viernes, octubre 07, 2011

Malas noticias, pero cuidado… que hay pillos


Todos los días hay malas noticias económicas. No puede ser de otra forma ya que a la recesión iniciada en el 2008 no solo no se le ha puesto cura, sino que se han tomado, y se siguen tomando, las medidas contrarias a las correctas. En vez de buscar el crecimiento y la reducción del paro, se ha optado por la austeridad, con las consecuencias que ya vemos.

Seguimos comprobando como el sistema bancario tiene los pies de barro. El problema no es la deuda griega, sino las consecuencias que tendría una quita sobre la banca europea, que aún está digiriendo la estafa de las subprimes (y la banca española las suyas propias). Vemos como las sucesivas pruebas de stres a la banca son una auténtica tomadura de pelo, cuya única finalidad ha sido vender tranquilidad donde no la puede haber.

Ahora es el banco franco-belga Dexia la que muestra tener un agujero supremo que ya no se puede enmascarar por más tiempo y que hay que resolver, lo que llevará a desmontar este banco ya inviable (como otros muchos, como hemos visto en España, donde la saga de fusiones salvadoras no se acaba nunca) y repartirlo a trozos.

Mucha prueba de stres pero las llamadas a la capitalización de la banca son continuas, lo que significa que el agujero va en aumento constante (la pérdida de valor de las inversiones que hizo la banca europea comprando deuda de países europeos ahora con problemas supone una agujero creciente) y hay que poner nuevamente dinero.

No es de extrañar que con esta situación aparezcan actores escenificando noticias como esta del economista estadounidense Robert J. Shapiro, asesor del Fondo Monetario Internacional (FMI): "la banca europea se colapsará en dos o tres semanas". A mi me parece un poco exagerado, porque si esto se produce estaríamos al cabo de la calle. No deja de ser una opinión… ¿interesada? Ya nos vamos acostumbrando (y esto precisamente es lo que denunciaba el último informe del GEAB de setiembre) a que la Brunete mediática Anglo-USA arremeta continuamente contra el euro y la deuda y banca europea. La mejor forma de defender el dólar y su deuda es un buen ataque (y permanente).

Hace unos días Vidal-Folch en El País, nos explicaba el caso de Roubini. Este señor (doctor catástrofe) se hizo famoso por predecir la hecatombe económica que tenemos. Recientemente ha vuelto a advertir que Europa lo tiene crudo: impago de deudas por parte de algunos países europeos, salida del euro de estos países, fin del euro, cracks bancarios múltiples, etc.

Roubini tiene audiencia, y cuando habla, los mercados escuchan. Y si anticipa malas noticias, los mercados caen. ¿Quién es el que no se resiste a sacar partido de semejante posición? Basta con ser bajista en los mercados, abrir la boca diciendo que esto se hunde… y a cobrar.

Vidal-Folch denuncia que el profesor Roubini y el asesor Roubini forman una sociedad de gananciales; su mano académica aprieta para que suceda lo peor, y su mano financiera recoge el beneficio cuando va sucediendo lo peor.

Esa conducta de pillo es la opuesta a la de los académicos decentes. Cuando Paul Krugman inició su columna en The New York Times abandonó todo asesoramiento; lo mismo hizo Josep Stiglitz cuando entró en el Banco Mundial; y Larry Summers canceló su curso de Harvard en 2009 cuando se convirtió en asesor económico de la Casa Blanca.

Por lo tanto hay que ser muy cauto cuando se leen predicciones económicas, ya que en muchos casos son interesadas.

Yo prefiero basarme en opiniones fundamentadas en hechos cuantitativos. Cuando alguien me enseña un gráfico o unos datos y me dice lo que está pasando, entonces me creo mejor su opinión.

Así ocurre por ejemplo con el artículo de Juan Carlos Barba, quien nos muestra a traves del indicador PMI como la crisis profundiza su caída en septiembre. Y este es el problema grave real, ya que si la actividad económica no se recupera, no habrá forma de evitar déficits crecientes que si se siguen ajustando siguiendo la tradición, o sea con austeridad, nos llevarán al hundimiento del sistema.

Los PMI de manufacturas y servicios, indicadores que publica la prestigiosa empresa Markit para las principales economías del mundo, han seguido cayendo, pero peor aún, en el caso español la actividad de la industria española es mucho menor que el de la europea. Esto es debido a la enorme debilidad de la demanda interna en España. Con el motor del sector privado parado, ¿a quién se le ocurre reducir el sector público. ¿Qué otra cosa se puede esperar?

Pero además, la industria de la eurozona está ya claramente instalada en zona recesiva, mientras que la española se mueve en niveles contractivos sumamente preocupantes que, de no remontar la industria europea, no harán sino empeorar en los próximos meses.

Son datos. Tomemos nota.

Leer todo el artículo.

Gráfico: El PMI europeo y español, servicios y manufacturas.
(Click en el gráfico para verlo a mayor tamaño)

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