Hoy el dominical Negocios de El País viene exuberante y recogiendo multitud de artículos sobre la incipiente crisis económica.
Un interesante artículo titulado ¿El Apocalipsis del capitalismo? resume bastante la situación y es excelente para abrir boca.
El comienzo no tiene desperdicio: “Imagine un día en que los bancos no tuvieran liquidez, y, en vez de prestar dinero a sus clientes, fueran ellos -o, más exactamente, los contribuyentes- quienes les prestaran más de medio billón de euros. Imagine que grandes bancos de inversión de EE UU y Europa fueran rescatados de la quiebra por fondos de países en vías de desarrollo. Imagine que las viviendas perdieran una cuarta parte de su valor en dos años, y miles de familias no pudieran hacer frente a sus hipotecas, obligando a los Gobiernos a socorrer a los más apurados pagando la ampliación de los créditos hipotecarios. Imagine que los precios de los alimentos básicos se dispararan, se iniciara el racionamiento de arroz en EE UU y en Europa y el coste del petróleo se triplicara en cuatro años sin que apenas se detectaran revueltas sociales, ni la Bolsa, aunque a la baja, sufriera crash alguno. En realidad no hace falta tener mucha imaginación: todo eso ya ha sucedido”.
Emilio Ontiveros nos habla de medidas urgentes para abordar tres crisis.
Una de ellas es la de hacer lo mismo en la Unión Monetaria Europea que hizo el Banco de Inglaterra: “Que el Banco Central Europeo, diligente pionero en las inyecciones de liquidez, lo sea en la aplicación de paliativos adicionales como el ahora administrado por el Banco de Inglaterra, es crucial para que en las economías de la eurozona no se acabe conformando un escenario donde las tres crisis converjan. No hace falta argumentar que el sistema bancario español es de los más interesados en que prosperen terapias de ese tenor”.
J.Bradford DeLong también nos habla de remedios: vuelta al Keynesianismo, o sea al Estado protector. DeLong nos habla de tres motores económicos que se han parado: “Puede que la mejor manera de considerar la situación sea recordar que hay tres motores que han impulsado la economía mundial durante los últimos 15 años. El primero era la inversión a gran escala, que se concentraba en EE UU y se debió a la revolución de la tecnología de la información. El segundo era la inversión inmobiliaria, que se vio impulsada por el auge de la vivienda. El tercero era la inversión manufacturera en el resto del mundo -en especial, en Asia-, después de que EE UU se convirtiera en el importador de último recurso de la economía mundial” .
Las consecuencias de esta crisis son innumerables, como puede verse en muchos de los artículos:
Inflación: Nos habla de ella Ángel Ubide.
Crisis financiera: artículos de Claudi Perez y Alejandro Bolaños.
Alto precio de los alimentos: Se acabó la comida barata, artículo de Cristina Delgado.
Alto precio de las materias primas, especialmente del petróleo. Artículo de Miguel Jimenez sobre las materias primas y de Santiago Carcar sobre el petróleo.
Burbuja Inmobiliaria o sea ladrillo: artículo de Manuel V. Gómez titulado Ladrillos rotos. Por primera vez la crisis del ladrillo es global.
El empleo: Lucía Abellán nos habla de la quimera del pleno empleo.
Y finalmente tres artículos que hay que leer. El primero del Nobel Paul A. Samuelson: Prevenir una larguísima depresión.
Otro de nuestro ministro Solbes en el que nos habla del margen de maniobra de la Política Económica ante las dificultades .
Y por último otro sobre lo que puede hacer el Banco de España, de Fiona Maharg.
Un interesante artículo titulado ¿El Apocalipsis del capitalismo? resume bastante la situación y es excelente para abrir boca.
El comienzo no tiene desperdicio: “Imagine un día en que los bancos no tuvieran liquidez, y, en vez de prestar dinero a sus clientes, fueran ellos -o, más exactamente, los contribuyentes- quienes les prestaran más de medio billón de euros. Imagine que grandes bancos de inversión de EE UU y Europa fueran rescatados de la quiebra por fondos de países en vías de desarrollo. Imagine que las viviendas perdieran una cuarta parte de su valor en dos años, y miles de familias no pudieran hacer frente a sus hipotecas, obligando a los Gobiernos a socorrer a los más apurados pagando la ampliación de los créditos hipotecarios. Imagine que los precios de los alimentos básicos se dispararan, se iniciara el racionamiento de arroz en EE UU y en Europa y el coste del petróleo se triplicara en cuatro años sin que apenas se detectaran revueltas sociales, ni la Bolsa, aunque a la baja, sufriera crash alguno. En realidad no hace falta tener mucha imaginación: todo eso ya ha sucedido”.
Emilio Ontiveros nos habla de medidas urgentes para abordar tres crisis.
Una de ellas es la de hacer lo mismo en la Unión Monetaria Europea que hizo el Banco de Inglaterra: “Que el Banco Central Europeo, diligente pionero en las inyecciones de liquidez, lo sea en la aplicación de paliativos adicionales como el ahora administrado por el Banco de Inglaterra, es crucial para que en las economías de la eurozona no se acabe conformando un escenario donde las tres crisis converjan. No hace falta argumentar que el sistema bancario español es de los más interesados en que prosperen terapias de ese tenor”.
J.Bradford DeLong también nos habla de remedios: vuelta al Keynesianismo, o sea al Estado protector. DeLong nos habla de tres motores económicos que se han parado: “Puede que la mejor manera de considerar la situación sea recordar que hay tres motores que han impulsado la economía mundial durante los últimos 15 años. El primero era la inversión a gran escala, que se concentraba en EE UU y se debió a la revolución de la tecnología de la información. El segundo era la inversión inmobiliaria, que se vio impulsada por el auge de la vivienda. El tercero era la inversión manufacturera en el resto del mundo -en especial, en Asia-, después de que EE UU se convirtiera en el importador de último recurso de la economía mundial” .
Las consecuencias de esta crisis son innumerables, como puede verse en muchos de los artículos:
Inflación: Nos habla de ella Ángel Ubide.
Crisis financiera: artículos de Claudi Perez y Alejandro Bolaños.
Alto precio de los alimentos: Se acabó la comida barata, artículo de Cristina Delgado.
Alto precio de las materias primas, especialmente del petróleo. Artículo de Miguel Jimenez sobre las materias primas y de Santiago Carcar sobre el petróleo.
Burbuja Inmobiliaria o sea ladrillo: artículo de Manuel V. Gómez titulado Ladrillos rotos. Por primera vez la crisis del ladrillo es global.
El empleo: Lucía Abellán nos habla de la quimera del pleno empleo.
Y finalmente tres artículos que hay que leer. El primero del Nobel Paul A. Samuelson: Prevenir una larguísima depresión.
Otro de nuestro ministro Solbes en el que nos habla del margen de maniobra de la Política Económica ante las dificultades .
Y por último otro sobre lo que puede hacer el Banco de España, de Fiona Maharg.
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