Esto si que es ir de Malaga a Malagón. Nos acabamos de liberar de la obscenidad olímpica madrileña y aparece la de Barcelona. Y peor aún, ¡Juegos Olímpicos de Invierno!
Asistimos una vez más al inveterado espectáculo de la estupidez que parece ser la materia de la que están hechos nuestros, cada vez más, iluminados gobernantes. Jordi Hereu, el alcalde, ha presentado al día siguiente de presentar este proyecto, su plan para reforzar su candidatura política personal. Impresentable. A remarcar que Jordi Hereu ha defendido sistemáticamente desde el inicio de su mandato que había llegado la hora de trabajar para los barceloneses y sus necesidades, sin tener que diseñar un gran acontecimiento.
No voy a entrar en el tema de que Barcelona esté a 150 Km. (como mínimo) de la nieve. Si llegan a publicar la noticia el 28 de diciembre habría pensado inmediatamente que era una inocentada de los medios de comunicación.
Para ver lo nefasto de este proyecto es suficiente la consideración de tres aspectos.
El primero es el momento. El dinero escaso que pueden aún obtener nuestros gobiernos (endeudándose más, claro), sean locales, autónomos o nacionales, no debe ser para invertirlo (y soy generoso con la palabra, ya que lo más correcto aquí es decir dilapidarlo) en proyectos como este, cuando el sector privado demanda un crédito que la Banca no le da.
Miles de programas de inversión privados, que nos pueden aportar desarrollo en áreas punteras, que son las que deben acabar con el deficiente desarrollo estructural español, agradecerían este dinero que se pretende enterrar con más ladrillo.
Este proyecto solo se podrá hacer con nuevo endeudamiento (que se añadirá al enorme que ya tenemos) a pagar con nuestros bolsillos. ¿Me puede explicar alguien que beneficio pueden obtener los ciudadanos con esta barbaridad?
El segundo aspecto pasa por el ladrillo precisamente. Hacer unas olimpíadas blancas es invertir dinero en unas instalaciones (las estaciones de esquí) y en sus accesos (supongo que tanto en las de propiedad privada como autonómica). Encantados están los hoteleros con este proyecto, ya que la máquina generadora que les da de comer, las estaciones, son francamente ruinosas y la hotelería evidentemente no tiene la capacidad para hacer la inversión que permita soportar unos Juegos. Maravilloso para ellos que el vecino les ponga el dinero que ellos no tienen y que les permitirá obtener jugosos beneficios.
Recuerdo que la Generalitat de Catalunya no ha conseguido privatizar sus estaciones, ya que no hay comprador para un negocio inexistente. ¿Debemos seguir invirtiendo en un agujero sin fondo? ¿No es suficiente con el ya derrochado?
Y si la inversión es en Baqueira/Beret, por ejemplo, peor aún, ya que estaremos metiendo dinero directamente en la vena del sector privado. Generosos que somos.
Y tercero, el Pirineo ya no aguanta más embestidas. Esta sería definitiva. Debería ya legislarse que no se toque ni una flor y en cambio queremos arrasarlo. Debería estar protegido de forma absoluta, como si todo fuese un Parque Natural. Literatura abundante tendremos los próximos días sobre las barbaridades, que ahora desconocemos pero nos imaginamos, que podrán caer como plaga bíblica sobre el Pirineo Catalán.
Y esto sin tener en cuenta la sostenibilidad de las inversiones considerando el cambio climático que se va agravando y que afecta más al Pirineo Catalán que al resto. ¡Una inversión sin futuro!
La gélida Vancouver, donde se van a celebrar las olimpíadas de invierno este año, está en estos momentos con enormes problemas de nieve. ¿Qué pasaría si después de invertir montañas de euros, la meteorología nos deparase un invierno cálido, ya nada extraño (lo extraño es un invierno frío como el actual) por estas latitudes?
Un despropósito enorme este proyecto. Que no cuente con mi voto la Alcaldía de Barcelona. El problema es que la oposición principal, CiU, aún estará más por la labor, dada su relación de amor con los hoteleros.
Pongamos un cirio a quien sea para que no nos caiga este desmadre, fruto de intereses totalmente contrarios a los del ciudadano de Barcelona. De momento parece ser que nadie nos va a salvar del enorme gasto que se incurrirá para el marketing de esta candidatura. Con la de cosas que se podrían hacer para la ciudad con este dinero…
El inicio de esta campaña de marketing puede ya observarse en la prensa. Incluso en aquella en la que podríamos pensar que puede recoger las opiniones contrarias. ¡Un paso al frente! escribe el Presidente del COE… y así estaremos más cerca del abismo.
