Era evidente que la protesta estudiantil por el plan de Bolonia acabaría con el desalojo de la ocupación estudiantil de la Uni. ¡Hasta hay pulgas! me decía mi santa hace dos días.
Pero una cosa es acabar con el tema y otra es repartir estopa a diestra y siniestra.
Ayer llegué a casa muy tarde, pues tuvimos reunión de escaladores en nuestra querida Agrupación (a reunión de escaladores, pared muerta), tratando de reactivar nuestro SEAM (Sección de Escalada y Alta montaña).
Cuando me fui a dormir ya eran las doce de la noche y como vivimos cerca del centro cuando hay sarao y aparece el helicóptero de la policía se oye que da gusto y no hay quien duerma. No tenía que explicarme nadie que había leña de la buena.
Ahora, mientras me hacía en la cocina unas albóndigas con almejas que me han quedado, por cierto, excelentes, veía en la tele lejana de la cocina (pero audible perfectamente), como este Gobierno ha metido el remo a fondo. A una política educativa mal explicada (Ernest Maragall y el rector de la universidad, Dídac Ramírez, son unos ceporros por no haber gestionado este tema correctamente, deberían aprender de lo que hicieron en la Pompeu Fabra) le ha seguido una actuación policial digna de los tiempos franquistas. No hay nada más absurdo como ver a un partido machacar a sus propios electores.
Bajaba de entrenarme hoy en Can Carralleu a mediodía con mi moto por la calle Balmes y el tráfico hacia el centro seguía cortado. O sea que el follón sigue.
Inmenso error del Tripartito. Uno más que se añade a otros tan gratuitos como el del control de velocidad infame que padecemos en las cercanías a Barcelona. Ser más papistas que el Papa se paga. Al tiempo.
Pero una cosa es acabar con el tema y otra es repartir estopa a diestra y siniestra.
Ayer llegué a casa muy tarde, pues tuvimos reunión de escaladores en nuestra querida Agrupación (a reunión de escaladores, pared muerta), tratando de reactivar nuestro SEAM (Sección de Escalada y Alta montaña).
Cuando me fui a dormir ya eran las doce de la noche y como vivimos cerca del centro cuando hay sarao y aparece el helicóptero de la policía se oye que da gusto y no hay quien duerma. No tenía que explicarme nadie que había leña de la buena.
Ahora, mientras me hacía en la cocina unas albóndigas con almejas que me han quedado, por cierto, excelentes, veía en la tele lejana de la cocina (pero audible perfectamente), como este Gobierno ha metido el remo a fondo. A una política educativa mal explicada (Ernest Maragall y el rector de la universidad, Dídac Ramírez, son unos ceporros por no haber gestionado este tema correctamente, deberían aprender de lo que hicieron en la Pompeu Fabra) le ha seguido una actuación policial digna de los tiempos franquistas. No hay nada más absurdo como ver a un partido machacar a sus propios electores.
Bajaba de entrenarme hoy en Can Carralleu a mediodía con mi moto por la calle Balmes y el tráfico hacia el centro seguía cortado. O sea que el follón sigue.
Inmenso error del Tripartito. Uno más que se añade a otros tan gratuitos como el del control de velocidad infame que padecemos en las cercanías a Barcelona. Ser más papistas que el Papa se paga. Al tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario