Situar una novela dentro de una trama histórica tiene sus ventajas e inconvenientes. Ventajas porque medio libro ya está escrito por adelantado e inconvenientes porque te puedes pillar los dedos.
Si además la trama histórica se refiere al mundo de la ciencia, la cosa se puede complicar más.
El joven escritor mexicano Jorge Volpi ganó con En busca de Klingsor el prestigioso Premio Biblioteca Breve de Seix-Barral en 1999. Volpi ya había escrito previamente seis novelas más, pero había pasado totalmente desapercibido en el mundo de las letras, al menos en España.
Difícilmente se puede recomendar este libro. Ha de gustar mucho el tema científico en el que esta inmersa la novela (la Física Cuántica) para leerla sin que en algún momento pueda hacerse pesada. Es el problema de este tipo de novelas. Me recuerda a Criptonomicón de Neal Stephenson. Incluso esta última obra es mucho más extensa, con tres tomos. Seguro que este libro resultará horroroso para quien no sea amante de la Informática/Internet y la Segunda Guerra Mundial, con Alan Turing y la máquina Enigma omnipresentes toda la obra.
No es habitual que un licenciado en Letras se embarque en temas científicos de este calibre y que tuvieron como consecuencia varios errores en la edición original que fue corrigiendo el autor en posteriores ediciones.
Volpi dedicó dos años (en la novela se indica en las últimas páginas la extensa bibliografía que leyó, básicamente en Inglés) a la inmensa tarea de entender lo que ocurrió en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de EEUU y Alemania (y posteriormente Rusia) perseguían descubrir la forma de transformar los conocimientos que existían en Física Atómica en las armas nucleares que transformaron el mundo y la historia de forma radical.
Javier García Sanz (profesor de mecánica cuántica en la UNED) escribió una excelente crítica en Revista de Libros (nº 38, febrero 2000), en la que resume y deja claros los problemas a los que se enfrenta un escritor cuando sitúa una novela dentro de una trama histórica.
Como a mí el tema me interesa mucho, la novela me ha gustado, a pesar de que el interés de Volpi en que el lector entienda los problemas científicos subyacentes a la trama, hacen que en algunos momentos el libro navegue y pierda fuerza. Leer sobre Cantor, Gödel, Von Neumann, Heisenberg, Bhor, Einstein, Plank y Schrödinger, siempre es agradable y más de la forma novelada que nos presenta Volpi.
Existe en la red una excelente entrevista a Jorge Volpi hablando sobre este libro. Por lo tanto no voy a extenderme escribiendo lo que ya está escrito en una formidable y larga entrevista para Espéculo, Revista de Estudios Literarios, realizada por Joaquín Mª Aguire y Yolanda Delgado de la Complutense de Madrid dónde se habla extensamente sobre el libro.
Klingstor (nombre en clave) es un personaje ficticio. En la novela es el supuesto asesor de Hitler en temas científicos y quién se creía que dirigía la orientación científica alemana. La obra, como su título indica, basa su trama en la búsqueda de este personaje secreto, durante los últimos años de la Segunda Guerra mundial. Ya sabemos que los alemanes iban muy retrasados respecto a los norteamericanos en materia nuclear. Los americanos, a través del proyecto Manhattan, dirigido por Oppenheimer, descubrieron la bomba atómica, arrojándola sin ningún tipo de escrúpulos sobre la población civil japonesa (aprovecho para recordar que los japoneses sólo mataron civiles norteamericanos en Pearl Harbour –unos mil quinientos-, y fue porque no podían discernir la población civil, ya que estaba dentro de la base militar) y lo que persiguieron desesperadamente era evitar que la totalidad de los científicos alemanes con conocimientos de física nuclear cayeran en manos rusas. No lo pudieron evitar.
La pregunta del millón es: ¿si los americanos hubieran descubierto la bomba atómica unos meses antes de la capitulación alemana, la habrían arrojado sobre Berlín?
Si además la trama histórica se refiere al mundo de la ciencia, la cosa se puede complicar más.
El joven escritor mexicano Jorge Volpi ganó con En busca de Klingsor el prestigioso Premio Biblioteca Breve de Seix-Barral en 1999. Volpi ya había escrito previamente seis novelas más, pero había pasado totalmente desapercibido en el mundo de las letras, al menos en España.
Difícilmente se puede recomendar este libro. Ha de gustar mucho el tema científico en el que esta inmersa la novela (la Física Cuántica) para leerla sin que en algún momento pueda hacerse pesada. Es el problema de este tipo de novelas. Me recuerda a Criptonomicón de Neal Stephenson. Incluso esta última obra es mucho más extensa, con tres tomos. Seguro que este libro resultará horroroso para quien no sea amante de la Informática/Internet y la Segunda Guerra Mundial, con Alan Turing y la máquina Enigma omnipresentes toda la obra.
No es habitual que un licenciado en Letras se embarque en temas científicos de este calibre y que tuvieron como consecuencia varios errores en la edición original que fue corrigiendo el autor en posteriores ediciones.
Volpi dedicó dos años (en la novela se indica en las últimas páginas la extensa bibliografía que leyó, básicamente en Inglés) a la inmensa tarea de entender lo que ocurrió en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando los gobiernos de EEUU y Alemania (y posteriormente Rusia) perseguían descubrir la forma de transformar los conocimientos que existían en Física Atómica en las armas nucleares que transformaron el mundo y la historia de forma radical.
Javier García Sanz (profesor de mecánica cuántica en la UNED) escribió una excelente crítica en Revista de Libros (nº 38, febrero 2000), en la que resume y deja claros los problemas a los que se enfrenta un escritor cuando sitúa una novela dentro de una trama histórica.
Como a mí el tema me interesa mucho, la novela me ha gustado, a pesar de que el interés de Volpi en que el lector entienda los problemas científicos subyacentes a la trama, hacen que en algunos momentos el libro navegue y pierda fuerza. Leer sobre Cantor, Gödel, Von Neumann, Heisenberg, Bhor, Einstein, Plank y Schrödinger, siempre es agradable y más de la forma novelada que nos presenta Volpi.
Existe en la red una excelente entrevista a Jorge Volpi hablando sobre este libro. Por lo tanto no voy a extenderme escribiendo lo que ya está escrito en una formidable y larga entrevista para Espéculo, Revista de Estudios Literarios, realizada por Joaquín Mª Aguire y Yolanda Delgado de la Complutense de Madrid dónde se habla extensamente sobre el libro.
Klingstor (nombre en clave) es un personaje ficticio. En la novela es el supuesto asesor de Hitler en temas científicos y quién se creía que dirigía la orientación científica alemana. La obra, como su título indica, basa su trama en la búsqueda de este personaje secreto, durante los últimos años de la Segunda Guerra mundial. Ya sabemos que los alemanes iban muy retrasados respecto a los norteamericanos en materia nuclear. Los americanos, a través del proyecto Manhattan, dirigido por Oppenheimer, descubrieron la bomba atómica, arrojándola sin ningún tipo de escrúpulos sobre la población civil japonesa (aprovecho para recordar que los japoneses sólo mataron civiles norteamericanos en Pearl Harbour –unos mil quinientos-, y fue porque no podían discernir la población civil, ya que estaba dentro de la base militar) y lo que persiguieron desesperadamente era evitar que la totalidad de los científicos alemanes con conocimientos de física nuclear cayeran en manos rusas. No lo pudieron evitar.
La pregunta del millón es: ¿si los americanos hubieran descubierto la bomba atómica unos meses antes de la capitulación alemana, la habrían arrojado sobre Berlín?
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