Paul Samuelson, enorme economista, Premio Nobel (aunque esto es lo de menos), ha fallecido hace pocos días, con 94 años de edad (ver nota necrológica de El País).
Ha tenido la suerte de llegar a esta edad con plenas facultades mentales, lo que le permitía escribir habitualmente en los medios de comunicación (ver sus dos últimos artículos publicados en Noviembre: 1 y 2).
Leer a Samuelson siempre ha sido un enorme placer, porque este hombre nunca se casó con nadie. Mantuvo su independencia ideológica, lo que siempre conlleva que te disparen desde todos los sitios. Ante la posibilidad de que Bush ganase las primeras elecciones en el 2000, un grupo de tres centenares de economistas norteamericanos (entre ellos Samuelson y Galbraith) firmaron un manifiesto avisando de las desastrosas consecuencias que tendría para que el bienestar llegase a la mayoría. Y así pasó.
Su manual de Economía fue un libro utilizado por estudiantes de todo el mundo desde los años cuarenta hasta los 70’s. Yo no lo utilicé por muy poco, ya que en el año en que empecé la carrera se pasó a utilizar el famoso “Lipsey” (Introducción a la Economía Positiva).
Los discípulos de Hayek y Friedman, dos de los más significativos representantes de la extrema derecha económica que nos ha llevado a este charco putrefacto, no podían tragar a Samuelson. Esto es tanto así que hoy he recibido un comentario a un artículo mío sobre Samuelson, publicado ya hace días. Dice el comentario “Que pena que Samuelson escribiese cuando su oponente… (Friedman) …ya no puede defender su posición”.
Pues aviados estamos si no podemos escribir sobre los monstruos que han habitado este planeta. No podríamos hablar, por ejemplo, de los genocidios nazis y rusos, porque Hitler y Stalin ya no están vivos para defenderse. ¡Faltaría más! Parece un comentario de patio de colegio, de aquellos de “a que esto no se lo dices a la cara”.
Pero aquí no acaba el comentario. Tratando de exculpar a este par de angelitos, cuyos discípulos son los que nos han metido en este lodazal, el comentarista (anónimo) me dice que “la idea de que la crisis actual no tiene nada que ver con la intervención estatal me parece sumamente arriesgada”.
Arriesgadísima. ¡La culpa será del Gobierno! ¿Y qué es lo que ha hecho el Gobierno de EE.UU. para meternos en esta crisis? Recuerdo que la FED es independiente y es un organismo creado por la Banca. Si Greenspan mantuvo el dinero barato muchos años, que le pregunten (por cierto, es profundamente Republicano, o sea del gremio de Hayek y Friedman) a él. ¿No sería para superar la recesión debida a el burbujazo de las Punto.com? ¿No se ha venido tapando la explosión de una burbuja con otra burbuja?¿Y quién lo ha hecho? ¿El Gobierno?
¿Quién ha permitido que la Banca de Inversión de EE.UU. se haya apalancado de forma tan salvaje? ¿Quién ha dicho que no existía ya el riesgo y ha concedido hipotecas a quién no las podía pagar? ¿Quién las ha dado por el 100% del valor del inmueble?¿Quién las ha concedido a plazos de 40 años? ¿Quién ha generado montañas de derivados, humo sobre humo? ¿Quién ha desparramado por el mundo paquetes de hipotecas infectas? ¿Quién ha calificado estas hipotecas con AAA, estafa suprema?¿Quién ha parido a Madoff? ¿Quién ha creado la banca en la sombra, para saltarse así las regulaciones?¿Quién ha creado las SPE, ABS, CMBS y porquerías por el estilo?¿Por qué quebró Enron?¿Quién creó el inmenso agujero de LTMC? ¿Por qué quebró Lehman Brothers?
Nada mejor que leer el artículo de Krugman que publicó El País este domingo pasado sobre esto precisamente, la negación de culpabilidad por parte de toda esta gente.
Decía Samuelson, que "los sistemas de mercado no regulados tarde o temprano se suicidan". La fuente principal de nuestros problemas de hoy son los legados de este par de cadáveres, de quienes hay que recordar continuamente sus falsas teorías para evitar tropezar dos veces en la misma piedra, aunque ya sabemos que la memoria histórica no existe y que el dinero (o el capital, como queráis llamarle) buscará nuevos sicarios que teoricen este desastre (pagan bien) haciéndonos creer que la cosa no va con ellos y así poder volver a vender nuevas motos y repetir el ciclo, sabiendo que el futuro puede ser fantástico, ya que, como hemos visto, cuando hay beneficios son para unos pocos y si hay pérdidas se socializan. De momento ya lo están consiguiendo, porque aquí no se regula nada.
