viernes, octubre 15, 2010

De nuevo en Gorros

Carlos tenía libre el día y Dorys quería repetir la experiencia de escalar en Montserrat. Por lo tanto nada mejor que volver a Gorros.

El día estaba con niebla. Parecía que quería abrirse pero no lo hizo hasta las tres. Escalamos entre nubes y humedad, pero la tarde fue fantástica.

Mucha lluvia estos días pasados, ya que, por ejemplo, el camino de Sant Joan a Sant Jeroni ha quedado lleno de montañas de piedras y restos de arbustos. Debió caer una buena. A pesar de eso se observa que están limpiando y ampliando los caminos y señalizándolos. Asímismo están limpiando los entornos de las ruinas de los lugares donde había ermitas o vivían ermitaños. Dada la afluencia de turistas hay que crear rutas para alimentarlos. Ya es algo normal estar escalando y oir subir el idioma ruso por los paredes. Vivir para ver.

Entre nubes y gran dificultad accedimos al pie del Ullal para hacer la Aresta Joan Manel. La lluvia había dejado la aprox. complicada ya que la pared chorreaba agua aún. Escalada con poca visibilidad y la piedra ya fría. Un poco desagradable, compensado por la escalada, que es preciosa.

Rapelamos el Ullal y haciéndolo vi que han reequipado la normal de la Magdalena Superior. Cuatro o cinco parabolts en el primer largo y tres en el segundo. Ahora es otra cosa hacer esta fácil vía. Seguíamos entre nubes. Una joven pareja extranjera estaba haciendo la vía del Carles al Gorro Frigi.

Volvimos al Ullal haciendo la Atila. La joven pareja estaba haciendo la Mingo Arenas a la Magdalena Superior. Sin casco y en manga corta el chico (hacía rasca). Estando ya el primero en la última R vi que dejaba caer todas las cuerdas por la pared tal como las recogía ascendiendo del segundo (¡en Montserrat alta probabilidad de que se queden enganchadas!).

Nuevo rapel y a la Magdalena Superior, siguiendo una vía de Gustavo que no se como se llama pero que tiene una entrada triunfal. Al menos ahora está asegurada con dos parabolts. Al llegar a la cumbre vemos que la pareja había rapelado por la vía todo lo que dan los 60 m. en doble y ¡las cuerdas no bajaban!. ¡Pero a quien se le ocurre!

Por suerte, la única cordada que estaba escalando (aparte de la nuestra), iba tras ellos. Les dejaron una cuerda y el chico volvió a hacerse la vía (estaba fuerte el chaval) para intentar desatascar las cuerdas. Volvió a rapelar y que si quieres. Por suerte después de mucho rato lo consiguieron. Tuvieron suerte. Cuando se hacen tantas cosas mal al final se corre el riesgo de que una falle. Si no llega a venir alguien tras ellos, se quedan en la pared.

En total unos 220 m. escalados en vías que ya había hecho con anterioridad.

Click en las fotos para verlas a mayor tamaño.

Todas las fotos en un albúm en Picasa.

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