No me refiero a la novela de Jonathan Franzen, “Las correcciones” que precisamente estoy leyendo.
Agradezco que los artículos en mi blog reciban comentarios, ya sea a través del blog o de forma ajena a él.
Por lo tanto maticemos lo escrito y aquí van dos opiniones diferentes.
La primera se refiere al precio del oro y al hecho de que el precio había cortado la media móvil de 200 días, señal bajista en cualquier mercado.
Pues bien, me indican que podría ser mejor tomar la media a 300 días, que aplicándola no habría aún corte y por lo tanto no tendríamos señal bajista, aunque la realidad es que baja más y más. El precio ya está en 1.537 $ la onza, cuando hace pocos días estaba a 1.600 $.
La segunda corrección se refiere al cálculo que efectuaba sobre el peso del coste laboral en los costes totales y la poca importancia de recortar los salarios un poco para mejorar así el precio final de los bienes y volverlos más competitivos.
Me hacen observar que en las empresas de servicios los costes laborales pesan muchísimo y que pueden ser tranquilamente el 80% del coste total. Por lo tanto una bajada del 5% en el coste laboral en este caso tendría como consecuencia una mejora del 4% en los costes y por lo tanto podría ser significativo en los precios finales.
A este comentario tendría que añadir que si lo que buscamos es competitividad exterior bajando precios, las empresas de servicios no son precisamente las que exportan.
Aquí quedan escritas las dos correcciones.
Agradezco que los artículos en mi blog reciban comentarios, ya sea a través del blog o de forma ajena a él.
Por lo tanto maticemos lo escrito y aquí van dos opiniones diferentes.
La primera se refiere al precio del oro y al hecho de que el precio había cortado la media móvil de 200 días, señal bajista en cualquier mercado.
Pues bien, me indican que podría ser mejor tomar la media a 300 días, que aplicándola no habría aún corte y por lo tanto no tendríamos señal bajista, aunque la realidad es que baja más y más. El precio ya está en 1.537 $ la onza, cuando hace pocos días estaba a 1.600 $.
La segunda corrección se refiere al cálculo que efectuaba sobre el peso del coste laboral en los costes totales y la poca importancia de recortar los salarios un poco para mejorar así el precio final de los bienes y volverlos más competitivos.
Me hacen observar que en las empresas de servicios los costes laborales pesan muchísimo y que pueden ser tranquilamente el 80% del coste total. Por lo tanto una bajada del 5% en el coste laboral en este caso tendría como consecuencia una mejora del 4% en los costes y por lo tanto podría ser significativo en los precios finales.
A este comentario tendría que añadir que si lo que buscamos es competitividad exterior bajando precios, las empresas de servicios no son precisamente las que exportan.
Aquí quedan escritas las dos correcciones.
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