A través de uno de sus medios habituales, en este caso Caroline Baum en Bloomberg, los neoliberales están intentando evitar que los suyos, o sea los ricos, no paguen la crisis. Quieren frenar las ayudas estatales y prefieren que quiebren los bancos (Some Banks must die so the U.S. Economy can live) y así, según ellos, salvar la economía. Consideran que se está sobre reaccionando.
Parece ser que no se han enterado que dejar quebrar Lehman Brothers ha sido probablemente uno de los errores que ha hecho profundizar la crisis.
Pero el egoísmo prevalece y no quieren pagar la crisis. Obama ya ha anunciado que subirá los impuestos a los ricos y esto, naturalmente, no les gusta.
Cualquiera que haya leído un poco sobre la Gran Depresión sabe que hay consenso en atribuirla a los errores del Gobierno de Hoover al permitir el pánico financiero. Sin embargo Caroline Baum atribuye, de forma general, las Grandes Depresiones a errores de los Gobiernos. Si los Gobiernos no se equivocasen (es decir, no interviniesen) no habría depresiones. Siempre los mercados perfectos aunque se esté al borde del precipicio.
Para soportar sus afirmaciones se basa en un estudio que han hecho los economistas Timothy J. Kehoe (Univ. de Minnesota) y Gonzalo Fernández de Cordoba (Univ. de Salamanca), que han estudiado las diferentes grandes recesiones en diferentes países en las últimas décadas.
Para vendernos mejor el producto, Caroline Baum nos remarca que T.J. Kehoe es demócrata, votante de Obama, keynesiano y que cree en el sistema sanitario para todos. Con estas credenciales, pues, ha de ser muy creíble lo que nos explican, aunque no seamos neoliberales.
Nos dicen estos profes que han estudiado las depresiones que, en los países que se ha intervenido para remediarlas, la recuperación se ha alargado y por lo tanto el dolor ha sido duradero (México, Japón), mientras que en las que se ha dejado que el sistema liquidase los bancos y empresas insolventes la recuperación ha sido mejor y más rápida (Chile, Finlandia).
Me pregunto que tendrá que ver esta crisis global, profunda y enorme, con una depresión en paises tan pequeños como Chile o Finlandia. Pero claro, hay que buscar argumentos como sea. Se paga bien por ellos.
No duda Caroline Baum en mostrar en el artículo lo que realmente preocupa a los ricos neoliberales. Y es que el Plan Obama ataca muchos frentes: la sanidad universal, reducir la utilización de petróleo promoviendo otras energías, aumentar los impuestos a lo ricos, etc. Y naturalmente aumenta el gasto público que pasa de una media en los últimos 30 años del 20,4% del PIB al 27,7%. Y eso es lo que realmente no les gusta, porque les van a pasar factura. Esto es todo lo contrario de lo que han venido predicando: cuanto menos Estado, mejor.
Consideran los neoliberales que como hay una importante recesión, todos estos aspectos deberían dejarse al margen y centrarse únicamente en el tema de la solvencia bancaria. ¿Por qué hacer tantas cosas al mismo tiempo?, se pregunta Caroline.
Pues precisamente por eso, porque hay crisis es el momento para hacer los grandes cambios que son únicamente los que pueden modificar el modelo económico (si es que había modelo económico) erróneo que nos ha llevado a esta situación. A nadie le gusta tener que contribuir con sus rentas a tapar el agujero que han generado toda esta gente. Pero no hay más remedio o se hunde el sistema (colapso sistémico). Aunque ellos piensan que no. Todo un debate que durará años.
Parece ser que no se han enterado que dejar quebrar Lehman Brothers ha sido probablemente uno de los errores que ha hecho profundizar la crisis.
Pero el egoísmo prevalece y no quieren pagar la crisis. Obama ya ha anunciado que subirá los impuestos a los ricos y esto, naturalmente, no les gusta.
Cualquiera que haya leído un poco sobre la Gran Depresión sabe que hay consenso en atribuirla a los errores del Gobierno de Hoover al permitir el pánico financiero. Sin embargo Caroline Baum atribuye, de forma general, las Grandes Depresiones a errores de los Gobiernos. Si los Gobiernos no se equivocasen (es decir, no interviniesen) no habría depresiones. Siempre los mercados perfectos aunque se esté al borde del precipicio.
Para soportar sus afirmaciones se basa en un estudio que han hecho los economistas Timothy J. Kehoe (Univ. de Minnesota) y Gonzalo Fernández de Cordoba (Univ. de Salamanca), que han estudiado las diferentes grandes recesiones en diferentes países en las últimas décadas.
Para vendernos mejor el producto, Caroline Baum nos remarca que T.J. Kehoe es demócrata, votante de Obama, keynesiano y que cree en el sistema sanitario para todos. Con estas credenciales, pues, ha de ser muy creíble lo que nos explican, aunque no seamos neoliberales.
Nos dicen estos profes que han estudiado las depresiones que, en los países que se ha intervenido para remediarlas, la recuperación se ha alargado y por lo tanto el dolor ha sido duradero (México, Japón), mientras que en las que se ha dejado que el sistema liquidase los bancos y empresas insolventes la recuperación ha sido mejor y más rápida (Chile, Finlandia).
Me pregunto que tendrá que ver esta crisis global, profunda y enorme, con una depresión en paises tan pequeños como Chile o Finlandia. Pero claro, hay que buscar argumentos como sea. Se paga bien por ellos.
No duda Caroline Baum en mostrar en el artículo lo que realmente preocupa a los ricos neoliberales. Y es que el Plan Obama ataca muchos frentes: la sanidad universal, reducir la utilización de petróleo promoviendo otras energías, aumentar los impuestos a lo ricos, etc. Y naturalmente aumenta el gasto público que pasa de una media en los últimos 30 años del 20,4% del PIB al 27,7%. Y eso es lo que realmente no les gusta, porque les van a pasar factura. Esto es todo lo contrario de lo que han venido predicando: cuanto menos Estado, mejor.
Consideran los neoliberales que como hay una importante recesión, todos estos aspectos deberían dejarse al margen y centrarse únicamente en el tema de la solvencia bancaria. ¿Por qué hacer tantas cosas al mismo tiempo?, se pregunta Caroline.
Pues precisamente por eso, porque hay crisis es el momento para hacer los grandes cambios que son únicamente los que pueden modificar el modelo económico (si es que había modelo económico) erróneo que nos ha llevado a esta situación. A nadie le gusta tener que contribuir con sus rentas a tapar el agujero que han generado toda esta gente. Pero no hay más remedio o se hunde el sistema (colapso sistémico). Aunque ellos piensan que no. Todo un debate que durará años.
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