Le decía hace unos días el diputado socialista Antonio Gutiérrez a Zapatero la misma frase que le espetó a Felipe González cuando era secretario general de Comisiones Obreras: "Cuando se dejan entrar en el Consejo de Ministros las ideas de la derecha, se termina por facilitar que la derecha se quede con la silla del Consejo de Ministros"
Y así las encuestas muestran lo que muestran. Sin hacer nada el PP se va a encontrar con mayoría absoluta por la deserción absoluta de los votantes del PSOE. Zapatero, un converso (al neoliberalismo), que ha caído en la peor de las corrupciones, que es gobernar haciendo lo contrario de lo propuesto en su programa electoral (tal como hizo Blair y así le fue), ha decidido inmolarse. No hay nada peor que convertirse en un iluminado. Piensa que está en poder de la verdad, que sus soluciones son las únicas que pueden aplicarse y que en algún momento los ciudadanos/votantes se darán cuenta de que sus políticas han sido acertadas y lo sacarán a hombros de la plaza.
El cabreo popular se mostró en la calle el día 29. Pero el cabreo aún tiene niveles más profundos ya que está empezando a desmoronar al propio partido. Así, hace pocos días, tanto Juan Antonio Barrio de la corriente Izquierda Socialista, como Manuel de la Rocha, vinculado a UGT, dieron por sentado que "con las restricciones y los ajustes de este presupuesto el Gobierno se aleja de su base social que le ha venido apoyando". Y como buena muestra de ello vimos como ayer en las primarias para elegir quien sería el candidato del PSOE en las elecciones autonómicas de Madrid, la candidata de Zapatero fue derrotada. Tomás ganó a Zapatero.
Pero el grado de deserción va a más. Hay quien abandona ya el PSOE, como ocurre en Extremadura, para constituir partidos socialistas “de verdad”, porque las políticas de Zapatero no tienen ya nada que ver con el socialismo.
En un sistema político, pensado para el bipartidismo y la alternancia, mal irán gobiernos de derecha con mayoría absoluta en unos momentos en que lo más fácil es cargar aún más las tintas sobre los más débiles. Por suerte no hay mal que cien años dure y como la derecha no solo no arreglará el paro, sino que lo agravará, veremos desparecer esa mayoría absoluta. Pero, ¡uf! Vaya travesía del desierto que le espera al PSOE.
Y así las encuestas muestran lo que muestran. Sin hacer nada el PP se va a encontrar con mayoría absoluta por la deserción absoluta de los votantes del PSOE. Zapatero, un converso (al neoliberalismo), que ha caído en la peor de las corrupciones, que es gobernar haciendo lo contrario de lo propuesto en su programa electoral (tal como hizo Blair y así le fue), ha decidido inmolarse. No hay nada peor que convertirse en un iluminado. Piensa que está en poder de la verdad, que sus soluciones son las únicas que pueden aplicarse y que en algún momento los ciudadanos/votantes se darán cuenta de que sus políticas han sido acertadas y lo sacarán a hombros de la plaza.
El cabreo popular se mostró en la calle el día 29. Pero el cabreo aún tiene niveles más profundos ya que está empezando a desmoronar al propio partido. Así, hace pocos días, tanto Juan Antonio Barrio de la corriente Izquierda Socialista, como Manuel de la Rocha, vinculado a UGT, dieron por sentado que "con las restricciones y los ajustes de este presupuesto el Gobierno se aleja de su base social que le ha venido apoyando". Y como buena muestra de ello vimos como ayer en las primarias para elegir quien sería el candidato del PSOE en las elecciones autonómicas de Madrid, la candidata de Zapatero fue derrotada. Tomás ganó a Zapatero.
Pero el grado de deserción va a más. Hay quien abandona ya el PSOE, como ocurre en Extremadura, para constituir partidos socialistas “de verdad”, porque las políticas de Zapatero no tienen ya nada que ver con el socialismo.
En un sistema político, pensado para el bipartidismo y la alternancia, mal irán gobiernos de derecha con mayoría absoluta en unos momentos en que lo más fácil es cargar aún más las tintas sobre los más débiles. Por suerte no hay mal que cien años dure y como la derecha no solo no arreglará el paro, sino que lo agravará, veremos desparecer esa mayoría absoluta. Pero, ¡uf! Vaya travesía del desierto que le espera al PSOE.
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