fronsac y Chaum, donde lo único que se oía era el runrún de los cortacéspedes de los jubilados.
Al fondo, izquierda, el cresterío fronterizo
Antichan-de-Frontignes
Se alcanza el llano y se puede seguir una carretera local (D618) sin entrar en la muy concurrida N125, que se ha de tomar solo antes de llegar a St. Beat. Un placer recorrer este tranquila carretera atravesando los pueblos de Fronsac y Chaum, donde lo único que se oía era el runrún de los cortacéspedes de los jubilados.
Otro día de bandera. Y lo bueno es que la meteo da siete
días más así. Increíble tanta bonanza en el lado francés. Calor a mediodía,
pero frío a primera hora. Al pasar Bonansa con el coche marcaba el termómetro
seis grados y antes del túnel de Viella cinco. Ya se veía que casi había helado
en algunos prados. En Obarra vi ya los dos primeros árboles con algunas hojas
rojas. La orgía de colores otoñal ya esta más próxima.
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