jueves, enero 13, 2011

Año Nuevo, todo menos


Dicen que los refranes recogen toda la sabiduría popular. Pues no. Al menos uno se equivoca. Me refiero al de "Año nuevo, vida nueva". Año tras año comprobamos la mayoría de mortales que todo sigue absolutamente igual después de las doce uvas. Y en los tiempos que corren creo que podría cambiarse el refrán por el de Año Nuevo, todo menos.

Aunque según se mire en algunas cosas podríamos decir más, como en los precios. Pero ya sabemos que a mayor precio de las cosas y con los salarios a la baja, los bienes que podemos adquirir se reducen.

Me sorprenden los titulares de los diarios cuando afirman que los salarios han subido un 1,3%. La noticia es que si al 1,3 le restamos el 2,9 de inflación, tenemos una reducción salarial del 1,6%. Es decir los salarios,
menos (bueno, la mayor parte).

Y eso sin contar las reducciones de salarios absolutas, ya sea por reducción directa, como los funcionarios, o por reducción vía del cambio, es decir, despedir y volver a contratar a niveles salariales inferiores. Otros tienen que bajarse literalmente los pantalones, como en Nissan, si quieren mantener los puestos de trabajo. Chantaje puro.

De los precios ya no hace falta ni hablar. Este verano veía por Italia, Francia y Alemania la gasolina a 1,5 euros y me parecía alucinante. Pues bien, ya la tenemos aquí a ese nivel. Y el aumento en los carburantes (y en la electricidad) encarece todos los bienes. Se cumple en parte lo que predije en noviembre del 2008.

Decía en ese artículo que sufriríamos una versión maquiavélica: subirían los bienes controlados por los oligopolios, aquellos de los que no podemos escaparnos sin consumir y otros bajarían por falta de oferta. Así la inflación (aparente) sería cero, pero en realidad afectaría mucho a las rentas bajas.

Lo que ocurre es peor. Se ha cumplido (¡y mucho más!) el aumento de precio de los bienes básicos, como los relacionados con la energía. Pero con lo que no contábamos era que en plena crisis se subiesen los impuestos. Por más motos que nos vendieron diciendo que el IVA se absorbería por los vendedores, la realidad es que ha sido trasladado plenamente al consumidor y ¡aquí tenemos la estanflación! Paro e inflación. La peor combinación posible.

Ahora solo falta ya que suban los alimentos y estamos en camino de ello. De momento son los países más pobres los que están recibiendo el palo. Si el 50% (o más) de la renta se dedica al capítulo de alimentación, como ocurre en el tercer mundo, un aumento sensible de los precios conduce a mucha gente a la miseria absoluta. Así vemos lo que está pasando ya en países como Argelia o Túnez, en que una parte importante de la población está empezando a sufrir las consecuencias de este problema creciente. Recuerdo lo de las cuatro fases de la crisis: Financiera, Económica, Social, Política. En esos países ya están plenamente en la fase Social y entrando en la fase Política. Más de un Político o Dictador tendrá problemas.

Y es que el dinero quiere rentabilidad. Y si le han desaparecido las vacas de los últimos años, toca invertir (especular) en otro tipo de bienes a los que se les puede dar un apretón. Instrumentos y dinero lo hay a mansalva para repetir episodios pasados, como el que llevo el precio del petróleo a 146$/barril.

Muchos niegan la mayor. Entre ellos
Krugman, quien dedicó todo un artículo a hacernos creer que este tirón en el precio de los alimentos (debe de tener mala conciencia) no es debido a que los americanos le hayan dado a la máquina de fabricar billetes (ahora le llaman Quantitative Easing). Era de esperar que esos billetes sirviesen para algo. Pero parece ser que no han servido para lo que se pensaba, que era mejorar la financiación a las personas y a las empresas. Está claro, por más que Krugman se desgañite, que han ido directamente a la especulación en commodities. La población aumenta gradualmente y el aumento del consumo de economías emergentes no se produce a saltos. Y lo que ha ocurrido en los precios es un salto, un tirón que coincide en el tiempo con el montón de dólares puestos en circulación (y vemos como en EE.UU. circulan ya monedas de oro, prueba de que no se fían de su moneda).

Esto lleva inexorablemente a la devaluación del dólar (estos últimos días está girando de nuevo, después del repunte debido al miedo en la deuda euro, para descontento de los exportadores españoles, que al menos sacaban algo del tema) como vimos las últimas semanas.

Y los mercados, que se habían quedado comiendo turrones, nada más pasar los Reyes, volvieron a la letanía que pone en cuestión otra vez la deuda de los países de siempre. Pero llega un momento en que ya tantas veces se dice lo de que viene el lobo (y que al final no viene) que los especuladores acaban quedándose con el culo al aire. Lo hemos visto ayer y hoy en que la Bolsa que ha dado un tirón alcista enorme. ¿Será que estaremos saliendo de la crisis, pensarán algunos? Nada de eso (hasta el 2018 dicen algunos que tendremos sarao). Lo que pasa que hay tantas posiciones bajistas que a la que se le da un ligero empujón alcista, como estas posiciones están fuertemente apalacandas con derivados, las pérdidas pueden ser enormes con tan solo una subida del 2%. A partir de ese momento los bajistas han de cerrar sus posiciones corriendo (so pena de perder hasta la camisa si no lo hacen) con compras, lo que produce entonces el inmenso tirón alcista que hemos visto estos días. No todo ha de ser menos.

Y puestos a lo de “Año Nuevo, todo menos”, tendremos menos en el empleo, que no se recuperará ni locos, el poder adquisitivo, la venta de coches, el precio de la vivienda. Lo de los precios más bajos nos dicen que ya llegará si bajamos los salarios. A la patronal no le falta humor. En vez de una patronal parece una peluquería (por lo de tomar el pelo, claro).

Y un último comentario. Al menos la crisis nos aporta algo bueno. Los aficionados a efectuar previsiones a cada fin/comienzo de año, vistos los batacazos y ridículos de los últimos años, han desaparecido momentáneamente de escena. Algo ganamos. Al menos no hemos de oír estupideces. Todo se reduce a decir que 2011 será un año perdido (y pueden añadir sin riesgo 2012, 2013, etc.).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La explicacion de los precios del petróleo, tanto de los actuales como de los de 2008, basada en la "especuación" da la sensación de ser un "deus ex tecla" que merecería alguna explicáción: ¿Se puede especular siempre o son necesarias unas condiciones pra poder especular? ¿Por qué hay temporadas en las que se especula y otras en las que no se especula?
¿Cómo podremos saber, si alguna vez se produce o se ha producico ya, que la escalada de precios es debida a una tensión oferta deanda y no a la especulación? Y no estaría de más explicar como se puede especular con el petróleo.

Anónimo dijo...

Menos mal que hay voces como la tuya que nos dicen las verdades del barquero, que no del banquero. La cuestión es si se podria crear un grupo de presion de gente informada para evitar que nos tomen el pelo. Podrian ser quizas los del colectivo Attack?.

 
View blog top tags