lunes, marzo 05, 2012

Elena Salgado: ejemplo de corrupción legal


Hace un año escribía a tenor de la impresionante subida (más del 10%) del precio de la electricidad que las compañías eléctricas sabrían agradecer para Navidad semejante ayuda del Gobierno, ayuda que no sería precisamente para mejorar su cuenta de resultados, sino los bonus de los directivos.

Agradecidos por semejante ayuda a sus bolsillos, vemos hoy que son buena gente y no han esperado a Navidad. Esta mañana se ha sabido que Elena Salgado, nuestra sabia ex Ministra de Economía, ha sido contratada por Endesa, cuando solo hace tres meses que ha dejado el gobierno.

Dice la ley, que precisamente se promulgó para evitar estos trapicheos corruptos mediante los cuales nuestros políticos pasan de lo público a lo privado y a veces hasta vuelven a lo público otra vez (como Guindos), que un Ministro no puede ser contratado por una empresa privada hasta que pasan dos años, pero como ya sabemos que esto es el Juan Palomo, los que hicieron la ley, o sea los políticos, dejaron sus agujeros para así burlarla descaradamente, como vemos en este caso.

Y la letra pequeña de la ley dice que los políticos no podrán ser contratados por empresas nacionales, pero nada dice de las extranjeras, así que Elena Salgado ha sido contratada por Endesa Chile. Como todos sabemos Elena Salgado es una especialista en temas eléctricos y especialmente los de Chile y les podrá aconsejar en profundidad. Todo un fichaje. (Tiene permiso el lector para hacer una pausa para reírse).

Dice también la ley que necesitará en este caso permiso del Gobierno, pero, claro, no habrá problema. Ya se sabe, hoy por ti, mañana por mi.

Deseo a Endesa que lo de Consejera sea una tapadera, porque visto lo bien que lo ha hecho en el Gobierno, si les aconseja de verdad lo mejor es ir vendiendo las acciones de esta compañía.

Nada nuevo bajo el sol, ya que hubo otros que se apuntaron previamente al chollo: Aznar, Solbes, Felipe González, Josu Jon Imaz (un hombre del PNV), el cuñado de Patxi López, etc.

La amoralidad de nuestros políticos es manifiesta y ya no hace falta ni disimularla.

Por cierto, no veo la noticia en El País.

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