Ayer fuimos a ver esta excelente e imprescindible película, Palma de Oro en Cannes 2009. Película de violencia. Pero no de la violencia habitual que inunda nuestras pantallas de sangre con Gores, mafiosos, guerras, Avatares (muy bueno el editorial de El País de hoy, dejando esta película, y otras por el estilo del mismo autor, en el lugar que se merece) y vampiros varios.
El terror a veces reside en lo mejor de las aparentemente buenas familias y también en sociedades en principio ejemplares. La película tiene la habilidad de mostrarnos ese horror sin recurrir a ninguna truculencia. Una historia formidable, en lo que en principio nos parece una historia de misterio/policíaca que acabará mostrándonos el desenlace de todo lo ocurrido. Pero no van por ahí los tiros. Cada espectador, a partir del momento que salen los títulos finales, ha de hacer su elaboración de lo visto.
Transcurridos los seis semáforos rojos que separan el cine de nuestra casa (yendo en moto), en los cuales aprovechamos para revisar la película con mi santa, cuando subíamos con el ascensor ya nos había quedado casi claro todo. Es evidente que la película acaba donde debe acabar. No hace falta nada más.
Paz y felicidad esta mañana de domingo, hasta que mi santa ha leído el artículo de Elvira Lindo en El País de hoy, en el que comenta la película. Y Elvira Lindo es uno de esos tótems de mi santa a la que no se le toca ni un pelo. Así que discusión servida. Y es que el que no es crítico de cine (aunque a Carlos Boyero también se le fue la mano), y se pone a ello, sólo sabe hablar de la película explicándola. Lo bueno de esta película es eso, revisarla mentalmente a posteriori y sacar conclusiones.
Pues esto es imposible si te lees el artículo de Elvira Lindo donde explica que después de dormir la película toda la noche, ya le ha sacado casi toda la punta (aunque dice que la alquilará para verla de nuevo porque no lo ha pillado todo). Se me ha ocurrido decirle a mi santa que nosotros somos más rápidos, ya que nos costó seis semáforos, lo que a Elvira le ha costado toda una noche y rápidamente me ha sacado las uñas.
Pero es que además he afirmado que el comentario no aporta nada que no supiéramos y por otro lado les hace un flaco favor a las personas que aún no la han visto. Aquí me ha caído encima el Séptimo de Caballería. Y no digamos cuando me ha comentado que Elvira, excelente ella, explica lo de la inhibición del maestro. ¡Pero si es lo que más claro está de la película!, le he contestado.
Mejor me he ido a encargar un pollo al ast y comprar el pan, mientras pensaba que hago muy bien en leer siempre las críticas de películas a posteriori.
Cuando mi santa lea la entrevista a Blesa hecha por Miguel Angel Noceda en El País de hoy, volveremos a tener de que hablar y es que Blesa quiere quedar, después de su salida de Caja Madrid, tan fino y señor, que no dice nada. Poltronas esperan y hay que morderse la lengua…
Una entrevista inútil que no aporta gran cosa.
Trailer
El terror a veces reside en lo mejor de las aparentemente buenas familias y también en sociedades en principio ejemplares. La película tiene la habilidad de mostrarnos ese horror sin recurrir a ninguna truculencia. Una historia formidable, en lo que en principio nos parece una historia de misterio/policíaca que acabará mostrándonos el desenlace de todo lo ocurrido. Pero no van por ahí los tiros. Cada espectador, a partir del momento que salen los títulos finales, ha de hacer su elaboración de lo visto.
Transcurridos los seis semáforos rojos que separan el cine de nuestra casa (yendo en moto), en los cuales aprovechamos para revisar la película con mi santa, cuando subíamos con el ascensor ya nos había quedado casi claro todo. Es evidente que la película acaba donde debe acabar. No hace falta nada más.
Paz y felicidad esta mañana de domingo, hasta que mi santa ha leído el artículo de Elvira Lindo en El País de hoy, en el que comenta la película. Y Elvira Lindo es uno de esos tótems de mi santa a la que no se le toca ni un pelo. Así que discusión servida. Y es que el que no es crítico de cine (aunque a Carlos Boyero también se le fue la mano), y se pone a ello, sólo sabe hablar de la película explicándola. Lo bueno de esta película es eso, revisarla mentalmente a posteriori y sacar conclusiones.
Pues esto es imposible si te lees el artículo de Elvira Lindo donde explica que después de dormir la película toda la noche, ya le ha sacado casi toda la punta (aunque dice que la alquilará para verla de nuevo porque no lo ha pillado todo). Se me ha ocurrido decirle a mi santa que nosotros somos más rápidos, ya que nos costó seis semáforos, lo que a Elvira le ha costado toda una noche y rápidamente me ha sacado las uñas.
Pero es que además he afirmado que el comentario no aporta nada que no supiéramos y por otro lado les hace un flaco favor a las personas que aún no la han visto. Aquí me ha caído encima el Séptimo de Caballería. Y no digamos cuando me ha comentado que Elvira, excelente ella, explica lo de la inhibición del maestro. ¡Pero si es lo que más claro está de la película!, le he contestado.
Mejor me he ido a encargar un pollo al ast y comprar el pan, mientras pensaba que hago muy bien en leer siempre las críticas de películas a posteriori.
Cuando mi santa lea la entrevista a Blesa hecha por Miguel Angel Noceda en El País de hoy, volveremos a tener de que hablar y es que Blesa quiere quedar, después de su salida de Caja Madrid, tan fino y señor, que no dice nada. Poltronas esperan y hay que morderse la lengua…
Una entrevista inútil que no aporta gran cosa.
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