No lo digo yo. Lo ha dicho Juan Pedro Hernández Moltó, presidente de Caja Castilla-La Mancha.
Y es que ya empiezan a sonar tambores de fusión. Naturalmente no se dice que las Cajas estén en crisis. Se dice lo siguiente: "En la actual situación económica, muchas cajas se verán cortas de dimensiones, por lo que tendrá que haber concentraciones en el sector de las cajas para hacer frente a las exigencias del mercado y mantener el mismo rigor y solvencia". Fenomenal.
Y naturalmente para conseguir este objetivo habrá que saltar la territorialidad y es que la ley impide la fusión de Cajas de diferentes comunidades. Pero lo que pasa es que si todas las Cajas Andaluzas (por poner un ejemplo, que naturalmente no es así) están pilladas de liquidez y sobreviven gracias al BCE, fusionándolas entre ellas no se resuelve el problema.
Todo esto y más se ha dicho en el XV Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte.
Otras cosas que ha dicho esta gente: Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, ha comparado la crisis actual con el meteorito que extinguió a los dinosaurios (que serían los bancos que se habían apuntado a la orgía de liquidez y apalancamiento de los últimos años); Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA, ha hablado de una gigantesca ola que debemos evitar que nos arrastre (¿a que ola se refiere?¿un tsunami bancario y nosotros sin saberlo?); y Julio Fermoso, presidente de Caja Duero, ha asegurado que "ahora viene la prueba del algodón para el sector financiero".
Naturalmente los ponentes de este “Encuentro” han dejado caer un chiste: el futuro de la banca, han dicho, debe basarse en un aumento de la productividad y la eficiencia, el fin del crecimiento basado solamente en el crédito, la vuelta a la preocupación por el cliente, la importancia de los depósitos y la innovación en productos.
¡Pero, hombre, si el problema ha sido el invento de productos como los CDO’s, RBS y porquerías por el estilo!
Y es que ya empiezan a sonar tambores de fusión. Naturalmente no se dice que las Cajas estén en crisis. Se dice lo siguiente: "En la actual situación económica, muchas cajas se verán cortas de dimensiones, por lo que tendrá que haber concentraciones en el sector de las cajas para hacer frente a las exigencias del mercado y mantener el mismo rigor y solvencia". Fenomenal.
Y naturalmente para conseguir este objetivo habrá que saltar la territorialidad y es que la ley impide la fusión de Cajas de diferentes comunidades. Pero lo que pasa es que si todas las Cajas Andaluzas (por poner un ejemplo, que naturalmente no es así) están pilladas de liquidez y sobreviven gracias al BCE, fusionándolas entre ellas no se resuelve el problema.
Todo esto y más se ha dicho en el XV Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte.
Otras cosas que ha dicho esta gente: Alfredo Sáenz, consejero delegado del Santander, ha comparado la crisis actual con el meteorito que extinguió a los dinosaurios (que serían los bancos que se habían apuntado a la orgía de liquidez y apalancamiento de los últimos años); Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA, ha hablado de una gigantesca ola que debemos evitar que nos arrastre (¿a que ola se refiere?¿un tsunami bancario y nosotros sin saberlo?); y Julio Fermoso, presidente de Caja Duero, ha asegurado que "ahora viene la prueba del algodón para el sector financiero".
Naturalmente los ponentes de este “Encuentro” han dejado caer un chiste: el futuro de la banca, han dicho, debe basarse en un aumento de la productividad y la eficiencia, el fin del crecimiento basado solamente en el crédito, la vuelta a la preocupación por el cliente, la importancia de los depósitos y la innovación en productos.
¡Pero, hombre, si el problema ha sido el invento de productos como los CDO’s, RBS y porquerías por el estilo!
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