Para conseguir este objetivo se siguen dos líneas maestras.
La primera es la de amenazar (y la amenaza se cumple de cuando en vez) de llevarse el puesto de trabajo a otro sitio (deslocalización) que tenga un nivel de salarios más bajo.
Pero como hay empresas que no pueden deslocalizarse (el banco de la esquina, el bar de enfrente o el Hospital más cercano) se trata de utilizar otra amenaza diferente: la competitividad (¡si no hay contención salarial, otra empresa, con costes más bajos, os comprará e iréis todos a la calle!).
Y claro, se lo creen (nos lo creemos).
Pero entonces viene lo sorprendente. Cuando ya los salarios son lo que son y han ido a parar dónde ya sabemos, van los Directivos y Consejos de Administración de las empresas y se reparten a saco unas cifras de órdago. En las empresas que cotizan en Bolsa, no queda ni para los accionistas.
Por lo tanto, ¿cómo puede ser que la gente trague este tipo de mentiras?
Hace poco hemos tenido un caso muy sonado que ha ocupado los medios de comunicación por lo desorbitado. Se trata del BBVA. (¡Ay aquellos tiempos en que la pasta de los Bancos se la llevaban gente como Bonnie and Clyde!).
El presidente de este Banco, señor Francisco Gónzalez, se embolsó en el 2006
El ser humano es insaciable. Nunca tiene suficiente. Siempre más. Está en la base de su biología. Nunca se sacia. Y para conseguirlo explota a sus semejantes al límite. Y se es necesario hasta los destruye.
Pero González no esta sólo. El Consejero Delegado, Goirigolzarri cobró
El secretario, José Maldonado, cobró por idénticos conceptos
Lo han hecho bien, ¡que caray!, y se merecen un premio. Y por si algún futuro comprador del Banco (o la junta de accionistas) los envía a casa, cosa harto improbable, estos tres directivos se han blindado de forma que si son cesados hay que darles un pequeño despido compensador:
Os aseguro que yo me dejaba despedir. ¡Hasta lo pediría de rodillas!
Pero más aún. El Consejo se repartió
Por lo tanto quién quiera seguir creyendo que la competitividad se mantiene gracias a los sueldos bajos de los trabajadores, que lo haga. Pero mejor será que se haga un test para ver como está su coeficiente de inteligencia.
Estamos ante un nuevo burbujazo. Los supersueldos van en aumento en todo el mundo y en EEUU las autoridades bursátiles reconocen que la situación está fuera de control. Tenemos tema para hablar otro día.
(En la foto, el super-super sueldo de España: Francisco Gónzalez).