El otoño aportó dos películas magníficas: la argentina Carancho (con un final salvaje) y la catalana Pa Negre.
Cine del bueno que no comenté en su momento y es que no me queda tiempo para escribir sobre las muchas cosas excelentes que uno se va encontrando permanentemente.
No ha habido mejor forma de empezar el 2011 cinematográfico que encontrarse con una excelente y ambiciosa película de Icíar Bollaín, También la lluvia. No me extraña que haya sido elegida candidata para representarnos en el Oscar a la mejor película extranjera.
Tras una excelente directora hay esta vez un guionista, su compañero (osease marido) Paul Laverty, guionista de Ken Loach. Icíar es la primera en indicar que ella no habría imaginado nunca un guión tan complejo (¿guión ganador del Goya del próximo año?).
Al cine vamos para que nos cuenten buenas historias y está es una de ellas. El rodaje dentro del rodaje, la película nos recrea la filmación de una película sobre la llegada de Colón a América y el inicio de la explotación de estas tierras. Los ensayos para el rodaje nos permiten recordar los motivos reales de la conquista, la búsqueda del oro, y de las críticas que surgieron por parte de la Iglesia (Bartolomé de las Casas y Fray Antonio de Montesinos) a la explotación indígena que empezó hace 500 años. Y esta historia se cruza con la actual, ya que durante la filmación de la película sobre Colón ocurren los acontecimientos que se produjeron en Bolivia, la llamada guerra del agua, en la población de Cochabamba, contra la multinacional Bechtel (tema que pude ver en el excelente documental canadiense The Corporation), que finalmente ganó el pueblo y que llevó años después al poder a Evo Morales, gracias al apoyo de la población indígena.
Vemos como cinco siglos después pocas cosas han cambiado. Mudan las formas, permanecen los fines. Antes el oro, ahora hasta el agua.
Película que no hay que perderse.
Carlos Boyero opina sobre la película.
Trailer de También la lluvia, Carancho y Pa Negre.
Cine del bueno que no comenté en su momento y es que no me queda tiempo para escribir sobre las muchas cosas excelentes que uno se va encontrando permanentemente.
No ha habido mejor forma de empezar el 2011 cinematográfico que encontrarse con una excelente y ambiciosa película de Icíar Bollaín, También la lluvia. No me extraña que haya sido elegida candidata para representarnos en el Oscar a la mejor película extranjera.
Tras una excelente directora hay esta vez un guionista, su compañero (osease marido) Paul Laverty, guionista de Ken Loach. Icíar es la primera en indicar que ella no habría imaginado nunca un guión tan complejo (¿guión ganador del Goya del próximo año?).
Al cine vamos para que nos cuenten buenas historias y está es una de ellas. El rodaje dentro del rodaje, la película nos recrea la filmación de una película sobre la llegada de Colón a América y el inicio de la explotación de estas tierras. Los ensayos para el rodaje nos permiten recordar los motivos reales de la conquista, la búsqueda del oro, y de las críticas que surgieron por parte de la Iglesia (Bartolomé de las Casas y Fray Antonio de Montesinos) a la explotación indígena que empezó hace 500 años. Y esta historia se cruza con la actual, ya que durante la filmación de la película sobre Colón ocurren los acontecimientos que se produjeron en Bolivia, la llamada guerra del agua, en la población de Cochabamba, contra la multinacional Bechtel (tema que pude ver en el excelente documental canadiense The Corporation), que finalmente ganó el pueblo y que llevó años después al poder a Evo Morales, gracias al apoyo de la población indígena.
Vemos como cinco siglos después pocas cosas han cambiado. Mudan las formas, permanecen los fines. Antes el oro, ahora hasta el agua.
Película que no hay que perderse.
Carlos Boyero opina sobre la película.
Trailer de También la lluvia, Carancho y Pa Negre.
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