Montserrat - Ferrata Teresina

Les prometí a mis amigas chilenas, Dorys y Laura, que el jueves haríamos algo diferente, algo parecido a la escalada, pero que en el fondo no tiene nada que ver con ella, salvo que se recorren paredes y se sube a cumbres.

Conociendo ya la zona de Gorros les lleve a la ferrata Teresina, que es la forma más elegante de llegar al punto más alto de la montaña, punto al que se puede acceder caminando y que utilizo mucho para ponerme en forma, y así ver la cara norte de la montaña.

La ferrata Teresina fue abierta por el conocido escalador Antonio García Picazo, quien se curró este inmenso trabajo que es llenar una pared de hierros, cadenas y cables. Las ferratas siempre han sido y serán discutidas por los “puros” montañeros/escaladores. Muy ecológico no es llenar una pared de cachivaches. No he conseguido tomar partido nunca por una opción u otra (ferratas sí o ferrata no). Tengo claro que las ferratas han de ser marginales y nunca recorrer sitios privilegiados. No deben ir ni tan siquiera próximas a grandes paredes o alterar los espacios protegidos. Si son marginales y no molestan, pues… bueno… peores cosas hay.

Esta ferrata si no estoy equivocado fue la primera que se abrió en Catalunya (1993) y llegaba hasta el Pico de Santa Cecilia, una de las importantes puntas de la cara norte de Montserrat, que queda justo enfrente del Monasterio del mismo nombre. En 1994, justo estrenadita la recorrí con “el tío Santi”, que siempre nos ha embarcado en todo tipo de actividades pioneras (parapente, puenting, kayak, etc.). Fue evidentemente mi primera ferrata (puede ser incluso que la Teresina sea la primera ferrata abierta en España) y aunque después he hecho otras, sigo prefiriendo la escalada pura antes que este tipo de actividad.

Pero la ferrada Teresina posteriormente fue alargada y equipada siguiendo la cresta (en realidad por debajo de la cresta) que lleva hasta el punto más alto de Montserrat: Sant Jeroni, y este recorrido no lo había hecho.

En el tramo que sigue la ferrata adquiere más nivel en algunos momentos y es más exigente, especialmente al salir de la cumbre de Santa Cecilia donde aparece una bajada hacía el vacío realmente emocionante y una chimenea final estrecha y agotadora porque ya vienes con la pila tocada.

Nos hizo mal tiempo. Por suerte no llovió pero fuimos por dentro de la nube en la parte final del recorrido. Por lo tanto no vimos absolutamente nada ni a nadie en la cumbre. Fue impresionante no ver a absolutamente ninguna persona en todo el día, salvo dos personas que nos encontramos subiendo por la canal de Sant Jeroni para acceder al comienzo de la vía.

Esto fue lo que nos costó más, encontrar la ferrata. Primero subimos por la canal de Sant Jeroni y me pasé (eso que lo vi) el punto por donde hay que saltar (esta es la palabra apropiada) a la Canal del Mejillón (tiene gracia que en Montserrat una canal se llame así). Por lo tanto subimos más metros de los necesarios. Después de tantos años ya no me acordaba de nada. Trayecto nada fácil la aproximación por esta canal que, las lluvias salvajes que hubo hace unos años junto con el paso de la gente, van erosionando fuertemente.

Como no tenía ganas de bajar por la canal y quería hacer una larga jornada de fondo (acabamos haciendo 20 km.) mostrando a Dorys y Laura una visión mayor de la montaña, hicimos el recorrido Sant Jeroni-Sant Joan-Sant Benet-Cara Norte (pasando bajo los Flautats, Cavall Bernat, Paret de Diables y Serrat del Moro)-Santa Cecilia.

Una buena paliza. Cinco minutos más y tenemos que sacar las frontales de la mochila.
El Forerunner valoró el esfuerzo para mi peso: 2.800 calorías.

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