No siempre ha de ir todo bien. Y ayer no fue precisamente un día glorioso. Decidí subir a una de las cumbres más bonitas de Montserrat, aunque cien metros más baja que las cumbres importantes. El Montgrós es una buena atalaya (1.133 m., y la más alta es Sant Jeroni 1.237 m.) ya que queda separada del eje principal de cimas y por lo tanto permite ver toda la “serralada” de extremo a extremo.
La subida era en parte conocida, ya que en la ascensión de la semana pasada a Sant Jeroni recorrí gran parte del camino (por error me metí en la Canal del Migdia). A pesar de eso me volví a equivocar dos veces. Dos pequeños errores de cinco minutos rápidamente detectados. En menos de dos horas estaba en la cumbre. Mientras que en la subida por las canales azotaba el viento, en la cumbre (sorpresas de la montaña) se estaba de maravilla, a pleno sol, en un día fantástico.
Me pasé media hora en la cumbre (hice una fotografía de 360 grados), donde entre las piedras que forman una pirámide señalando la cumbre, hay unas figuritas, muy graciosas y originales, de un mini-belén. La cumbre del Montgrós es un caso único en Montserrat porque tiene unas medidas increíbles si se tiene en cuenta que en general todo son agujas con cumbres reducidas. Más aún, hay muy poca piedra suelta cuando lo habitual es lo contrario. Buena roca la del Montgrós.
El panorama es espléndido. Muy próxima está la Roca plana dels llamps, con su pared con formas tan especiales, y la Salamandra (¡que hay que escalarla, es preciosa!). Las zonas de Agulles, Gorros y San Benet se ven perfectamente. Y la nieve del Pirineo, una delicia de espectáculo.
Tocaba bajar y tenía previsto hacerlo por la otra vertiente, hacia el collado del Mosset, bajo el Serrat del Faraó.
Nada más salir ya se baja una canal corta pero guarrindoga. Todo un aviso de lo que viene. Se pasa por debajo de la pared oeste de la Roca Plana dels Llamps, donde una cuerda fija ayuda a subir a un pequeño collado. Y a partir de ahí viene la guarrada. En teoría todo camino, en realidad algo que es todo menos un camino.
La erosión (canales de tierra en la que se van los pies y que te salvas y bajas gracias a los árboles a los que te vas cogiendo) va haciendo estragos. Caminos que desaparecen porque la vegetación, después de la mucha lluvia caída en los últimos meses, ha crecido a gran velocidad. Caminos llenos de piedras sueltas en grandes proporciones. Y finalmente el desastre del huracán de este invierno que ha tirado muchísimos árboles y que convierte en una carrera de obstáculos (complicado por que están con todas sus ramas, como una red insalvable) el recorrido. Y para finalizar el camino recorre placas de roca, rozando, o sin rozar, el primer grado. O sea, a ayudarse con las manos y no te equivoques que te rayas.
Un suplicio que no habría tenido mayores consecuencias sino fuese porque a mitad de bajada pillé un tramo de suelo con piedra suelta redondita-redondita. Y los pies se me fueron. Normalmente, como llevo bastones de trekking, este típico problema se controla y se recupera la estabilidad. Pero ayer no. Y si fallas, como las manos van cogidas a los bastones, el vuelo es insuperable y el aterrizaje soberbio, que en este caso fue con el codo, que quedó pulverizado. Aún no sé como no me lo fracturé. Todo quedó en mucha sangre. Pero eso no fue todo. Como el forcejeo con las muñecas (bastones, árboles, piedras) fue constante, la correa del reloj se rompió y no me enteré. Ya lo sabéis, ese asqueroso ¿camino? tiene ahora premio para el que lo haga: un precioso reloj, que no pienso ir a buscar, ya que las probabilidades que haya caído fuera del camino son elevadas y encontrarlo puede ser complicadísimo.
Un día redondo. Por suerte el GPS ayuda mucho y la ruta está pintada de puntos azules y rayas rojas de pintura. A pesar de eso casi me meto en una canal de aventura. Modas de hoy en día. No me volverán a ver por ahí.
Y aviso. O se limpia toda la montaña o cuando venga una época de sequía/calor, arderá de nuevo Montserrat. Los árboles caídos serán teas fabulosas.
La foto de arriba es en la cumbre. La Roca plan dels llamps a la izquierda y la Salamandra a la derecha.
Abajo.
Primero una foto del Montgrós y dels Plecs del llibre. Sigue la del mini-belén.
Después, la región de Agulles, la de Sant Jeroni, la de Sant Benet y Gorros y una del Gorro Frigi y Magdalena Superior donde he marcado con puntos rojos la escalada que hicimos el domingo.
Por último, la Roca plana dels Llamps desde la cumbre del Montgrós. Preciosa aguja montserratina.
Abajo.
Primero una foto del Montgrós y dels Plecs del llibre. Sigue la del mini-belén.
Después, la región de Agulles, la de Sant Jeroni, la de Sant Benet y Gorros y una del Gorro Frigi y Magdalena Superior donde he marcado con puntos rojos la escalada que hicimos el domingo.
Por último, la Roca plana dels Llamps desde la cumbre del Montgrós. Preciosa aguja montserratina.
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