Vemos hoy que la noticia es el increíble control que los manos fuertes ejercen sobre los precios de la vivienda española. Sus precios, que tendrían que bajar como Dios manda, de momento se controlan con mano de hierro. Y es que el gran propietario de pisos ya es la banca. Monopolio de oferta.
Mientras que en todo el mundo caen, los precios aquí siguen aguantando (-10/-20%). Aunque naturalmente no venden ni uno. Por lo tanto todo es un problema de tiempo. Bomba de relojería. Que a nadie le extrañe que cuando esto explote el petardazo sea de magnitud sideral, es decir -50%.
Amadeu Arderiu Calvo, consultor y miembro de RICS en España comenta: “Tras súbito pinchazo, en el 2008 la burbuja inmobiliaria se transformó en una gran bola de nieve que desde hace meses arrasa todo el sector residencial. Con un inmenso stock de viviendas sin vender (algunos lo cifran en un millón y medio de unidades), sin liquidez, con un sistema financiero cerrado y débil, y con una absoluta desconfianza en el sector, la actividad inmobiliaria residencial se ha detenido bruscamente, con grandes proyectos inacabados que salpican el paisaje de nuestro país".
Afirma la página RICS que “posiblemente el año 2009 supondrá un virulento ajuste, en el que deberá aceptarse la ortodoxia empresarial ante un exceso de capacidad. Por ahora solamente se proclaman obviedades y ambigüedades, dada la absoluta incertidumbre y la dificultad de gestión. En cualquier caso, sin financiación será difícil reencontrar la demanda, y es posible que la gran bolsa de viviendas que actualmente está en manos de bancos, en algún momento salga al mercado pragmáticamente y con ventaja en el crédito“.
Elemental, querido Watson.
Mientras que en todo el mundo caen, los precios aquí siguen aguantando (-10/-20%). Aunque naturalmente no venden ni uno. Por lo tanto todo es un problema de tiempo. Bomba de relojería. Que a nadie le extrañe que cuando esto explote el petardazo sea de magnitud sideral, es decir -50%.
Amadeu Arderiu Calvo, consultor y miembro de RICS en España comenta: “Tras súbito pinchazo, en el 2008 la burbuja inmobiliaria se transformó en una gran bola de nieve que desde hace meses arrasa todo el sector residencial. Con un inmenso stock de viviendas sin vender (algunos lo cifran en un millón y medio de unidades), sin liquidez, con un sistema financiero cerrado y débil, y con una absoluta desconfianza en el sector, la actividad inmobiliaria residencial se ha detenido bruscamente, con grandes proyectos inacabados que salpican el paisaje de nuestro país".
Afirma la página RICS que “posiblemente el año 2009 supondrá un virulento ajuste, en el que deberá aceptarse la ortodoxia empresarial ante un exceso de capacidad. Por ahora solamente se proclaman obviedades y ambigüedades, dada la absoluta incertidumbre y la dificultad de gestión. En cualquier caso, sin financiación será difícil reencontrar la demanda, y es posible que la gran bolsa de viviendas que actualmente está en manos de bancos, en algún momento salga al mercado pragmáticamente y con ventaja en el crédito“.
Elemental, querido Watson.
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