miércoles, octubre 13, 2010

Las arenas vuelven donde estaban. Un ejemplo de despilfarro.

Volvía ayer por la noche desde Toledo en medio de un diluvio de proporciones enormes. Tenía que remontarme muchos años atrás para encontrar un viaje en coche con lluvia tan fuerte y continua. Desde Valencia hasta Tarragona fue dantesco y me cogían ganas de cambiar el coche por una Zodiac. Mientras conducía en el interior de una permanente nube blanca, pensaba que tanta lluvia tendría que ocasionar desperfectos.

Hoy veo, que entre otros daños, han desaparecido playas enteras tanto en el Maresme como en la Costa Brava. Es decir, la “llevantada” (temporal que proviene del este, directo desde el mar), que es cuando se levanta más mar en la costa catalana, se ha llevado la arena de muchas playas, y en muchas localidades las playas han desaparecido literalmente.

Pero no es la primera vez que ocurre. El tema ya viene de antiguo. ¿Qué es lo que ha cambiado para que las playas desparezcan siempre con el primer temporal fuerte que las afecta? ¿Ha venido ocurriendo esto siempre?

Dicen que el mal viene de la construcción de los múltiples puertos deportivos que jalonan la costa. Este cambio en la orografía marítima es el que ocasiona que los temporales se concentren en determinadas áreas de la costa, destrozándola.

Mal arreglo tiene ya el tema. Y se ha querido arreglar volviendo a echar la arena que el mar se lleva, una vez tras otra. Así desde 2005 hasta el 2010 se han gastado 23 MM. de euros en volcar arena a esas playas, arena que ahora ha desaparecido en 24 horas. ¡Vaya negocio!¡Vaya inversión! Sólo en la playa de Cabrera de Mar se han gastado el pasado mes de Julio más de 2 mill. de euros que ahora han desaparecido por ensalmo.

¿Aprenderemos que el mar y el viento aún no están plenamente dominados por el hombre? ¿Volveremos a gastar 23 MM. en arena, millones que pondrán amablemente los funcionarios en una segunda ronda de rebajas de su sueldo? ¿O daremos por concluida la apuesta, considerando que el mar es más fuerte?

Pues no. Peor aún. Ya han aparecido en los medios los alcaldes de las localidades-sin-playa afirmando que lo que hay que hacer ahora es construir espigones en el fondo del mar y después, naturalmente, volver a tirar la arena desaparecida. Es decir, mucho más gasto.

¿Está el país para gastar el dinero en arena, cuando infraestructuras más necesarias están quedando aparcadas? ¿Qué problemas ecológicos ocasionaría transformar la costa en una laguna al instalar esos espigones en el fondo del mar?

Otro ejemplo de despilfarro. Tiramos el dinero al mar.

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