Ha tenido la suerte de llegar a esta edad con plenas facultades mentales, lo que le permitía escribir habitualmente en los medios de comunicación (ver sus dos últimos artículos publicados en Noviembre: 1 y 2).
Leer a Samuelson siempre ha sido un enorme placer, porque este hombre nunca se casó con nadie. Mantuvo su independencia ideológica, lo que siempre conlleva que te disparen desde todos los sitios. Ante la posibilidad de que Bush ganase las primeras elecciones en el 2000, un grupo de tres centenares de economistas norteamericanos (entre ellos Samuelson y Galbraith) firmaron un manifiesto avisando de las desastrosas consecuencias que tendría para que el bienestar llegase a la mayoría. Y así pasó.
Su manual de Economía fue un libro utilizado por estudiantes de todo el mundo desde los años cuarenta hasta los 70’s. Yo no lo utilicé por muy poco, ya que en el año en que empecé la carrera se pasó a utilizar el famoso “Lipsey” (Introducción a la Economía Positiva).
Los discípulos de Hayek y Friedman, dos de los más significativos representantes de la extrema derecha económica que nos ha llevado a este charco putrefacto, no podían tragar a Samuelson. Esto es tanto así que hoy he recibido un comentario a un artículo mío sobre Samuelson, publicado ya hace días. Dice el comentario “Que pena que Samuelson escribiese cuando su oponente… (Friedman) …ya no puede defender su posición”.
Pues aviados estamos si no podemos escribir sobre los monstruos que han habitado este planeta. No podríamos hablar, por ejemplo, de los genocidios nazis y rusos, porque Hitler y Stalin ya no están vivos para defenderse. ¡Faltaría más! Parece un comentario de patio de colegio, de aquellos de “a que esto no se lo dices a la cara”.
Pero aquí no acaba el comentario. Tratando de exculpar a este par de angelitos, cuyos discípulos son los que nos han metido en este lodazal, el comentarista (anónimo) me dice que “la idea de que la crisis actual no tiene nada que ver con la intervención estatal me parece sumamente arriesgada”.
Arriesgadísima. ¡La culpa será del Gobierno! ¿Y qué es lo que ha hecho el Gobierno de EE.UU. para meternos en esta crisis? Recuerdo que la FED es independiente y es un organismo creado por la Banca. Si Greenspan mantuvo el dinero barato muchos años, que le pregunten (por cierto, es profundamente Republicano, o sea del gremio de Hayek y Friedman) a él. ¿No sería para superar la recesión debida a el burbujazo de las Punto.com? ¿No se ha venido tapando la explosión de una burbuja con otra burbuja?¿Y quién lo ha hecho? ¿El Gobierno?
¿Quién ha permitido que la Banca de Inversión de EE.UU. se haya apalancado de forma tan salvaje? ¿Quién ha dicho que no existía ya el riesgo y ha concedido hipotecas a quién no las podía pagar? ¿Quién las ha dado por el 100% del valor del inmueble?¿Quién las ha concedido a plazos de 40 años? ¿Quién ha generado montañas de derivados, humo sobre humo? ¿Quién ha desparramado por el mundo paquetes de hipotecas infectas? ¿Quién ha calificado estas hipotecas con AAA, estafa suprema?¿Quién ha parido a Madoff? ¿Quién ha creado la banca en la sombra, para saltarse así las regulaciones?¿Quién ha creado las SPE, ABS, CMBS y porquerías por el estilo?¿Por qué quebró Enron?¿Quién creó el inmenso agujero de LTMC? ¿Por qué quebró Lehman Brothers?
Nada mejor que leer el artículo de Krugman que publicó El País este domingo pasado sobre esto precisamente, la negación de culpabilidad por parte de toda esta gente.
Decía Samuelson, que "los sistemas de mercado no regulados tarde o temprano se suicidan". La fuente principal de nuestros problemas de hoy son los legados de este par de cadáveres, de quienes hay que recordar continuamente sus falsas teorías para evitar tropezar dos veces en la misma piedra, aunque ya sabemos que la memoria histórica no existe y que el dinero (o el capital, como queráis llamarle) buscará nuevos sicarios que teoricen este desastre (pagan bien) haciéndonos creer que la cosa no va con ellos y así poder volver a vender nuevas motos y repetir el ciclo, sabiendo que el futuro puede ser fantástico, ya que, como hemos visto, cuando hay beneficios son para unos pocos y si hay pérdidas se socializan. De momento ya lo están consiguiendo, porque aquí no se regula nada.