Acabamos de ver en el mercado del petróleo la creación momentánea de una burbuja. Clara especulación producida a través de los productos derivados, que están demostrando su poder devastador cuando su uso no es el correcto, es decir, asegurar riesgos. Las variaciones de la oferta y demanda de petróleo en estos pocos meses, que es lo que ha durado el intento de inflar el precio de esta materia prima, no han justificado en ningún momento los precios de locura que se llegaron a alcanzar, superiores a 140$ el barril.
Decía en un post anterior que la vuelta a 90-100$ sería rápida y así ha sido. ¿Cómo podía ser que los precios subiesen ante la palpable crisis mundial que ya se veía venir y que reducirán el consumo de forma clara?
Pues el domingo, en el cuaderno Negocios de El País, Guillermo de la Dehesa dedica toda una página a explicarnos que no ha sido especulación.
A mí me da la sensación que hay (y ha habido y probablemente lo intentarán de nuevo) una pinza entre especuladores (véase lo interesados que estaban los de Goldman Sachs, tocados con las subprime) y productores de petróleo de EEUU para conseguir acabar con la protección de muchos sitios en Alaska. No hay como encarecer su precio para conseguir abrir esa mina tan deseada y protegida por el ecologismo. Si otras energías van sustituyendo al petróleo, esos posibles yacimientos, dinero en abundancia, pueden quedarse sin explotar eternamente. Una pena.
Pero el martes escribió un nuevo artículo sobre un tema diferente, financiero. Pretendía explicarnos que como los problemas bancarios no desaparezcan vamos a tener un Credit Crunch, es decir, que los bancos van a cerrar el grifo.
Pues bien, no lo vamos a tener, sino que ya es manifiesto que la restricción del crédito hace meses que ya está presente. Los créditos hipotecarios se han endurecido mucho, tanto por el precio como por condiciones y por el importe prestado. Pero los que han sufrido un frenazo mayor son los préstamos al consumo.
Y en los préstamos para inversión empresarial o para financiar el circulante de las empresas el riesgo se ha endurecido terriblemente, así como los márgenes y comisiones que se están aplicando se van incrementando. Muchos proyectos deberán ser abandonados dado que su rentabilidad no permitirá pagar los precios que la Banca pedirá, tanto por culpa del Euríbor como por las márgenes que va a aplicar.
Si las ventas se están resintiendo, una parte muy importante del frenazo es debida a que no hay crédito.
Hoy he leído un artículo muy interesante en Cotizalia que recomiendo leer y que deja muy claro el panorama bancario actual y que se resume en tres palabras: NO HAY DINERO. Sólo lo que se pueda obtener con Barriletes Cósmicos y productos similares podrá permitir a los bancos obtener liquidez. Pero lo que consiga uno, se lo quitará a otro. El chocolate del loro.
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