jueves, octubre 20, 2011

Desmontando la sanidad pública


Estaba el otro día sentadito en una oficina de correos, esperando mi turno para recoger una carta certificada que me remitía la Seguridad Social. Y es que había descubierto que en mi historial de cotizaciones a la Seguridad Social había tres años en blanco, sin cotizar, algo imposible. Un tonto baile de números había llevado a este “pequeño error” (eso me dijeron), que podía tener consecuencias sobre el cálculo de mi futura pensión. Aconsejo a todo el mundo que se mire muy bien estos números.

Pues esperando en Correos oí un comentario entre dos trabajadores de la oficina. Uno indicaba que nunca votaría derecha, ya que como trabajador no era tonto y no iba a votar a quien le podía machacar (Correos podría ser privatizada parcialmente por el PP). Quería votar izquierda, pero como el PSOE le había bajado el sueldo, quería pasarle factura. ¿A quién voto, que sea de izquierdas?, preguntaba, como si no hubiese ya nadie más en este mundo. Y el otro empleado, ni corto ni perezoso, le contestó “mujer, puedes votar a CiU (Convergéncia y Unió)”.

Se me cayeron al suelo (no hace falta decir el qué). Vaya lío mental que tienen algunos. A esto se le llama vivir en el limbo.

Vieno esto a cuento de lo que ya he comentado en algunos posts anteriores. Gracias a la crisis vamos viendo como muchos partidos y agentes económicos se van quitando la careta y los disfraces que han mantenido durante años. Ya no necesitan despistar. Como ya no encuentran barreras a sus sueños más reaccionarios, ya dejan ir su discurso sin ningún temor. Lo vimos ayer con la CEOE. Quiere más despido libre, el copago sanitario, enseñanza privada y hasta pide cargarse ya derechos constitucionales, como el derecho a la huelga. O sea, volver al franquismo en el que nadaban tan felices. La deriva fascista que comenté ya en su día.

Lo mismo pasa con CiU que ha camelado con su catalanismo (siempre falso, viendo ahora lo fácilmente que se pone a los pies del PP) a parte del electorado catalán.

CiU ahora se ha quitado la careta y nos muestra su semblante más rudo, puro neoliberalismo en su sangre, que supera incluso a lo más rancio del PP. Tanto es así que pretende ir más lejos que los Peperos en la privatización de la Sanidad y la enseñanza pública. Dos caramelos que pueden llenar muchos bolsillos de empresarios.

Y ahora ya no lo esconden. Cuando en estas últimas semanas hemos visto como se atacaban los presupuestos de la Sanidad Catalana, como se cerraban camas, quirófanos, ambulatorios, servicios de urgencia y ambulancias, y se intentaba rebajar otra vez el salario de los trabajadores de la sanidad, todos intuíamos que lo que había detrás era un proyecto descarado de desmontar la Sanidad Pública.

Pues aquí está el plan que persiguen que ayer se puso al descubierto y recomiendo leerlo para que empecemos a darnos cuenta de quien es CiU y que pretende hacer con nuestros hospitales y escuelas públicas (y muchas más cosas que seguirán, ya que la avaricia por quedarse todo lo que es público no tiene límite). Y que aprendan en otras autonomías lo que les puede caer.

La indignación es enorme. ¿Aprenderá ese empleado de correos que CiU no tiene nada que ver con la izquierda y mucho que ver con la derecha más rancia?

Vote usted derecha y catalanismo (y además del falso)… y verá lo que le pasa.

Por cierto, la carta de la Seguridad Social me remitía únicamente los números arreglados, sin la más pequeña nota de disculpa por el error. Sólo estaban los papeles con los números. Amables que son.

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