OLIMPÍADA BLANCA EN BARCELONA ¡NO!
NO CON NUESTRO DINERO.
Asistimos una vez más al inveterado espectáculo de la estupidez que parece ser la materia de la que están hechos nuestros, cada vez más, iluminados gobernantes. Jordi Hereu, el alcalde, ha presentado al día siguiente de presentar este proyecto, su plan para reforzar su candidatura política personal. Impresentable. A remarcar que Jordi Hereu ha defendido sistemáticamente desde el inicio de su mandato que había llegado la hora de trabajar para los barceloneses y sus necesidades, sin tener que diseñar un gran acontecimiento.
No voy a entrar en el tema de que Barcelona esté a 150 Km. (como mínimo) de la nieve. Si llegan a publicar la noticia el 28 de diciembre habría pensado inmediatamente que era una inocentada de los medios de comunicación.
Para ver lo nefasto de este proyecto es suficiente la consideración de tres aspectos.
El primero es el momento. El dinero escaso que pueden aún obtener nuestros gobiernos (endeudándose más, claro), sean locales, autónomos o nacionales, no debe ser para invertirlo (y soy generoso con la palabra, ya que lo más correcto aquí es decir dilapidarlo) en proyectos como este, cuando el sector privado demanda un crédito que la Banca no le da.
Miles de programas de inversión privados, que nos pueden aportar desarrollo en áreas punteras, que son las que deben acabar con el deficiente desarrollo estructural español, agradecerían este dinero que se pretende enterrar con más ladrillo.
Este proyecto solo se podrá hacer con nuevo endeudamiento (que se añadirá al enorme que ya tenemos) a pagar con nuestros bolsillos. ¿Me puede explicar alguien que beneficio pueden obtener los ciudadanos con esta barbaridad?
El segundo aspecto pasa por el ladrillo precisamente. Hacer unas olimpíadas blancas es invertir dinero en unas instalaciones (las estaciones de esquí) y en sus accesos (supongo que tanto en las de propiedad privada como autonómica). Encantados están los hoteleros con este proyecto, ya que la máquina generadora que les da de comer, las estaciones, son francamente ruinosas y la hotelería evidentemente no tiene la capacidad para hacer la inversión que permita soportar unos Juegos. Maravilloso para ellos que el vecino les ponga el dinero que ellos no tienen y que les permitirá obtener jugosos beneficios.
Recuerdo que la Generalitat de Catalunya no ha conseguido privatizar sus estaciones, ya que no hay comprador para un negocio inexistente. ¿Debemos seguir invirtiendo en un agujero sin fondo? ¿No es suficiente con el ya derrochado?
Y si la inversión es en Baqueira/Beret, por ejemplo, peor aún, ya que estaremos metiendo dinero directamente en la vena del sector privado. Generosos que somos.
Y tercero, el Pirineo ya no aguanta más embestidas. Esta sería definitiva. Debería ya legislarse que no se toque ni una flor y en cambio queremos arrasarlo. Debería estar protegido de forma absoluta, como si todo fuese un Parque Natural. Literatura abundante tendremos los próximos días sobre las barbaridades, que ahora desconocemos pero nos imaginamos, que podrán caer como plaga bíblica sobre el Pirineo Catalán.
Y esto sin tener en cuenta la sostenibilidad de las inversiones considerando el cambio climático que se va agravando y que afecta más al Pirineo Catalán que al resto. ¡Una inversión sin futuro!
La gélida Vancouver, donde se van a celebrar las olimpíadas de invierno este año, está en estos momentos con enormes problemas de nieve. ¿Qué pasaría si después de invertir montañas de euros, la meteorología nos deparase un invierno cálido, ya nada extraño (lo extraño es un invierno frío como el actual) por estas latitudes?
Un despropósito enorme este proyecto. Que no cuente con mi voto la Alcaldía de Barcelona. El problema es que la oposición principal, CiU, aún estará más por la labor, dada su relación de amor con los hoteleros.
Pongamos un cirio a quien sea para que no nos caiga este desmadre, fruto de intereses totalmente contrarios a los del ciudadano de Barcelona. De momento parece ser que nadie nos va a salvar del enorme gasto que se incurrirá para el marketing de esta candidatura. Con la de cosas que se podrían hacer para la ciudad con este dinero…
El inicio de esta campaña de marketing puede ya observarse en la prensa. Incluso en aquella en la que podríamos pensar que puede recoger las opiniones contrarias. ¡Un paso al frente! escribe el Presidente del COE… y así estaremos más cerca del abismo.
OLIMPÍADA BLANCA EN BARCELONA ¡NO!
NO CON NUESTRO DINERO.
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