Ja, ja. La bolsa ha bajado, y mucho, y la prima de riesgo ha subido, para celebrar amargamente el triunfo de Rajoy.
Si ayer hubiese ganado las elecciones el PSOE, el enorme bajón de la Bolsa hoy (un 3,48 % en una sola jornada) y la subida de la prima de riesgo hasta 466 puntos básicos, habría sido utilizada por el PP para indicar que los mercados hundían nuestra bolsa y nuestra deuda ante las dudas sobre el futuro de España con los socialistas de nuevo en el poder.
Pero no, el que ha ganado ha sido el PP y la vida sigue igual, como cantaba Julito Iglesias. Seguiremos viendo que los problemas que tenemos no tienen nada que ver con quien nos gobierna. Ya hace tiempo que la crisis tiene origen en problemas de orden superior (hoy el problema, para variar un poco, es Francia).
La epidemia que nos cae a partir de hoy es que los nuevos mandatarios van a aplicar super dosis de medicina austera, lo que va a llevar al enfermo, sin duda, al borde del colapso (Bankinter no descarta que España registre un crecimiento (PIB) negativo en 2012. Si las medidas que anuncia el Gobierno están en línea con lo esperado por el banco, sus analistas ven probable una contracción económica durante los primeros dos trimestres, una estabilización en el tercero y un muy modesto crecimiento en el cuarto).
Hoy los PPboys han empezado a abrir boca, sacando ya los guantes de boxeo sociales y económicos, afirmando que (puntos 8, 14 y 15 de los 40 indicados ayer) la dependencia pasa a mejor vida, que los sindicatos (una forma de cargárselos es asfixiarlos económicamente) y partidos políticos (los partidos pequeños, que carecen de fuentes de financiación corruptas, se van a quedar al pairo) no van a ver un euro de subvención y la reforma laboral la van a hacer hasta extremos impensables, sencillamente porque tienen el “mandato del pueblo”.
Todo lo que harán será por "orden del pueblo" o porque "Dios lo manda", aunque en su programa no había nada de nada de muchas de las políticas que aplicarán y que por lo tanto no se puede afirmar que fueran votadas por la gente, como lo del "banco malo".
Lo que vamos a ver (¡y a padecer!)
Si ayer hubiese ganado las elecciones el PSOE, el enorme bajón de la Bolsa hoy (un 3,48 % en una sola jornada) y la subida de la prima de riesgo hasta 466 puntos básicos, habría sido utilizada por el PP para indicar que los mercados hundían nuestra bolsa y nuestra deuda ante las dudas sobre el futuro de España con los socialistas de nuevo en el poder.
Pero no, el que ha ganado ha sido el PP y la vida sigue igual, como cantaba Julito Iglesias. Seguiremos viendo que los problemas que tenemos no tienen nada que ver con quien nos gobierna. Ya hace tiempo que la crisis tiene origen en problemas de orden superior (hoy el problema, para variar un poco, es Francia).
La epidemia que nos cae a partir de hoy es que los nuevos mandatarios van a aplicar super dosis de medicina austera, lo que va a llevar al enfermo, sin duda, al borde del colapso (Bankinter no descarta que España registre un crecimiento (PIB) negativo en 2012. Si las medidas que anuncia el Gobierno están en línea con lo esperado por el banco, sus analistas ven probable una contracción económica durante los primeros dos trimestres, una estabilización en el tercero y un muy modesto crecimiento en el cuarto).
Hoy los PPboys han empezado a abrir boca, sacando ya los guantes de boxeo sociales y económicos, afirmando que (puntos 8, 14 y 15 de los 40 indicados ayer) la dependencia pasa a mejor vida, que los sindicatos (una forma de cargárselos es asfixiarlos económicamente) y partidos políticos (los partidos pequeños, que carecen de fuentes de financiación corruptas, se van a quedar al pairo) no van a ver un euro de subvención y la reforma laboral la van a hacer hasta extremos impensables, sencillamente porque tienen el “mandato del pueblo”.
Todo lo que harán será por "orden del pueblo" o porque "Dios lo manda", aunque en su programa no había nada de nada de muchas de las políticas que aplicarán y que por lo tanto no se puede afirmar que fueran votadas por la gente, como lo del "banco malo".
Lo que vamos a ver (¡y a padecer!)
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