Me decía Manel Cabanillas de Balmat, ya hace tiempo, que no iba al cine nunca porque todo era mentira. Pues mira por donde yo voy al cine precisamente por eso.
Y es que vamos a que nos cuenten cuentos. Si triunfan los protas y el amor (y ya no digamos si encima se hacen ricos), sensacional. Nos vamos contentos del cine. Al menos recuperamos lo pagado.
La máquina de contar cuentos ha sido hasta la fecha Hollywood. En América todo era posible y nos lo creíamos. Ahora hay que cambiar el terreno. Mejor los situamos ya en los países emergentes. Bollywood es una maquina increíble de hacer cine y era de esperar que la globalización también deslocalizase el cine.
Esto viene a cuento de la excelente película que vi hace una semana: Slumdog Millionaire, una película trepidante y exótica dirigida por Danny Boyle.
Aunque en la película hay mucho de increíble (parece ser que Salman Rushdie no se ha enterado aún de eso de que el cine es mentira), pues nos lo tragamos y nos vamos a casa tan contentos. Una buena película con imágenes y música impactante. Casi demasiado, a veces parece un videoclip. Una delicia los niños.
Y otra buena película, en línea con las que viene haciendo Clint Eastwood, es Gran Torino.
Problemas de convivencia de un americano que enviuda y cuyos vecinos han acabado siendo todos de la etnia hmong, de Laos. El film nos recuerda ligeramente el drama que les obligó a muchos a refugiarse en EEUU debido a la invasión de este país por Vietnam.
A sus muy bien llevados 78 años este actor-director-productor sigue contando lo que le viene en gana del modo que le parece mejor. Gran Torino es su testamentario canto a la libertad, ya que ha afirmado que no hará ninguna película más. No me lo creo.
Otra historia que no hay que perderse.
Y es que vamos a que nos cuenten cuentos. Si triunfan los protas y el amor (y ya no digamos si encima se hacen ricos), sensacional. Nos vamos contentos del cine. Al menos recuperamos lo pagado.
La máquina de contar cuentos ha sido hasta la fecha Hollywood. En América todo era posible y nos lo creíamos. Ahora hay que cambiar el terreno. Mejor los situamos ya en los países emergentes. Bollywood es una maquina increíble de hacer cine y era de esperar que la globalización también deslocalizase el cine.
Esto viene a cuento de la excelente película que vi hace una semana: Slumdog Millionaire, una película trepidante y exótica dirigida por Danny Boyle.
Aunque en la película hay mucho de increíble (parece ser que Salman Rushdie no se ha enterado aún de eso de que el cine es mentira), pues nos lo tragamos y nos vamos a casa tan contentos. Una buena película con imágenes y música impactante. Casi demasiado, a veces parece un videoclip. Una delicia los niños.
Y otra buena película, en línea con las que viene haciendo Clint Eastwood, es Gran Torino.
Problemas de convivencia de un americano que enviuda y cuyos vecinos han acabado siendo todos de la etnia hmong, de Laos. El film nos recuerda ligeramente el drama que les obligó a muchos a refugiarse en EEUU debido a la invasión de este país por Vietnam.
A sus muy bien llevados 78 años este actor-director-productor sigue contando lo que le viene en gana del modo que le parece mejor. Gran Torino es su testamentario canto a la libertad, ya que ha afirmado que no hará ninguna película más. No me lo creo.
Otra historia que no hay que perderse.
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