La hipocresía de McCain y del Partido Republicano

Fue Nixon el primer presidente en poner en práctica el arte de manipular los medios de comunicación (tan bien explicado en el libro de Joe McGinnis, Como vender un Presidente) y pionero también en la intimidación de esos mismos medios de comunicación.

Pero Nixon fue también el primero en muchas otras cosas. Mostró como sacar partido político del racismo, del temor a los cambios sociales y del miedo paranoico a amenazas externas, para alejar así a un gran grupo de votantes de raza blanca de las filas del partido demócrata.

Pero aún hizo más cosas. Después del asesinato de Kennedy, quien se negaba a una escalada armamentística en Vietnam, L.B. Johnson, el nuevo presidente, llevó al país a una escalada en esta guerra que tuvo nefastas consecuencias para EE.UU.

Naturalmente este plan de expansión de la guerra Vietnamita es lo que deseaban los Republicanos. Pero Nixon en su campaña electoral acusó a los demócratas de haber iniciado esa guerra, culpabilizándolos, prometiendo que le daría fin. Con la VICTORIA (palabra que le gusta mucho a la aspirante a la Vicepresidencia del país, Palin), naturalmente.

Nixon obtuvo la Presidencia y evidentemente no acabó con la guerra y siguió con ella con envío de más tropas y material; un gasto creciente. Para suerte de los norteamericanos la guerra se acabó, efectivamente, con una VICTORIA, pero del enemigo.

Por lo tanto la hipocresía ya viene de antiguo en el partido republicano.

Ahora McCain nos ofrece nuevas dosis de ella. Como ya sabemos (ver Lakoff) una de las estrategias de la derecha es apropiarse del mensaje del oponente.

Así, la estrategia de Obama está basada en el cambio. Ocho años de ultraderecha, que han dejado el país hecho unos zorros, son suficientes, dicen los demócratas. Hay que barrer y cambiar la política económica rápidamente ya que la actual está llevando al país a la recesión.

Pues bien, McCain dice que el que va a cambiar esto es él. Que va a echar a todos esos “negados e inútiles que nos gobiernan desde Washington” y que con él tendrán los americanos un futuro luminoso y prometedor.

Es alucinante este mensaje, cuando los “negados de Washington” son precisamente sus correligionarios de partido, habiendo estado él mismo en el ajo durante el 90% de los años del mandato de Bush.

Pero es que si además analizamos el programa económico podemos ver que es más de lo mismo, o peor, como explicaré en otro post que publicaré si puedo hoy mismo.

En campaña electoral todo vale y la hipocresía luce con todas sus galas.